domingo, 29 de mayo de 2016

Inciso cinematográfico: "Fúsi", dirigida por Dagur Kári.

 Es un gusto poder ver películas tan alejadas culturalmente de lo habitual por estos lares, en este caso es de la gélida Islandia, pero la historia que narra es bien cálida.
  La historia es la de Fúsi, un hombre en sus cuarenta y tantos que vive con su madre, nunca ha tenido una relación sentimental y recibe burlas y maltratos de sus compañeros por su carácter tímido y su físico extraordinariamente obeso. Fúsi es, en realidad, un alma cándida incapaz de hacer mal a nadie, que vive su anodina existencia sin cuestionarse nada; sin embargo, por ser tan diferente de "los normales" llega a ser considerado incluso un pervertido a ojos de los biempensantes. Un día, en una escuela de danza a donde es obligado a ir por su madre y el novio de esta, conoce a Sjöfn, una mujer con serios problemas psicológicos. El gigantesco Fúsi (el título en español es Fúsi, corazón gigante) se enamora de una forma pura, platónica de ella, pero la grave depresión por la que pasa Sjöfn le lleva a comportarse erráticamente ante nuestro pobre protagonista.
 Es, en realidad, una historia de amor complicada en unas vidas sosas y sin nada destacable; pero la simpleza, la ternura y la ingenuidad de Fúsi la hacen francamente conmovedora. Se trata de la lucha por sobrevivir de un sentimiento puro en una sociedad corrupta hasta la médula. Fúsi, que en verdad es un inadaptado social, es el más sano de todos, comparado con los compañeros de trabajo que le acosan y maltratan y todos los que se burlan de él por ser simplemente diferente. Nada nuevo bajo el sol (en la película más bien bajo la nieve), los de siempre (la mayoría) acosando y maltratando a los que no bailan al compás general.
  El actor que interpreta a Fúsi, un tal Gunnar Jónsson, encaja a la perfección con el papel. La fotografía de la película, muy sencilla, recalca con sus nieves y ventiscas el carácter pusilánime pero honrado del bueno de Fúsi. Una película, en definitiva, para abrir el corazón y dejarse de convencionalismos hipócritas y cínicos.