miércoles, 7 de octubre de 2020

"Names for my Novel", by Grant Snider (incidentalcomics.com).

Image from www.incidentalcomics.com
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"Primavera de café. Un libro de lecturas vienesas". Joseph Roth.

  Conjunto de artículos periodísticos publicados principalmente en Der Neue Tag de Viena entre 1919 y 1923, es decir, entre los veinticinco y veintinueve años de edad. Son artículos de sociedad, en el sentido de que versan sobre el comportamiento y los avatares que sufrían los vieneses de aquellos años tan aciagos, no es que traten sobre la alta sociedad. Lo de la edad de Roth lo digo para dejar claro lo joven que era y, sin embargo, la extraordinaria madurez literaria de la que hace gala. ¿Los temas? Retratos de bares y cafeterías y la fauna que allí mora. Uno se imagina al joven Joseph Roth, con su escaso cuerpecillo, sentando a una mesa en un rincón, anotando en una libreta sus pensamientos, juzgando con sus ojillos de roedor a todos los parroquianos. ¿Y las formas? Las formas son lo mejor; Roth es un verdadero cirujano de la lengua, un artista capaz de usar todas las figuras literarias para dar brillantez a su prosa sin caer en pedantería alguna; diríase que es prosa poética si no fuera porque no es aplicable (al menos en puridad) al ensayo y la prosa periodística, en todo caso, es tan excelsa que deja al nivel del betún (por no decir mejor, al nivel del excremento de perro que pisa el zapato embetunado) a los actuales periodistas, capaces de las mayores afrentas posibles a la lengua escrita.
 Las descripciones de Roth son tan detalladas que dan perfecta imagen de la Viena de aquellos años, una ciudad enorme para un país que, tras la Guerra del 14, se había quedado en nada, en un país macrocefálico repleto de muertos, lisiados, pobres, estraperlistas y mendigos y que, sin embargo, trataba de mantener la elegancia y glamur de sus mejores tiempos. No obstante, los artículos no son lacrimosos en absoluto, ni siquiera compasivos, Roth aplica una mirada de entomólogo que pincha sus mariposas en un corcho, perfectamente conocedor del insecto, pero a la vez inmisericorde.
 Los artículos están compilados y prologados por Helmut Peschina, un escritor y editor austriaco especializado en la obra de Joseph Roth, de los cuales Acantilado ha publicado varios tomos. Es francamente interesante el gusto que tiene toda Europa por la obra de Roth, tanto por el mero placer literario como por la interesantísima reflexión sobre la guerra, la sociedad pervertida que ésta genera y la desesperanza general de la población. En todo caso, su reflexión no debió ser muy escuchada si apenas veinte años más tarde volvían a matarse con toda ilusión y dedicación.
 Lo que sí puede leerse entre líneas es una tendencia del carácter del escritor al desánimo, cuando no a la depresión mayor. Esto le llevaría a una muerte temprana a sus cuarenta y cinco años, sumergido hasta el moño en alcohol, una verdadera pena, que un tío con tanto talento tuviera tan pocos años para producir textos de esta calidad.
 Otra reflexión que me sugieren los artículos y sobre todo el prologo de Peschina es lo terriblemente precaria que fue la vida de Roth, precaria en lo económico y laboral que, probablemente, era reflejo de la inestabilidad psicológica que padeció toda su vida. Esto es un drama en sí mismo y refleja la realidad literaria para cientos de miles de escritores de toda época, que vivieron prácticamente en la indigencia mientras que editores, críticos e incluso libreros vivieron y viven de su talento. ¡Triste!