domingo, 20 de noviembre de 2016

La marginalidad del Nobel.

 Esto de los grandes premios tiene como gran desventaja que nos cargan de prejuicios (aún más) con respecto a sus ganadores. Es una lástima, me da mucha pena, pero no puedo quitarme de la cabeza todos los estúpidos prejuicios que tengo cuando leo a alguien que ha sido galardonado con el Premio Nobel... automáticamente me lo imagino con sobria gravedad y sabiduría, tocado con un insigne bicornio de académico y recibiendo todo tipo de parabienes y halagos. Pero no, no es así, no. Como ejemplo: Patrick Modiano.
  Se vislumbra al leer a Modiano, que su vida no fue un constante pisar moquetas rojas de altas instancias palaciegas. Sus protagonistas son gente desnortada, que camina como zombis por un París sin glamur alguno, sobrellevando vidas grises y sin comprender nada de lo que le acontece. Se vislumbra como digo que todos estos personajes tienen que ver con el propio autor, alguno tiene un tufo a alter ego que apesta... Pues bien, como decía en la entrada anterior, Un pedigrí ya no trata de insinuar nada, es la vida de Modiano (su infancia y primera juventud) sin una pizca de romanticismo. ¿Y qué vida retrata? Exáctamente  las mismas que sus otras novelas. Ahora, eso sí, narra en primera persona y no oculta los nombres de sus padres u otros a los que conoció en aquel periodo de su vida. Vida, en definitiva, tremendamente arrastrada: hijo único "de facto" (su único hermano muere a sus diez años) de un matrimonio roto, con una madre artista de tercera división y un padre siempre al borde de la bancarrota y la prisión, eso por no contar las penurias económicas que le llevaron a cometer pequeños hurtos. Esa fue la vida juvenil del Premio Nobel de Literatura de 2015. No he podido recordar a Jean Genet, ese admirado autor, también francés, que narraba su dura juventud (en este caso un poco mayor que Modiano) que le llevó a ser vagabundo, ladrón y chapero por media Europa. Siempre se dijo que Genet exageraba sus desventuras para hacerlas más apetecibles para un público ávido de desgracias ajenas... ¿será esto aplicable a Modiano?