sábado, 28 de mayo de 2016

Conclusiones tras leer "Matadero Cinco".

 Pocas, pocas conclusiones. Al menos no muy diferentes de lo que escribí en la entrada anterior. Es, en mi opinión, un ejercicio de literatura aséptica, porque, a pesar de narrar el salvajismo humano en modo óptimo (cómo matar a más de 25.000 personas en apenas un par de noches), al contarse con las prolepsis y analepsis que da la abducción por los extraterrestres y su vida pasada y futura, todo parece más natural, menos terrible, como hechos acontecidos hace milenios que perdieron ya su importancia. Con todo, la incorporación de los alienígenas y demás no da un tono estrambótico o ridículo a la novela, tal vez porque la supina estupidez humana condensada aquí en el Bombardeo de Dresde de 1945 es tan ilógica que uno se cree a pies juntillas lo del planeta de Tralfamadore.
  O puede que uno ya esté mayor para sorprenderse con nada y no busque el adoctrinamiento espiritual, conmoverme emocionalmente o descubrir un gran tesoro literario... Lo cierto es que he acabado de leer esta novela con una sensación de indiferencia que empiezo a reconocer con bastante frecuencia en mi, otrora, prono a la emoción intelecto.