jueves, 7 de julio de 2022

"Apuntes de la casa muerta", de Fiódor Dostoyevski.

  Esta novela es tenida por obra menor del gigante ruso, nada que ver, por ejemplo, con Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov, Los endemoniados o El idiota. De hecho, es anterior a todas esas que he citado (aunque ya había publicado grandes novelas como Pobres gentes  o Humillados y ofendidos; pero, sobre todo, se da tras un hecho fundamental en la vida de Dostoyevski (y en la vida de cualquiera, ¡caramba!) como fue la prisión en Siberia entre 1850 y 1854, acusado de traición a la patria y actividades antigubernamentales. Fiódor Dostoyevski ha pasado a la historia de la literatura universal como uno de los mejores autores a la hora de describir la psicología humana, como un experto taxidermista de las emociones, los sentimientos y los pensamientos de los hombres. Es difícil crear personajes tan redondos como los creaba Dostoyevski, pues, a base de describir hasta el más mínimo rasgo del carácter, llega uno a conocer plenamente al individuo; además, la evolución que imprime en su pensamiento, en su psique, hace que que sean plenamente verosímiles y que tengan esa redondez envidiable. Se pone como ejemplo al inmortal Raskolnikoff de Crimen y castigo, pero, en verdad, toda novela del autor ruso tiene personajes impagables.
 En esa contraposición (un tanto forzada, la verdad) entre descripción y narración, Dostoyevski se centra totalmente en la primera, hasta el punto de que la narración no es apenas notable. Todo el argumento se "reduce" a la descripción del penal de Omsk en el que cumple condena, así como de los compañeros de presidio. Es interesante pensar que para Dostoyevski esta supuesta obra menor no fue sino un aprendizaje (como la propia estancia en Siberia) para la creación de las grandes obras inmortales que he nombrado al inicio de este texto.
 Como curiosidad cabe recalcar que, aunque no cabe duda de que la obra es autobiográfica, el propio Dostoyevski la presenta como un texto encontrado y escrito por un tal Alexander Petróvich Goriánchikov, esto no deja de ser un recurso literario relativamente para la época.
 En la descripción de las relaciones entre individuos no pude dejar de recordar la novela de Piotr Kropotkin Ayuda mutua, inicio de las sus consideraciones sobre el anarco-colectivismo, basado en la extrema solidaridad que se daba entre los campesinos más pobres de Siberia; análogamente, Dostoyevski narra esa solidaridad en uno de los ambientes más brutales que pudo existir a mitad del XIX.
  Especialmente doloroso, por realistas y detallados, son los capítulos del hospital, que une a las miserias de la prisión las de la enfermedad y la muerte. En muchos casos llegaban al hospital por los brutales castigos que les infligían los carceleros, llevándolos incluso a la muerte. En ese sentido es tristemente simpático una nota del autor para dulcificar la tortura y el asesinato legales con las siguientes palabras: "Todo cuanto aquí describo acerca de los castigos y de las ejecuciones corresponde a mis tiempos de presidiario. He oído decir que ahora todo ha cambiado o va cambiando".

 En fin, una obra menor pero que siendo de Dostoyevski es una novela tremenda de principio a fin ("tremenda" en el sentido positivo, claro). Un terrible recordatorio de lo que es la sociedad humana en última instancia, pues, al fin, toda sociedad humana no deja de ser un presidio en el que malgastamos nuestras cortas vidas.