domingo, 14 de agosto de 2022

"Shosha", de Isaac Bashevis Singer.

  Novela relativamente tardía (publicada en 1978) aunque, probablemente, concebida en época temprana. Digo que se compuso en la juventud del autor, no tanto porque los hechos narrados tengan lugar en la década de los años treinta, sino porque son total y absolutamente autobiográficos. ¡Pues vaya vida que llevó entonces en bueno de Isaac! Hombre, cuando digo que es autobiográfica quiero decir que es "autobiográfica con licencias creativas". En realidad eso es lo más frecuente en narrativa: escribimos con personajes que conocemos a los que hemos quitado esto o añadido aquello; pero cuando es autobiográfico... entonces no hay forma humana de hacer que el personaje protagonista (alter ego del autor) carezca de buena parte de sus defectos y tenga otras muchas virtudes. En el caso de esta novela, Aaron Greidinger, es, a la chita callando, un seductor imparable que tiene varias amantes a la vez y las mujeres se deshacen en halagos y carantoñas. No sé, mirando la fotografía de Singer no parece dar el perfil...
 En el texto mismo está la clave de la novela, cuando al propio Greidinger le dicen que "el lector judío quiere Torá, sexo y aventura", y eso es lo que hay en el libro: judaísmo (más desde un punto de vista filosófico, preguntándose más que dogmatizando), sexo con prácticamente todas las mujeres que aparecen en la novela, y la aventura de vivir, con Hitler amenazando con arrasar Europa y, principalmente, a los judíos. 
 Con respecto a las otras novelas de Singer que he leído, esta es la más evidentemente autobiográfica, pues está ambientada en las calles del gueto de Varsovia en el que el autor vivió; el tal Greidinger también se casa en Europa, abandona (quizá esto es excesivo, pongamos "se separa") a su mujer y su hijo, y rehace su vida en Estados Unidos, todo igual que Singer.
 Digamos que es una revisión intelectualizada de su propia vida, sin hacer juicios de valor sino sólo narrando los hechos. Desde la interpretación de este lector, tal vez sea la búsqueda de un amor puro y sin mácula, toda vez que las relaciones que establece el protagonista con distintas mujeres están mediatizadas por el interés profesional, económico o social, mientras que la relación con Shosha está fuera de esas consideraciones, de hecho esa relación va contra los intereses antes mencionados.
 A la vez que todo esto ocurre, se cierne sobre los personajes la amenaza sorda pero cierta del nacionalsocialismo y los regímenes títeres que se habrán de imponer en toda Europa. En este sentido, esos personajes se debaten entre huir lo antes posible para salvar la vida, o refugiarse en la esperanza en la otra vida para esconderse de ella.
 Para ahondar más en lo del carácter autobiográfico, la novela está escrita en primera persona; también mantiene la ligereza narrativa propia de Singer, ligereza que nunca va reñida con una calidad excelsa.