Después de la desasosegante lectura de Jean Améry ("lectura interruptus") paso a las antípodas literarias: Terry Pratchett. Pratchett fue un autor de literatura fantástica, casi de ámbito juvenil, en la estela de Tolkien. Suya es la creación de un verdadero mundo (Mundodisco, exactamente llamado) de ficción que se rige al margen de las miserias que nos toca vivir en esta vida. Por ello, Pratchett, igual que Tolkien, Aldiss, Asimov, Lovecraft y tantos otros forman parte de lo que llamo "literatura de evasión", pues son lecturas extraordinarias para olvidar la amargura de vivir con mundos inexistentes pero tan bien narrados que pasan por verosímiles. Las novelas de Mundodisco de Pratchett llegan a cuarenta y una, además de otros relatos que surgen como spin-offs de distintos personajes.
La primera novela es, como se puede ver en la portada escaneada, El color de la magia y contiene todos los ingredientes que han hecho tan apetecible a la literatura fantástica ambientada en mundos medievales con un mucho de imaginario: magos, dragones, brujas, trolls, caballeros... No llega, desde luego, a la calidad literaria de Tolkien, que no tiene nada que envidiar a supuestas "obras serias", pero contiene algo que el autor de El hobbit no introdujo en demasía: el humor. Sí, las novelas de Pratchett tienen situaciones de clarísimo humor inglés, ese humor negro y sarcástico que, al menos a mí en pequeñas cantidades, tanto me gusta. En realidad lo que hace el autor es burla de la sociedad humana en una sociedad paralela poblada por seres fantásticos que tienen todos los vicios de los humanos. Este ingrediente suplementario le da un valor notable a las novelas de Mundodisco y lo hace más legible para adultos, ya que si no quedarían un poco ñoñas.
En todo caso, la lectura es muy rápida, divertida y amena. Para todos aquellos asnos que se ufanan públicamente de leer grandes obras no está recomendada en absoluto, para aquellos que, por otro lado, traten de mantener la visión mágica que todos tuvimos de niños es una lectura excelente.