miércoles, 20 de enero de 2016

Ahora leyendo: "La solitaria pasión de Judith Hearne", por Brian Moore.

 No tengo remedio: parece que me abono a las editoriales más que a los autores o las corrientes literarias. Llevo más de tres libros de Impedimenta, de autores diferentes entre sí, pero publicados por esta editorial madrileña. Ahora le toca el turno a un escritor norirlandés afincado hasta su muerte en Canadá, Brian Moore.
  Moore nació en 1921, con lo que podemos considerarlo un escritor contemporáneo, aunque no tan lejano de esa llamada literatura victoriana; a mí, sin embargo, se me antoja muy cercano a Marcel Proust, sobre todo en la temática. Porque si el francés es capaz de escribir en una saga de siete novelas en las que, en realidad, no pasa nada de nada sino una anodina vida burguesa, en La solitaria pasión de Judith Hearne, Moore nos narra la vida de una solterona que envejece envuelta en su mediocridad en una sociedad biempensante y pacata que busca ante todo la apariencia... ¿Nos suena? Desde luego a mí me suena muchísimo, tanto que me recuerda irremediablemente a mi familia, con su religiosidad de cara a la galería, sus críticas salvajes al ausente de la reunión, su apariencia de "gente decente" y su hipocresía omnipresente. No en vano, las buenas gentes retratadas en esta novela (verdaderos perdedores en todos los sentidos) son católicos, norirlandeses pero católicos, y esa religiosidad falsa que todo lo emponzoña es, al menos en lo que a mí respecta, tristemente conocida en este atribulado país.
  La técnica narrativa de Brian Moore es sencilla pero eficaz. No es, desde luego, literatura victoriana, pero tampoco la prosa moderna tan descarnada y directa; el resultado es bastante potable. Sin embargo, no acabo de acostumbrarme a que las reflexiones de la protagonista no estén diferenciadas con claridad del resto del texto mediante los signos de puntuación correspondientes. Ignoro si se trata de una mala traducción o es el autor el que no ha hecho uso de esos signos de puntuación por alguna razón concreta.