viernes, 17 de enero de 2014

Ahora leyendo: "El grito primal" de Arthur Janov

 Ahondando en la psicología freudiana, Janov reconoce las neurosis que casi todos los seres humanos tenemos retrotrayéndonos a agresiones (falta de afecto, inseguridades, abandonos, maltratos...) en nuestra más tierna infancia o incluso en época prenatal.
  Dichas agresiones nos provocan neurosis que se mantienen hasta la edad adulta, generando trastornos que cercenan nuestra capacidad de disfrute de la vida. Concretamente, Janov llega a hablar de "seudosentimientos" aquellos con los que nos parapetamos (sobreactuamos) para superar esos traumas infantiles, entre ellos dos de los más ubicuos en nuestra sociedad: ansiedad y depresión.
 Quizá lo más difícil de asumir es la "curación" que el psicólogo propone: la terapia inicia con varios días de vuelta a la infancia tras los que llega el "grito primal", que no es sino exactamente eso, un grito proveniente del dolor acumulado a lo largo de los años. Según Janov, este grito puede ser largo y agudo, pueden ser insultos (principalmente dirigidos hacia los padres) o simples suspiros. El terapeuta ha de sacar ese dolor y, posteriormente, el paciente puede hacerlo de forma privada.
 Otro capítulo también controvertido es la relación que establece entre la neurosis y las enfermedades psicosomáticas: jaquecas, hipertensión arterial, "perversiones sexuales"... considerándolas como meros efectos de aquellos traumas y, por tanto, eliminables por la terapia del grito primal.