lunes, 29 de mayo de 2017

Ahora leyendo: "Doña Perfecta", de Pérez Galdós.

 Vuelvo a Pérez Galdós, con una de sus obras cumbre de juventud, pero que ya contiene las características que son tan evidentes: realista en lo estético, con abundante sarcasmo e ironía, con un alter ego entre los personajes (en este caso el protagonista, Pepe Rey) y, sobre todo una prosa cervantina que lo convierte en atemporal.
  Esta edición de Cátedra abre, como es habitual en su colección Letras Hispánicas, con un sesudo estudio de la vida y obra del canario universal; dicho estudio, claro está, lo he pasado por alto para centrarme en el texto sin injerencia alguna, por mucho que estas sean erudición en estado puro.
 En Doña Perfecta se percibe ya el claro posicionamiento político y social que tuvo Galdós toda su vida y que suponía una lucha sin cuartel contra todo lo rancio, ultraconservador y mohoso que había en nuestro país (y que, desgraciadamente, parece resistirse a morir) y un anhelo de la apertura social, política y económica que elevara España a aquellas potencias europeas que se habían subido al carro de la Revolución Industrial, y que fueron tomadas entonces como bandera por el Partido Liberal. Es por ello que los personajes galdosianos están divididos entre los héroes con profesiones modernas y liberales (ingenieros, médicos, políticos...) y los antihéroes con ocupaciones propias de épocas más arcaicas (terratenientes, clérigos, sacerdotes...). Aquí concretamente, Pepe Rey es ingeniero mientras que Perfecta encarna el inmovilismo absolutista, arengada por el canónigo local, don Inocencio, representante de la atrasada Iglesia.
   Pero para mí lo más querido de Galdós es su absoluto dominio de los distintos registros "sociolectales". Es un verdadero maestro a la hora de poner en boca del pueblo llano expresiones y dichos que aportan redondez a los personajes; ya dije que Valle-Inclán (amigo personal de don Benito) le embromaba llamándolo "Benito el garbancero" por su excelente uso del habla coloquial. Esto es sobresaliente en Fortunata y Jacinta, pero también en Doña Perfecta se aprecia claramente, dando al habla de Pepe Rey un toque más técnico, al párroco uno más espiritual, o a Perfecta el más tradicionalista. 
 Pérez Galdós es un verdadero "maestro de escritores", para todos aquellos que quieran aventurarse a juntar palabras y oraciones, pues entreteje acción y personajes con notable lucidez sin caer en grandilocuencias que lo echen todo a perder.

domingo, 21 de mayo de 2017

"Dosto", el mejor psicólogo.

 Es difícil encontrar una fineza psicológica, una descripción del temperamento tan aguda  como se halla leyendo a Dostoyevski. En El doble, la evolución psicológica del personaje está tan bien pergeñada que uno se ve reflejado a sí mismo y a muchos otros insignes representantes de nuestra docta y evolucionada sociedad.
Imagen tomada de Wikipedia
  Con Dosto se disfruta de la lectura en un plano que excede con mucho lo meramente cultural y llega a las cotas más profundas de descripción de la psique humana, ya sea en comportamiento individual o colectivo. Es muy fácil sentir a Goliadkin como lo es hacerlo con Raskolnikoff o los Karamazov. Es una lástima que haya tanta gente que lea bazofia contemporánea promocionada por las grandes editoriales.

lunes, 15 de mayo de 2017

Ahora leyendo: "El doble", de Fyodor Dostoyevski.

 El doble es una novela (cuando fue escrita su extensión lo clasificaría como relato) "menor" del atormentado escritor ruso. No es Crimen y castigo, ni Los hermanos Karamázov, ni Los endemoniados, ni El jugador, ni El idiota, de hecho podría ser considerada una obra juventud, pues fue publicada en 1846, a los 25 años del autor. Sin embargo, El doble ya incluye las líneas maestras de su obra: temas como la pobreza extrema junto al derroche más reprochable, la minuciosa descripción psicológica de los personajes que son literalmente diseccionados delante del lector y el nacimiento de los movimientos filosófico-políticos (comunismo, anarquismo...) tan efervescentes a mediados del siglo XIX.
  El personaje principal, el funcionario Goliadkin, es un tipo que solo vive para medrar socialmente, de modo que no duda en aparentar ser quien no es (alquilando coches de caballos y trajes de etiqueta, así como adoptando una actitud prepotente y arrogante) para codearse con una fracción de la sociedad más elevada que aquella a la que pertenece. Al sufrir un desaire por parte de su jefe que lo rechaza en una comida en honor de la hija de éste, Goliadkin se divide en dos: el personaje real y el que ha ascendido (supuestamente) a esa esfera social superior. El tratamiento literario que da Dostoyevski a la esquizofrenia real de Goliadkin es solo esperable en autores como Freud o Jung, una verdadera proeza que solo alguien que pasó un verdadero infierno mental (como el ruso) puede llegar a desarrollar.
  Al margen de lo esquizoide del personaje, hay una evidente crítica a la falsedad de la sociedad rusa del momento, de su superficialidad, de una verdadera degradación moral de la que, me temo, estamos viviendo de nuevo en estos tiempos.

domingo, 7 de mayo de 2017

Feria del libro de Valladolid, 2017.

 Cincuenta años de ferias del libro en la ciudad del Pisuerga, ya recuperada la ubicación que todos los interesados prefieren: la Plaza Mayor.
Imagen tomada del sitio web ferialibrovalladolid.com