viernes, 21 de octubre de 2016

"La conciencia del escritor", según Max (http://max-elblog.blogspot.com.es/)


Ahora leyendo: "En el café de la juventud perdida", por Patrick Modiano.

 De veras que trato de espaciar los autores para no repetirme leyendo siempre al mismo... pero parece que no lo consigo. Empiezo con En el café de la juventud perdida.
  Son tantos los elementos comunes en las novelas de Modiano, que uno cree estar leyendo la misma novela desde diferentes puntos de vista. Los personajes cambian, claro, pero siguen siendo gente joven perdida que trata de inventarse día a día sin pensar mucho sobre su pasado o su futuro. Otro elemento común: las calles y bares de París, un París sin glamur ni atractivo alguno, más como un paisaje por defecto, sin los elementos arquitectónicos universalmente conocidos de la "ciudad de la luz". Uno imagina al autor como un tipo introvertido, huraño, que apenas tiene relaciones con nadie salvo aquellas que accidentalmente sobrevienen.
  La novedad principal aquí es la narración de los mismos hechos, las mismas personas (especialmente de una persona, una chica apodada Louki), los mismos lugares desde cuatro puntos de vista diferentes, tantos como voces narrativas. Esta técnica narrativa no es nueva, se ha usado multitud de veces por muy diversos autores, pero sigue teniendo como grandes ventajas la subjetividad que aporta al hecho más trivial, y la posibilidad de que el lector vaya descubriendo poco a poco como la trama va encajando, algo así como un puzle literario.