sábado, 19 de agosto de 2017

"Machado" por Julio Llamazares (cuando la política lo mancha todo...), extraído de El País del 19 de agosto de 2017.

 El artículo 155 de la Constitución Española es Machado. Cuando alguien se atreve a decir que Machado, el exilado de todas las patrias que yace en Collioure, donde falleció, arropado por la bandera francesa, era españolista (y anticatalán de paso) es cuando el Gobierno español debe intervenir e inhabilitar al que lo ha afirmado no porque sea independentista sino por imbécil. Porque un imbécil no puede ostentar ningún cargo público, ni siquiera el de historiador de guardia de un Ayuntamiento.
 Se empieza asesinando a ancianos y se termina por no ir a los oficios religiosos, proclamó el inglés Thomas de Quincey refiriéndose a la estupidez humana, y uno piensa en cuánta razón tenía viendo las consecuencias de una política de demonización de lo opuesto que ya había comprobado hace unos años cuando en San Sebastián se propuso quitarle a Cervantes la plaza que tiene en la ciudad por lo mismo por lo que ahora se sugiere que se le quite su calle a Machado en Sabadell: por españolista. Y aún es peor lo de Goya o de Quevedo, a los que, además de españoles, se les tacha de “franquistas”. Puestos a descalificar, se les podría acusar de participar en el fusilamiento del presidente Companys, puesto que al parecer vale todo ya.
 En el verano de 2015 recorrí parte de Cataluña siguiendo los pasos en la ficción de Don Quijote camino de Barcelona, inspirados en los del propio Cervantes, que en varias ocasiones visitó la Ciudad Condal en sus viajes al Mediterráneo. Aparte de un total desconocimiento de ello por parte de los catalanes con los que hablé, percibí en muchos de ellos cierta reticencia hacia el escritor y su personaje, tenidos por españoles, no sé si también por españolistas (supongo que como yo). Una persona llegó a decirme: “Aquí somos más de Tirant lo Blanc”, mostrándome así su distanciamiento de un escritor que curiosamente fue el principal difusor de un libro cuyo protagonista, por cierto, nunca pisó Cataluña. Que Cervantes dedicara a Barcelona los mayores elogios a una ciudad que se le conocen (“Flor de las bellas ciudades del mundo, albergue de los extranjeros, patria de los valientes…”) no le salva de ser español y anticatalanista y quién sabe si franquista también. Lo del pobre Machado, no obstante, supera todas las expectativas. Que alguien sugiera solo quitarle la calle que tiene en Sabadell solo se justificaría si, a cambio, se sustituye por otra a Thomas de Quincey con sus palabras llenas de sabiduría: “Una vez que uno comienza a deslizarse cuesta abajo ya no sabe dónde podrá detenerse. La ruina de muchos comenzó con un pequeño asesinato al que no dieron importancia en su momento”.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Inciso cinematográfico: "The Ottoman Lieutenant", dirigida por Joseph Ruben.

 Llamaba el director Fernando Trueba a una premiada cinta sobre la Guerra de Irak una "peliculita de tiros"... probablemente quería decir que aquellas películas bélicas que no son evidentemente antibelicistas solo sirven como eso, como "peliculitas de tiros". Eso es, me temo, lo máximo que se puede decir de El teniente otomano.
Imagen tomada del sitio metacritic.com
  No quiero ser injusto: la película está rodada hasta con cierto preciosismo. La dirección de fotografía es espectacular, aprovechando las bellezas naturales de Anatolia. El reparto es aceptable, destacando, aunque sea un secundario, el impagable Ben Kingsley; los otros (Michiel Huisman, Josh Hartnett y Hera Hilmar) están aceptables. Pero lo reprobable es el argumento: está ambientada en los albores de la Primera Guerra Mundial (en un evidente error de asesoramiento así la llaman aunque, obviamente, fue conocida como Gran Guerra hasta que llegara la Segunda, -difícilmente la iban a llamar Primera si no había habido más-); pero eso (y otros pequeños fallos como la belleza del teniente turco, que no usa gorro militar alguno para que no le estropee su hermoso peinado) es lo de menos, la película es una coproducción turco-americana y con eso está todo dicho. La visión proturca es tan marcada que parece una caricatura: los armenios (que como ya se sabe fueron masacrados por los otomanos en uno de los primeros genocidios del nefasto siglo XX) son representados como meros terroristas y ladrones de ganado; los rusos como simples borrachos pendencieros; y, por supuesto, los turcos como civilizados hombres de honor. Todas las masacres de armenios son justificadas como las consecuencias de la guerra, como si la guerra fuera algo inevitable de lo que nadie tiene culpa, algo así como un huracán o un terremoto.
 Al margen de ese argumento, también está el aparentemente imposible romance entre una adinerada señorita americana y un rudo pero elegante militar turco. Es lo de menos, esta sí que es una verdadera "peliculita de tiros" para la gloria de Erdogan, sus secuaces y su reinterpretación de la historia.

miércoles, 9 de agosto de 2017

"Beatus ille...", Horacio.


Beatus ille qui procul negotiis,
ut prisca gens mortalium
paterna rura bobus exercet suis,
solutus omni faenore,
neque excitatur classico miles truci
neque horret iratum mare,
forumque vitat et superba civium
potentiorum limina.


 Dichoso aquél que lejos de los negocios,
como la antigua raza de los hombres,
dedica su tiempo a trabajar los campos paternos con sus propios bueyes,
libre de toda deuda,
y no se despierta, como el soldado, al oír la sanguinaria trompeta de guerra,
ni se asusta ante las iras del mar,
manteniéndose lejos del foro y de los umbrales soberbios
de los ciudadanos poderosos.

Horacio. Epodos 2,1.

viernes, 4 de agosto de 2017

"Colorado Kid", por Stephen King (o la destructiva exigencia editorial).

 Casi todos los escritores honestos (aunque tal vez tiene más de suicida que de honesto hacerlo) han criticado más de una vez la voracidad del mundo editorial que exige al autor una producción fija semejante a la de una fábrica en serie, cuando la creatividad literaria no se rige por estos parámetros economicistas. Esto es, en mi opinión, lo que explica la bajísima calidad de Colorado Kid, de Stephen King.
  Que King es uno de los mejores escritores vivos de terror y suspense no lo niega nadie; tampoco que muchas de sus novelas son ya verdaderos clásicos del género. Pero ésta en concreto es francamente pésima. Da la impresión de que ni siquiera es una novela, sino una historia abortada por el escritor que hubiera tenido que ser reconvertida para ser publicada por exigencias de su editorial... ya se sabe: cuando un escritor vende y genera tan pingües beneficios como King todo es publicable, aunque sea bazofia. Esta tiranía es especialmente cruel con escritores tan talentosos y prolíficos como el de Maine por cuanto daña su excelente reputación creativa.
  De lo mejor de Stephen King (algo muy caro a los lectores de novelas de terror y suspense) es la capacidad de generar finales sorprendentes con giros argumentales insospechados, y de eso es precisamente de lo que carece esta novela, de un buen final... en realidad por no tener no tiene ni final propiamente dicho. En fin, como antes dije, más que una novela un aborto desechado.

"El arca inmóvil", por Gerald Durrell.

 Últimamente leo narrativa principalmente, un poco de poesía y poco más. Sin embargo hay algunas formas de ensayo que no suelen ser tan sesudos ni técnicos, sino de ámbito divulgativo. De entre ellos está la de un zoólogo británico de gran fama en su tierra aunque es menos conocido aquí: Gerald Durrell.
  No llamaría literatura estrictamente a esto. Son las vivencias personales y profesionales de un tipo que tiene, eso sí, una frescura y un sentido del humor que hacen muy amena su lectura, al menos para todos aquellos que disfrutamos con la compañía de animales. Con anterioridad había leído otro de sus pequeños ensayos así como su Guía del naturalista, todo narrado con ese entretenido estilo propio.
  En este pequeño volumen narra sus aventuras y desventuras con la puesta en marcha del Zoo de Jersey que él fundara hacia 1959, así como sus personales ideas sobre el funcionamiento de un zoológico, su modernización y justificación.