martes, 20 de junio de 2017

"Vida con estrella", de Jiri Weil.

 Leí de este tipo Mendelssohn en el tejado, y me pareció una de las mejores novelas sobre la ocupación nazi, en este caso de Praga, y las barbaridades cometidas. Me gustó su tono sencillo, sin grandes pretensiones dramáticas; el resultado, sin embargo, era conmovedor (para los que tenemos sensibilidad, claro) pero huyendo del sentimentalismo facilón. Tenía, incluso, sus perlas de humor negro que aumentan el verosimilitud del relato. Ahora comienzo con esta:
  En este caso se supone que la mayor parte de las vivencias del protagonista fueron sufridas por el propio Weil, que, durante la ocupación nazi de su ciudad, consiguió sobrevivir habitando de forma desapercibida en viviendas deshabitadas. La prosa es igualmente directa, no hay dramones. Lo más sorprendente es que en ningún momento utiliza las palabras nazi, alemán o judío; pero para cualquier lector con un mínimo de nivel cultural sabe dónde y cuándo se desarrolla la acción. Es una novela de una lectura facilísima, pero ni lo que cuenta, ni como lo cuenta es fácil. El protagonista vive en total aislamiento, tratando de no ser detectado, pero con el miedo de acabar siendo detenido; por toda compañía cuenta con un gato callejero, tan solitario y emaciado como él mismo y el recuerdo de una antigua compañera, Ruzena; lo demás es miseria, soledad, hambre y miedo.
  En Vida con estrella (tal vez un juego de palabras irónico entre la estrella de David que habían de llevar los judíos bajo el Tercer Reich, y el sinónimo de suerte, brillo), Weil no deja nada en el tintero, la crudeza es evidente, pero deja al lector que ponga el juicio de valor, él solo narra fríamente.