jueves, 4 de junio de 2015

"Ici Même", por Jacques Tardi y Jean-Claude Forest.

 Otra novela gráfica incombustible de Tardi, esta vez con guión de Jean-Claude Forest, Ici Même.
  Forest fue uno de los más reconocidos guionistas o escritores de cómic de la gran potencia europea en este género, Francia-Bélgica; fue creador de personajes fantásticos como Barbarella, que fue llevada al cine con Jane Fonda como protagonista.
 Barbarella era lo que se llamó un cómic de fantasía y erótico, una mezcla un tanto peculiar pero que recibió mucha atención del público de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo. No eran sino aventuras de ciencia ficción protagonizadas por rubias neumáticas vestidas, es un decir, con poco más que un top y un tanga.
 Ici Même no pertenece a tal subgénero, es bastante más maduro. Es, en mi opinión, una ácida sátira de la sociedad occidental, de su estúpida concepción de la propiedad y la estupidez que esta lleva hacer a los enfermos de materialismo. Digo "en mi opinión" porque el propio Forest, que prologa el volumen, advierte que no debe entenderse como una sátira, sino como simple humor... Parecerá pretencioso por mi parte, pero no estoy de acuerdo con el autor. Porque, y eso es lo más maravilloso de cualquier manifestación literaria, la interpretación que hace cada lector puede ser tan válida como la del propio autor; esto explica que haya tanta disparidad  de opiniones sobre cualquier obra literaria. Se ve más claro esta reflexión mía en poesía, donde el estado anímico del lector puede dar mil y una lecturas de cada poema, se pueden tener, por tanto, distintas interpretaciones de un mismo poema para un mismo lector según se esté en un estado anímico u otro.
    La historia de Ici Même es, simplificando, la vida de un tipo, un propietario de tierras, que es desheredado por su avarienta familia y que, gracias a la labor de un estrambótico abogado, consigue recuperar los muros de las propiedades en las que viven sus parientes. El resultado es que el protagonista vive encaramado a los muros como un gato y subsiste gracias a cobrar un canon cada vez que sus familiares quieren entrar o salir de sus propiedades. Una vida estúpida y sin sentido... tan parecida, por otro lado, a la de cualquiera de nosotros...
 Yo sí veo la sátira de una sociedad que desperdicia sus vidas, lo único que estamos seguros de tener, en empecinamientos sin sentido. El protagonista, por supuesto es un "memo" en el sentido más obvio, pero no se puede olvidar a todos los familiares que permiten que la absurda situación se prolongue indefinidamente en el tiempo, o la del abogado que es representado como un rico excéntrico y que, probablemente, sea el único que gane en esta situación (otra crítica a los "picapleitos" y, en general a la enorme cantidad de gente que vive de crear conflictos entre las personas: abogados, políticos, periodistas...). Es, por tanto, una crítica muy acerbada de esta humanidad aborregada y materialista a la que estamos tan orgullosos de pertenecer.
 Los dibujos, por su parte, tienen la calidad a la que Tardi nos tiene acostumbrados; esta vez en blanco y negro que, aunque quizás lo sea por razones editoriales, conjuga mejor con la estúpida existencia que llevan sus protagonistas.