lunes, 3 de diciembre de 2012

Lecturas de juventud: H.P. Lovecraft

  Recuerdo en la adolescencia tener largas charlas con un compañero de colegio, el había sido literalmente "abducido" por Asimov, cada semana aparecía con una nueva novela... Lo recuerdo con tristeza y nostalgia porque me enteré de su muerte hace no muchos meses... era un tipo peculiar, un poco aislado del resto del resto de la clase, especialmente del tema deportivo, algo que también me pasaba a mí. Cuando me enteré de su muerte, recordaba que algunas veces ibamos los dos leyendo por la calle hasta llegar a nuestras respectivas casas (ambos vivíamos en la calle Ibiza de Madrid, el en la acera de los impares y yo en la de los pares), hacíamos una parada en la todavía hoy existente librería Méndez, para extasiarnos ante su escaparate... Poco más me unía a él, de hecho, cuando dejamos el colegio cada uno siguió su vida y perdimos el contacto... solo ahora me acuerdo de él.
  La relación entre Asimov y Lovecraft puede parecer obvia al ser ambos autores de la llamada narrativa de ciencia ficción, pero es que, además, cada uno de ellos había creado un mundo propio paralelo, aunque a veces mucho más terrorífico, del anodino mundo en que morimos día a día.
  De Lovecraft leí relatos y novelas ya en mi juventud, muchos de aquellos libros eran prestados o tomados de bibliotecas, pero todos me absorbían días enteros. Me sumergía en historias tan alucinantes como las del propio Verne, pero con una cierta incomodidad que me producía las historias de terror en el vello del cogote... Recientemente, compré los dos tomos de la narrativa completa compilada por la excelente editorial Valdemar... Me volví a sentir como aquel veinteañero que escapaba de su sórdida realidad con la genial imaginación de Lovecraft... Dedico este nostálgico sentimiento a la memoria de mi amigo David.