jueves, 10 de agosto de 2023

"El Atlético Invisible. Una novela del Mundodisco", de Terry Pratchett.

  Trigésimo séptima novela del Mundodisco. Esta vez corresponde el llamado "arco argumental" de los magos, pues son los componentes de la Universidad Invisible los que se ven impelidos a crear un equipo de fútbol para solventar una antigua cláusula sobre un legado que da pingües beneficios a la Universidad, pero que exige la celebración de un partido de cuando en cuando. Claro, los magos, expertos en el arte del dolce far niente pero aparentando que se hace algo importantísimo, no tienen ni idea de que es eso del fútbol. En tal tesitura, el patricio de la ciudad, Havelock Vetinari, con su agudeza habitual, es consciente de las enormes posibilidades que tiene la consolidación de una competición deportiva que mantenga a las masas entretenidas a la vez que alejadas de la toma de decisiones importantes, vamos, lo que viene siendo el antiguo panem et circenses.
 Además de los magos y de Vetinari, otros personajes principales de la novela son Trev Probable, jugador de fútbol que habrá de consolidarse como gran estrella; Huebo, un trasgo que, en realidad, acaba siendo un orco con actitud de erudición; Glenda, una cocinera con una visión social que no desmerece la del patricio; y Juliet, la chica despampanante que atraerá a Probable al partido.
 Teniendo en cuenta que es una novela de Terry Pratchett, lo aparente es lo secundario y lo que se lee entre líneas, lo principal. Es decir, el fútbol en sí no es realmente importante aquí, sino los tejemanejes que el poder ejerce sobre las masas (que son siempre más fáciles de manejar que los individuos aislados) gracias a una afición natural de los grupos sociales a formar subgrupos y enfrentarse entre sí. Vamos, que si se aprovecha la animadversión natural que surge entre, pongamos, los de esta región contra los de aquella otra, o los ricos contra pobres, o los jóvenes contra los viejos, o los hombres contra las mujeres... esas masas perderán todo interés por la forma de gobernar de los poderosos, que tendrán libre el camino para actuar a sus anchas. Simple, triste tal vez, pero eficaz. Y esto funciona desde los tiempos de las cavernas.
 Pero, claro, muchos creen que el bueno de Terry Pratchett escribía novelitas de fantasía para niños o adolescentes... ¡Qué equivocados están! Así hacen con ellos lo que hacen...
 Como curiosidad un tanto triste, el tiempo que pasó entre la publicación de esta novela y la anterior, Dinero a mansalva, fue de dos años, tiempo récord para un autor que convertía en oro todo lo que escribía y que había convertido ya en adictos a miles de lectores con su saga del Mundodisco. La razón para esto fue que al autor inglés le habían diagnosticado Alzheimer, enfermedad que acabó con su vida a la temprana edad de sesenta y siete años.