lunes, 21 de mayo de 2018

Conclusiones tras leer "Los tres camaradas", de Erich Maria Remarque.

 Dos conclusiones aunque de pequeño calibre. Primero: la enorme semejanza entre esta novela y La montaña mágica, de Thomas Mann; segundo: la "malvada" práctica de los taimados editores. Desarrollaré las dos.
Imagen tomada de Wikimedia.commons
  La semejanza de Los tres camaradas de Remarque con La montaña mágica de Mann es más que evidente, sobre todo por el tema principal: el desarrollo de la tuberculosis y final muerte de uno de los personajes principales. La montaña mágica debió provocar un terremoto literario en toda Europa cuando se publicó (1924), pero sobre manera en los escritores en lengua alemana (como el propio Remarque, que, aunque vivió en Suiza y Estados Unidos, nunca abandonó su lengua materna). El caso es que el último tercio de Los tres camaradas pierde el interés en narrar la relación entre esos tres veteranos de guerra y compañeros de negocio (Lohkamp, Lenz y Koester) para centrarse en la relación amorosa del primero con Patricia Hollmann. Esta última tiene que ser ingresada en uno de esos sanatorios para tuberculosos que estaban en alta montaña y que tan abundantes fueron por todo el continente a finales del siglo XIX y buena parte del XX. Ahí está la semejanza con la novela de Mann, que discurre plenamente en uno de esos hoteles. Pero no es solo el tema y la localización, sino el ambiente general de resignación sin tristeza en espera de la muerte que embarga a los allí internados. Aquí es Pat Hollmann, allí Hans Castorp, pero las semejanzas son demasiado marcadas. Remarque publicó Los tres camaradas en 1937, trece años después de Mann y... espero no parecer muy malpensado si pienso que, al menos, debió ser fuertemente influenciado por ésta.
 Con respecto a los tejemanejes de los editores... qué puedo decir... Cuando éramos jóvenes se nos decía que en los exámenes debíamos situar las preguntas mejores respondidas en el inicio y el final del examen, dejando la más floja en el medio para así distraer al examinador. No sé si esto lo pensaron los de Edhasa a la hora de plantear esta trilogía con el orden alterado, pero no sería extraño. Porque la última novela El camino de regreso fue publicada antes (1931) y, sobre todo, está ambientada justo al acabar la Primera Guerra Mundial, mientras que Los tres camaradas está ambientada en el periodo de entreguerras. Por ello, el orden natural sería el que figura en la portada del libro, y que es este:
  Pero no, los de Edhasa han decidido meter Los tres camaradas entre medias de las otras dos ¿por qué? Ellos sabrán, tal vez es más floja que las otra dos y han hecho lo que hacíamos en los exámenes de jóvenes, o tal vez la extrema longitud de Los tres camaradas recomendaba ponerla entre medias para que los lectores más vagos no desertaran. En todo caso, los buenos lectores gustamos de leer en un orden natural (tanto de ambientación de las novelas como de publicación) y estos cambios nos dejan un tanto hartos de "esos elementos imprescindibles" que son los editores y sus burdas manipulaciones.