sábado, 23 de marzo de 2013

Ahora leyendo: "Historias de San Petersburgo", de Nikolai Gogol

  Se le considera uno de los grandes escritores rusos, junto con Pushkin -de quien fue amigo-, Pasternak, Tolstoi, Dostoievsky, Chéjov o Gorki entre otros; parece ser que Nikolai Gogol era más ucraniano que ruso (no solo de nacimiento sino de origen, aunque son dos naciones con muy profundos lazos comunes que, a fecha de hoy, todavía son producto de discusiones acerca del uso de una lengua u otra en el parlamento de Kiev) e incluso que tenía orígenes polacos... fuera como fuese, él se sentía ruso -quizás muchos ucranianos de origen ruso consideren Ucrania como una región rusa- y en lengua rusa escribió siempre.
  Solo leí Taras Bulba que, según parece, no tiene mucho en común con el resto de su obra. Taras Bulba es una novela realista con rasgos historicistas que rayan en el género épico; narra las belicosas aventuras de un cacique cosaco -del cual el título es epónimo- y sus hijos, Andréi y Ostap.
  El resto de su obra tiene más claras raíces en el Romanticismo literario propio de finales del XVIII y principio del XIX.
  Según sus biógrafos, Nikolai Gogol se debatió toda su vida entre el amor a la literatura y el teatro inculcado por su padre y la superstición  y las leyendas que le enseñó su madre; esta mezcla tan aparentemente contradictoria en un pasado, no lo era tanto en el Romanticismo, en el que los temas populares, especialmente aquellos que tenían que ver con el sentimiento y no con la razón tomaron una preponderancia notable.
   Me adentro pues en otra aventura literaria rusa,  y me apresto a enfrentarme con la prolija y barroca prosa rusa que favorece una lectura lenta pero "jugosa".