miércoles, 26 de abril de 2023

"La aventura", de Heinrich Böll.

  Conjunto de relatos escritos entre 1950 y 1958 del Premio Nobel de literatura de 1972. En esta edición de Círculo de lectores se ha dado al volumen el del relato La aventura, un buen cuento, pero, en mi opinión, no el mejor. Las características argumentales y estilísticas de Böll están presentes en casi todos los textos: realismo social en tiempos de guerra o posguerra; la crítica sutil contra una sociedad inmoral que ha olvidado sus raíces cristianas; un feroz pacifismo (valga el oxímoron), pues se apunta al belicismo, etapa final de cualquier patrioterismo, como la causa final de la destrucción social... Sin duda, el catolicismo de Heinrich Böll le sirvió como brújula para volver a encontrarse a sí mismo tras el cataclismo social que supuso la brutalidad de la guerra de la que sólo fueron conscientes la mayor parte de los alemanes tras la derrota final y la reconstrucción de un país demolido hasta los cimientos. La demolición física del país no fue tan marcada como la psicológica y de identidad nacional en los años siguientes; no es desafortunada, pues, la denominación de "Literatura de escombros" (trümmerliteratur).
 De todos los relatos, el que más he disfrutado ha sido Aventuras de un macuto, una verdadera joya de la literatura antibelicista, en la que se narra las idas y venidas de un simple macuto militar, desde su primer propietario, el soldado prusiano étnicamente polaco, Stobski, que morirá reventado por un obús, hasta que, décadas después vuelve a la madre del mismo soldado que, sin reconocerlo lo acabará usando para almacenar cebollas. Entre ambos extremos, el macuto pasará por las manos de otros tres soldados que combatirán en la Guerra del 14 (con el propio Stobski), guerras sudamericanas y la Segunda Guerra Mundial. Es una narración sencilla, ágil, sin concesiones a sentimentalismo alguno, y, precisamente por esa ausencia de sensiblería resulta más evidentemente pacifista porque muestra como se aniquilan las vidas de chicos jóvenes, mientras una simple mochila sobrevive a todo. Es un cuento pergeñado con una inteligencia extraordinaria.
 Otros relatos se centran en la picaresca inevitable de las víctimas de las guerras: Mi tío Fred  se centra en la posguerra que se ha llevado por delante toda la estructura socioeconómica del país; La caja de Kop muestra los trapicheos necesarios de una sociedad que sólo puede tratar de sobrevivir.
 Es apasionante Destino de una taza sin asa, en la que gracias a una personificación de una humilde taza desportillada se narra el paso del tiempo y sus experiencias de una familia alemana de principios del siglo XX.
 La mayoría de los textos están ambientados, pues, en vida del autor, excepto La balanza de los Balek, que lo está en un periodo anterior, cercano a la Edad Media. Es la vieja opresión del campesinado analfabeto a manos de los nobles, denunciado desde una moral cristiana que no entiende que los hombres no se traten como hermanos.
 Son, por tanto, relatos sencillos pero muy eficaces que dejan buen sabor de boca a pesar de las terribles situaciones narradas; quizá este buen sabor de boca se deba al enfoque cristiano que consigue elevar la altura de miras, en cuanto que se busca refugio en una espiritualidad que nos permita alejar la mirada de los escombros; parafraseando a Oscar Wilde, "We are all in the gutter, but some of us are looking at the stars" (todos estamos en una cloaca, pero algunos miramos a las estrellas).