jueves, 6 de diciembre de 2012

Franz Kafka y Jaroslav Hasek

  No podía faltar. Kafka es un referente para casi todos los seres humanos modernos que se plantean su existencia y tratan de buscar un sentido. La sociedad que retrata Franz Kafka es totalmente actual: su deshumanización, la alienación individual ante la masa, la pérdida de valores tradicionales en aras de una civilización mestiza... todo eso supone Kafka, quizás haya muchos que no le entiendan, pero probablemente habrá más a los que les angustie sobremanera. 
  Se decía de Kafka que retrataba sociedades autoritarias como la comunista y la fascista, por lo que sus obras fueron prohibidas en países como la Unión Soviética y la Alemania nazi; pero, en mi opinión, retrata todas, desde luego retrata la mía, mostrando una indiferencia ante el dolor y los problemas personales semejante a lo que haría una colmena de abejas o un hormiguero.
    Cierto es que Kafka se ha convertido en un gran negocio editorial y de turismo para Praga y Chequia en su conjunto, pero todavía sigue siendo (lo afirmo sin pudor) el escritor del marginado, del diferente (del que se siente diferente), del "raro". Aplicamos el término kafkiano para situaciones sin sentido, en las que poderosas maquinarias deshumanizadas hacen trizas cualquier esperanza humana... ¿y no es esa una definición exacta de nuestra sociedad?
   Gran negocio para la turística Praga la figura de Kafka... ¿y Hasek? Jaroslav Hasek pasa por ser la figura literaria más importante en lengua checa (recordemos que Kafka escribía -y vivía- en alemán -la lengua de los que pocas décadas después exterminarían a su pueblo, sus hermanas inclusive-), su obra más conocida y traducida a todas las lenguas fue "el buen soldado Svejk", que narra en tono humorístico las aventuras de un tipo sencillo que trata de sobrevivir a la guerra de las formas más peregrinas que puede, una suerte de Sancho Panza checo.
 
  La obra de Hasek tuvo mucho éxito en su momento, al contrario que la de Kafka quien no se atrevió a publicar en vida y que gracias a su amigo Max Brod serían mostradas al mundo después de su muerte; la novela de Hasek fue publicada en periódicos por entregas...
  Las semejanzas entre Kafka y Hasek son muchas, algunas diferencias cruciales también. Ambos fueron coetáneos, nacieron en 1883, Hasek moriría en 1923 y Kafka en el 24; vivieron en una ciudad que rondaba los 200.000 habitantes en el cambio de siglo, una ciudad pequeña en la que no hubiera sido raro que se cruzaran; y ambos, como antes dije, son los máximos exponentes literarios de la moderna República Checa. Probablemente ahí acaben las semejanzas, Hasek pertenecía a la clase trabajadora de habla checa, su vida fue siempre muy azarosa desde el punto de vista social y laboral; Kafka pertenecía a la burguesía de habla alemana (aunque fuera una familia judía) y en el ámbito social y laboral fue alguien de vida estable y acomodada (aunque psicológicamente viviera en permanente zozobra). Muchas semejanzas y algunas importantes diferencias, pero al fin, el "orgullo literario praguense".