lunes, 29 de abril de 2013

Fragmento del segundo capítulo de mi novela: "Dulce et decorum est pro patria mori"

 
II GRACE BANFIELD

«¿Qué será de mi William? ¿Sabrá sobreponerse a las dificultades de la vida en Londres? Todavía me parece verlo, tan rubito, tan indeciso, cogido de la mano de sus hermanos... ya entonces parecía muy frágil para este perro mundo. ¡En fin, mejor que se haya ido! Aquí solo le esperaba maltrato y problemas.»
«¡Qué desgracia el vivir, Señor! No ha tenido una nada más que problemas. ¡Con lo prometedor que era todo a mis veinte años! Con Desmond, tan buen chico, serio, trabajador... hasta que el maldito vino lo echó a perder, le agrió el carácter y empezó a pegarme... Ahora no es más que una carga, no trabajará jamás, solo se emborracha día tras día en esa maldita taberna. Que Dios me perdone, pero ya podía llevárselo algún día de estos.»
«Hasta nuestro barrio de Butetown se ha deteriorado. Antes éramos todos gente obrera, sencilla, sí, pero todos galeses, el extranjero era el de fuera de Cardiff... ahora con todos esos griegos borrachines y pendencieros, y peor aún los musulmanes, que las chicas jóvenes ya no pueden andar tranquilas por la calle. ¿Qué ha pasado con nuestro Cardiff?»
«Tengo que dejar de pensar estas cosas, Desmond y los chicos están a punto de llegar... Tengo que sobreponerme, dejar de pensar en William, seguro que está mejor que nosotros, al menos ha tenido la valentía de salir de este agujero. ¡De buena gana me habría ido con él! Pero que habría sido de las vidas de Mary Grace y de Desmond Junior, demasiados problemas tienen por sí solos, si no estuviera yo aquí, Dios sabe dónde acabarían.»
«¡Vaya por Dios! No queda vino, ya veremos que dice Desmond. ¡Qué habré hecho yo en la otra vida para merecer este castigo!»

- ¿Eres tú, Mary Grace?
- No, soy la reina de Inglaterra, ¿tú qué crees?
- Vete a la bodega a por una botella de tinto, si no, tu padre se va a poner hecho una fiera...
- ¡Que vaya él, no te digo! A ver si echas a la calle a ese borrachuzo, para lo que sirve...
- A veces me pregunto de dónde sacas tan mala uva.
- ¿De dónde? ¡Tú sabrás mamá! ¿A lo mejor es porque recuerdo al borracho de mi padre pegarme desde que tengo uso de razón?
- Todos tenemos problemas, hija, pero no entiendo tanta agresividad como tenéis tu hermano y tú.
- ¡Ah, claro! Se me olvidaba que no tenemos comparación con el hijo pródigo, ¡el gran William!
- ¡No digas tonterías! Os he querido por igual a los tres.
- ¡Venga ya! Si solo tenías mimos para él...
- Bueno, bueno, vamos a dejar ya eso... Vete a por vino, por favor, toma dos libras...
- ¡Bah! Déjame que ya tengo dinero yo, ¡mira que fajo!
- ¡Dios mío, Mary Grace! ¿Cómo tienes tanto dinero?
- Una que sabe ganarlo...
- ¿Quién te lo ha dado? ¿Ese viejo verde con el que se te ve pasear?
- Ese viejo verde como dices tú me cuida como nadie lo ha hecho...
- Pero si podría ser tu padre... ¿Es que no te das cuenta de lo que quiere?
- No soy tonta, madre... Una tiene un cuerpo bonito y ha de aprovecharlo... ya acabaré fea y gorda como tú.
- ¡Desvergonzada! Acabarás siendo una vulgar prostituta...
- ¿Y qué esperabas? Con la esmerada educación que me distéis.
- ¡Quítate de mi vista! ¡Por Dios, qué familia me ha tocado en suerte!
- ¡Adiós, vieja, ahí te quedas!