miércoles, 28 de agosto de 2019

"Los ejes de mi carreta", Atahualpa Yupanqui.

Porque no engraso los ejes
Me llaman abandonao
Si a mi me gusta que suenen
¿Pa qué los quiero engrasaos ?
 
Es demasiado aburrido
Seguir y seguir la huella
Demasiado largo el camino
Sin nada que me entretenga
 
No necesito silencio
Yo no tengo en qué pensar
Tenía, pero hace tiempo
Ahora ya no pienso más
 
Los ejes de mi carreta
Nunca los voy a engrasar

Inciso cinematográfico: "Odd Man Out", dirigida en 1947 por Carol Reed.

 En el cine, igual que en la literatura, tirando del hilo llegas a las grandes obras. Por eso siempre digo que me gustas las compilaciones de relatos, aunque algunos digan que son engendros comerciales de las editoriales, a mí me gustan porque así se descubren autores que han sido olvidados en favor de mediocridades contemporáneas. Pues lo mismo con el cine. Entradas atrás hablaba de la genialidad de El tercer hombre, una maestría en dirección, fotografía, elenco actoral... pues claro, rebuscando lo disponible en la inmensidad virtual de la red de redes hay varias de Carol Reed, de la más impresionantes, esta:
Imagen tomada del sitio www.imdb.com
  Rodada en 1947, narra las últimas horas de vida de un pistolero del IRA. Probablemente por razones políticas no se refiere nunca a este grupo terrorista (que es llamado "la organización") como tampoco se menciona la ciudad norirlandesa de Belfast; como muy bien se dice al principio, no importa la política ni la geografía sino las relaciones humanas. 
 La cinta es para "muy peliculeros", no es comercial. Es para alguien que quiera entender la dificultad que tiene cualquier director para transmitir una historia con imágenes, sin apenas diálogos, jugando con la fotografía para hacer entender al espectador la tensión en la que se encuentra un moribundo asediado por sus heridas, por la policía y por todo el mundo. La fotografía, de hecho, firmada por Robert Krasker es francamente genial, especialmente la escena final en la que el protagonista y su enamorada ven cómo el cordón policial se va cerrando sobre ellos en un ambiente nevado. James Mason, como siempre, está inconmensurable, un actor que transmite con gestos, miradas, poses, sin siquiera hablar. El resto de actores está en su línea, y es que se podría decir que es una película coral en la que están representados no sólo los terroristas del IRA sino todos los bajos fondos de Belfast: borrachos, artistas fracasados, mendigos, confidentes de la policía, chorizos...
Imagen tomada del sitio www.filmforum.org
  En España, la película fue traducida como Larga es la noche, que aunque es totalmente diferente del título original no traiciona la sensación del paso del tiempo como una espada de Damocles que acabará con la situación de forma irremediable. 
 El guión, los actores, la fotografía, la producción... todo redunda en hacer de este film uno de los mejores de su época, pero, en mi opinión, por encima de todo la increíble capacidad de Carol Reed para combinarlos a todos para hacer esta pequeña joya que, como casi todo lo artístico, acaba desapareciendo para el gran público que prefiere el garrafón a lo exquisito.