lunes, 22 de junio de 2020

"Minimalist Bookshelves", by Grant Snider (incidentalcomics.com).

Imagen tomada del sitio www.incidentalcomics.com

"El que escucha", de Algernon Blackwood.

 Un par de entradas atrás escribí que los relatos de Blackwood recopilados en el tomo de Valdemar que estoy leyendo tenían la misma hechura, hasta el punto de que, decía yo, eran el mismo relato cambiando los personajes y la ambientación. Ahora que sigo leyendo ese tomo, me he sentido culpable de crueldad para con el autor inglés. Sigo pensando que esos primeros relatos eran, en verdad, el mismo, y también que es un defecto muy frecuente en muchos autores, algunos aclamados, presentes o pasados. Con todo, al seguir avanzando en los relatos, me he topado con uno ciertamente excelente, que me ha tenido en vilo de principio a fin y que me ha recordado al mejor Lovecraft. El relato es El que escucha, ("The Listener").
Algernon Blackwood. Imagen tomada de Wikimedia Commons.
 El relato, contado con la estructura de un diario, es la bajada a los infiernos psiquiátricos del autor del mismo. Es un texto exquisitamente pergeñado, en el que, entrada a entrada del diario, se puede observar como el escritor se desquicia poco a poco, día tras día. Esa evolución en el carácter del individuo en apenas cuatro meses redondea extraordinariamente al personaje, pudiéndose apreciar las oleadas de locuras trufadas con leves mejorías temporales. El hachazo final del relato corta el aliento, algo en lo que Howard Phillips Lovecraft era un maestro.
 Según parece, Lovecraft admiraba a Blackwood y, de hecho, cita parte de un texto suyo en La llamada de Cthulhu. Es improbable que se llegaran a conocer, y, sin embargo, este relato del inglés podría haber sido firmado perfectamente por el americano. Es un tipo de relato de terror psicológico que tiene más que ver con la ambientación que con lo que ocurre en realidad. Ambos autores son maestros a la hora de crear una situación opresiva y ominosa en lugares y tiempos totalmente vulgares.

Juan 15, 18-19

 Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fueseis del mundo, el mundo os amaría como cosa suya. Pero como no sois del mundo, pues yo os elegí y os saqué del mundo, por eso el mundo os odia.
                                Juan 15, 18-19

jueves, 18 de junio de 2020

"El Wendigo y otros relatos extraños y macabros", por Algernon Blackwood.

 Es algo muy frecuente y criticado en muchos escritores, incluso en los más talentosos: repiten el mismo argumento principal, cambiando sólo las ambientaciones, los personajes o los argumentos secundarios. Son varios los relatos Algernon Blackwood que tienen el mismo tema, a saber: alguien narra con horror una experiencia pasada en que fue testigo de un crimen que se había producido decenas o centenares de años antes, eran, en verdad, los espíritus de los asesinos y sus víctimas que, irremediablemente, repetían la escena del crimen una y otra vez. El horrorizado narrador admite que son visiones y sonidos fantasmales contra los que no puede hacer nada, ni interrumpirlos ni modificarlos, pues son fantasmas. Luego, Blackwood cambia la ambientación y el tipo de crimen (una vieja casa deshabitada y un crimen pasional por una isla deshabitada y dos indios que asesinan a un blanco, por ejemplo) pero, en todo caso, el argumento principal es el mismo.
 Es lamentable observar esto en escritores tan dotados como Algernon Blackwood, pero se repite con demasiada frecuencia. Para no ser injusto, he de admitir que el resto del relato (argumentos secundarios, redondez de los personajes...) están muy bien pergeñados, pero uno no puede dejar de sentirse ligeramente decepcionado al terminar de leer el relato y constatar que era el mismo que el anterior pero en distinta época y lugar.
 Tal vez esto sea más frecuente en escritores que se limitan a escribir en un subgénero narrativo concreto, aunque algunos como Lovecraft apenas repiten tema. Por cierto, para Lovecraft, Algernon Blackwood fue una de sus grandes influencias, según él mismo admitió.
 La prosa de Blackwood es, en cualquier caso, muy cuidada, tal vez un tanto anticuada (para haber sido escrita a principios del siglo XX, aunque no tanto como la del autor de Providence), pero sin perder un ápice de naturalidad en la descripción de eventos y personajes.
  Con anterioridad, había leído de Blackwood otra colección de Valdemar, aquélla de relatos protagonizados por John Silence, un médium que ejercía de investigador al estilo de Sherlock Holmes pero en el ámbito fantasmagórico. Los relatos de la compilación actual son prácticamente iguales, como los de la propia editorial titulan: "extraños y macabros", no propiamente de terror. En ellos, lo principal es la ambientación, crear un ambiente extraño y fantasmal que haga que el lector encuentre verosímil lo narrado; hay que reconocer que el inglés es un maestro en ese sentido.

miércoles, 17 de junio de 2020

martes, 16 de junio de 2020

"The Answer's at the End", George Harrison.

Image from beatles.fandom.com
Scan not a friend with a microscopic glass
You know his faults, now let the foibles pass
Life is one long enigma, my friend

So read on, read on, the answer's at the end

Don't be so hard on the ones that you love
It's the ones that you love we think so little of
Don't be so hard on the ones that you need
It's the ones that you need we think so little of

The speech of flowers excels the flowers of speech
But what's often in your heart is the hardest thing to reach
And life is one long enigma, my friend

So live on, live on, the answer's at the end

Oh, we think so little of the ones that we love, sometimes
Isn't it a pity how we hurt
The ones that we love the most of all
The ones we shouldn't hurt at all
You know my faults, now let the foibles pass
'Cause life is one long enigma, my friend

So live on, live on, the answer's at the end

Don't be so hard on the ones that you love
It's the ones that you love we think so little of
Don't be so hard on the ones that you need
It's the ones that you need we think so little of

The ones that we love
We hurt the most of all, sometimes
And isn't it a pity how
We hurt the ones that we love (fade)

domingo, 14 de junio de 2020

Modernidad y atemporalidad en los temas de Guy de Maupassant.

 Me sentía obligado a escribir esta breve entrada tras la anterior reseñando Bola de sebo. En ésa, afirmaba que la trama es absolutamente atemporal, propia del "mono con pantalones" desde Adán y Eva o el australopithecus, pues trata de la doble moral, la falsedad, hipocresía, cinismo... dígase como se prefiera. La ambientación, obviamente es de hace ciento cuarenta años, significando esto lo obvio, pero el sentimiento que anida en las cabezas y corazones de los personajes es, por supuesto, atemporal.
Guy de Maupassant. Imagen tomada de Wikimedia Commons.
 El resto de relatos contenidos en este volumen de Espasa es mucho más propio del momento. Se trata de relatos que algún sesudo filólogo habrá denominado como "de amor galante" en aquélla época y que, en realidad, se retrotrae hasta la "literatura de amor cortés" de la Edad Media. Hay que reconocer que, leyéndolos en 2020, quedan un tanto demodé; principalmente porque los roles de hombre-mujer han cambiado enormemente (y, aparentemente, hay algunas que quieren cambiarlo más hasta laminar por completo la diferencia de géneros -sexos-). Así, en estos relatos, las féminas pudorosas se insinúan pero esconden, animan pero se ofenden, se muestran pero se tapan para que los varones gallardos se atrevan pero respetando, fuertes pero delicados, insistentes pero comedidos  y acaben llegando hasta el final sin despeinarse una simple guedeja de su cabello. Todo, a ojos de 2020, un tanto falso, afectado, impostado. Hombres y mujeres que se desean mutuamente y hacen lo que hicieron Adán y Eva o el australopithecus macho con el australopithecus hembra, pero con un plus de puritanismo. La historia más vieja del mundo, vamos. 
 Tal vez alguno (más bien alguna) quiera decapitar a Maupassant por esos anticuados temas, pero, al margen de que en su época estaban de plena actualidad y que sea una canallada juzgar ciento cuarenta años después de ser escrito, la calidad literaria del francés hace que sea un verdadero placer leerlo, anticuado, sí, pero un placer.

domingo, 7 de junio de 2020

"Bola de sebo y otros relatos", de Guy de Maupassant.

 Lo que más sorprende es la extraordinaria atemporalidad del relato. Me explico: Bola de sebo fue escrito en 1880 y hoy, ciento cincuenta años después, no puede estar de más rabiosa actualidad. Hoy y siempre, pues retrata la hipocresía, la falsedad y el cinismo humano que acompañan al mono con pantalones desde Adán y Eva.
 Bola de sebo es el cruel apodo de la protagonista del relato: una joven cortesana de baja estatura y rolliza complexión de gran fama en la normanda ciudad de Ruán. La ambientación temporal: la Guerra franco-prusiana de 1870 en la fase de ocupación alemana de Normandía. En ese bélico contexto, unos burgueses y nobles tratan de huir de Ruán hacia El Havre y, si se complica más la situación, embarcarse hacia Inglaterra. En la diligencia que traquetea por los nevados caminos de la norteña región francesa están representados todos los órdenes sociales del momento, a saber: ricos comerciantes que personifican a la burguesía, nobles representantes del Antiguo Régimen, dos monjas y un republicano, además, claro, de Bola de sebo. Todos los anteriores son grandes señores y señoras que, disfrutando del favor social y lo que el dinero puede comprar, desprecian la condición de meretriz de la protagonista. 
 Lo cierto es que, por las prisas de la huida, ninguno ha tenido la precaución de llevar víveres para un viaje que se alarga más de lo esperado. Tanto es así, que una de las señoras incluso se desmaya ante la vista de los opíparos manjares (dos pollos, vino de Burdeos y golosinas) que sí trajo Bola de sebo. La joven se apiada de sus empingorotados compañeros de viaje y les convida a todos, repartiendo democráticamente todas las viandas. Por supuesto, los señorones no se dignan a agradecer nada, aun cuando no dejan ni las migas...
 Al llegar la noche, la diligencia hace parada y fonda en un pequeño pueblo que está ya ocupado por los prusianos. Allí se encontrarán con un oficial que se encapricha de Bola de sebo y le hace saber sin ambages que desea disfrutar de sus favores. La joven, escandalizada, se niega y, como reprimenda, el oficial alemán impide la salida de la diligencia.
 Y entonces es cuando toda la altísima moral de los otros componentes de la diligencia se hace añicos. Visto que no pueden continuar su viaje por el capricho del oficial y la resistencia de la joven, aplican la principal máxima de Maquiavelo ("el fin justifica los medios") para convencer a la joven prostituta de que, siéndolo, no ha de tener reparo alguno en acceder a los caprichos del militar. Incluso llegan a poner ejemplos históricos famosos de mujeres que consiguieron altos objetivos a través del uso mercantil de su cuerpo. Hasta las beatas monjas argumentan en favor del trato carnal por interés.
 Finalmente convencida, Bola de sebo accede a pasar la noche con el oficial, y éste, en pago, deja salir a la diligencia hacia El Havre con todos sus viajeros.
 Una vez superado el escollo, todo vuelve a la situación inicial, los señorones que hablaban con cordial sencillez a la joven prostituta para que cediera al trato vuelven a sentirse manchados por la presencia de una cortesana en su presencia. Ahora se invierten los hechos, todos tienen comida menos Bola de sebo, que ve cómo sus compañeros de viaje devoran todo sin siquiera ofrecerle un pequeño bocado. Comprendiendo la situación, a Bola de sebo no le queda más que llorar en soledad.
 El relato es, pues, una denuncia de la falsedad humana. Esa falsedad que hace comportarse de forma diametralmente opuesta en función de los cambiantes intereses. El cinismo de los biempensantes muestra su descaro más evidente en los giros de las circunstancias que se dan en apenas veinticuatro horas. 
 Desde el punto de vista formal, Maupassant es, ya se sabe, un maestro consumado. Poderoso "dios del naturalismo", pergeña un relato corto y sencillo pero impactante y poderoso. La prosa cuidada y preciosista no cede, sin embargo, un ápice a los argumentos potentes. Los personajes (algo verdaderamente difícil de conseguir en un relato breve) están extraordinariamente bien creados, son redondos, con la evolución de sus posiciones intelectuales que los van retratando a cada párrafo. Una pequeña gran joya de la literatura francesa.

miércoles, 3 de junio de 2020

Libro del Eclesiastés. ("También esto es vanidad y caza de viento")

Ecl1 1 Palabras de Qohélet, hijo de David, rey de Jerusalén.  2* ¡Vanidad de vanidades!* —dice Qohélet—. ¡Vanidad de vanidades; todo es vanidad! 2: Sal 62,10; Rom 8,20. Nada hay nuevo en la existencia* 

 3 ¿Qué saca el hombre de todos los afanes con que se afana bajo el sol? 4 Una generación se va, otra generación viene, pero la tierra siempre permanece. 5 Sale el sol, se pone el sol, se afana por llegar a su puesto, y de allí vuelve a salir. 6 Sopla hacia el sur, gira al norte, gira que te gira el viento, y vuelve el viento a girar. 7 Todos los ríos se encaminan al mar, y el mar nunca se llena; pero siempre se encaminan los ríos al mismo sitio. 8 Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver, ni se hartan los oídos de oír.  9 Lo que pasó volverá a pasar;  lo que ocurrió volverá a ocurrir:  nada hay nuevo bajo el sol.  10 De algunas cosas se dice: «Mira, esto es nuevo». Sin embargo, ya sucedió en otros tiempos, mucho antes de nosotros. 11 Nadie se acuerda de los antiguos, y lo mismo pasará con los que vengan: sus sucesores no se acordarán de ellos. 
4: Eclo 14,18 | 7: Eclo 40,11 | 8: Prov 27,20 | 9: Ecl 2,12; 3,15. Nada saca un rey de su sabiduría 

 12 Yo, Qohélet, fui rey de Israel en Jerusalén. 13 Me dediqué a investigar y a explorar con método todo lo que se hace bajo el cielo. ¡Triste tarea ha dado Dios a los hombres para que se ocupen en ella! 14 Examiné todas las acciones que se realizan bajo el sol y comprendí que todo es vanidad y caza de viento:  15 Lo torcido no se puede enderezar, | lo que falta no se puede calcular.  16 Y me dije: «Aquí estoy yo, que he acumulado tanta sabiduría, incluso más que mis predecesores en Jerusalén. Mi mente alcanzó sabiduría y conocimiento incalculables. 17 Me dediqué a estudiar la sabiduría y el conocimiento, la locura y la necedad». Y comprendí que también eso es caza de viento, 18 pues:  A más sabiduría más pesadumbre, | a más conocimiento más sufrimiento. 13: Gén 3,17-19; Ecl 3,10 | 14: Os 12,2 | 16: 1 Re 3,12; 5,9s; 10,1-13; Eclo 47,14-18. Lo absurdo del placer 

 Ecl2 1 Luego me dije: «Voy a probar con la alegría y a gozar de los placeres». Pero también esto resultó puro vacío. 2 Llamé a la risa «locura», y dije de la alegría: «¿Qué se consigue?». 3 Exploré atentamente, guiado por mi mente con destreza: traté mi cuerpo con vino, me di a la frivolidad, para averiguar cómo puede el hombre disfrutar durante los contados días de su vida bajo el cielo.  4 Emprendí obras magníficas y construí palacios; planté viñas, 5 huertos y jardines, que llené de toda clase de árboles frutales; 6 construí albercas para regar el fértil soto. 7 Me hice con esclavos y esclavas; tenía servidumbre y rebaños de vacas y ovejas, en mayor número que mis predecesores en el trono de Jerusalén. 8 También amontoné plata y oro, los tributos de reinos y provincias. Me procuré cantores y cantoras, toda clase de placeres humanos y coperos y reposteros para el servicio de escanciar el vino. 9 Con la ayuda de la sabiduría, llegué a ser más importante y rico que todos mis predecesores en Jerusalén. 10 Concedí a mis ojos cuanto me pedían y no privé a mi corazón de ninguna alegría: este era mi solaz y mi recompensa en medio de mis fatigas. 11 Después examiné todas las obras que había hecho y la fatiga que puse en el empeño, y vi que todo era vanidad y caza de viento. ¡Ningún provecho se saca bajo el sol! 2: Prov 4,13 | 4: 1 Re 7,1-12; 1 Crón 22,27s | 8: 1 Re 9,28; 10; 11,1-3 | 9: 1 Re 10,23. Lo absurdo de la sabiduría 

 12 Me puse a examinar la sabiduría, la locura y la necedad. ¿Qué hará el hombre que me suceda como rey? Sin duda lo que otros ya han hecho. 13 Así observé que la sabiduría es más provechosa que la necedad, como la luz aprovecha más que las tinieblas.  14 El sabio lleva los ojos puestos en la cabeza, | pero el necio camina en tinieblas.  Sí, pero comprendí que una suerte común les toca a todos. 15 Así que me dije: «La suerte del necio será mi suerte: ¿qué saqué en limpio siendo tan sabio?». Y concluí que hasta eso mismo era vanidad. 16 En realidad, nadie se acordará jamás del necio ni del sabio, ya que en los años venideros todo se olvidará. ¡Tanto el sabio como el necio morirán! 17 Y así aborrecí la vida, pues encontré malo todo lo que se hace bajo el sol; que todo es vanidad y caza de viento.  18 Y aborrecí todo el trabajo con el que me fatigo bajo el sol, pues se lo tengo que dejar a un sucesor. 19 ¿Y quién sabe si será sabio o necio? Él heredará lo que me costó tanta 
fatiga y sabiduría bajo el sol. También esto es vanidad. 20 Y acabé por desengañarme de todos mis trabajos y fatigas bajo el sol. 21 Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave dolencia. 22 Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? 23 De día su tarea es sufrir y penar; de noche no descansa su mente. También esto es vanidad. 

lunes, 1 de junio de 2020

"Adams aebler" ("Las manzanas de Adán"), película dirigida en 2005 por Anders Thomas Jensen.

 Pequeña y sarcástica pero preciosa película danesa de 2005 que no llegó siquiera a estrenarse en salas en nuestro país. Gracias al inmenso repositorio virtual de internet, estas películas están disponible para aquellos buscadores de verdad (de alguna verdad para seguir alentando, cabría decir, el viejo adagio de Tolkien "not all those who wander are lost"). Lo cierto es que me cuesta clasificar esta película en algún epígrafe: ¿comedia? ¿Tragicomedia? ¿Película religiosa? Cuesta entenderla, o, al menos a mí, me costó entenderla plenamente hasta el final. Su sentido del humor es demasiado negro, demasiado sarcástico, aunque, he de reconocer, muy verosímil para la vida que nos ha tocado vivir.
Imagen tomada de Wikimedia Commons
 Tal cual yo la he entendido, la película es una burla sarcástica de la vida y una reflexión filosófica, espiritual o religiosa, dígase como se quiera. Del elenco actoral destacan Ulrich Thomsen, actor con decenas de películas en su país y el resto de Escandinavia, y conocido fuera por películas como la versión de The Thing de 2011, Kingdom of Heaven (2005) o Centurion (2010); y Mads Mikkelsen, mucho más conocido fuera de Dinamarca, con éxitos como Valhalla Rising (2009), Doctor Strange (2016), At Eternity's Gate (2018) o Rogue One (2016). Ellos dos son, por el tremendo contraste entre sus caracteres, los que llevan la película en su totalidad, aun siendo necesarios los actores secundarios para poder ser entendida plenamente.
 En fin, el argumento es éste: un exconvicto neonazi, Adam (Thomsen), llega a una parroquia para cumplir con el resto de la condena. Allí le recibe el pastor, Ivan (Mikkelsen), que es el negativo exacto de Adam. El exconvicto es alguien descreído, violento, malpensado e intolerante; el pastor es optimista, ingenuo y bienintencionado ("buenista", lo llamarían hoy). Ivan cree que Dios quiere lo mejor de todos los humanos y que si algo malo los tuerce es por obra del diablo; Adam, ateo recalcitrante, se ríe de la ingenuidad del pastor y decide demostrarle lo equivocado que está. El neonazi tratará de hacer que el pastor pierda su fe, palizas inclusive, pero el bueno de Ivan no hace más que "poner la otra mejilla". Finalmente, una concatenación de hechos lleva al pastor a perder su fe y esperar la muerte cercana (por un tumor cerebral). Al final, sucesos absolutamente descacharrantes llevan al pastor a sobrevivir, a volver a su fe y, sorprendente y gozosamente, al criminal a su conversión.
Imagen tomada del sitio rarefilm.net
 Con todo, cada uno puede interpretarlo como quiera. Habrá quien sólo vea una comedieta ligera sin aspiración filosófica o espiritual alguna, y, probablemente, no se equivoque. Yo lo he entendido por el lado espiritual y religioso, por el de la aceptación de lo que la vida nos depare como prueba diaria a la que estar sometidos y que nos ayuda a entrar por ese "camino estrecho" que nos lleve a la paz espiritual en la tierra y al Paraíso en el Más Allá.
 En ese sentido, la orientación no es muy católica sino, como es comprensible teniendo en cuenta el país de origen, reformada. La sencillez de su fe, comparable a la desornamentación física de la iglesia, lo atestiguan.
 Es, en mi opinión, una película pequeña, no sólo por presupuesto, sino por ser la historia de un puñado de personas, marginales en este gran mundo terrenal, que encuentran, sin embargo, su camino, cuando casi todas las demás están perdidas. ¿Qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué dará el hombre a cambio de su vida. (Mateo, 16, 26). Pero es una excelente película para reflexionar sobre nuestra existencia, para discernir lo fundamental de lo accesorio.