jueves, 5 de septiembre de 2013

El inefable señor Robert Crumb

 Vaya por adelantado que considero a Crumb uno de los mejores dibujantes americanos de cómic, no solo eso, además es un escritor ciertamente único: ingenioso a la vez que divertido, irrepetible.
  Robert Crumb es el fundador de aquel cómic underground que rompió con el apabullante dominio de la factoría Marvel, "Weirdo"; también es el autor de los mejores dibujos sobre el mundo obsesivo y particular de Franz Kafka, de hecho, muchos tenemos una imagen mental suya y de la Praga de principios del siglo XX gracias a él; también fue amigo y colaborador de otro de los iconos del cómic underground americano, Harvey Pekar; pero quizás ha sido famoso, sobre todo en ámbitos de aquellos que no les gustan los cómics, por sus visiones diferentes de las mujeres y del sexo, ciertamente muy particulares, cayendo (o ascendiendo, no sé) en lo que hoy llamamos fetichismo, para demostrarlo pongo un botón como muestra, por supuesto obra del propio Crumb:
  Crumb fue acusado de sexista cuando no de pervertido, acusaciones que, por supuesto, aprovecharon los detractores de los cómics para asegurar que eran la "depravación de la juventud" y razón de la alta criminalidad sexista de la sociedad norteamericana. Afortunadamente, Robert Crumb nunca fue parco a la hora de defenderse de tales acusaciones tanto en su obra como en entrevistas, dejando claro que era su particular visión de las mujeres y el sexo, pero nada que no fuera un simple gusto, un tipo de mujer por el que él tenía preferencia. Quizás además de ser tan explícito, lo que molestó fue que rompía el estilo predominante en todas las sociedades (no solo las occidentales) en las que el varón ha de ser la representación física de la fortaleza y la mujer la de la ternura y delicadeza. Como muestra definitiva, una foto con su mujer, Aline, que deja bien a las claras quien "lleva los pantalones en casa".