lunes, 1 de febrero de 2021

"La historia interminable", por Michael Ende.

  La verdadera obra cumbre de uno de los mejores escritores de literatura juvenil y fantástica. He escrito "escritor de literatura juvenil" pero incluso a mí me suena mal. No, Ende no es un escritor de narrativa juvenil, es un escritor que apela al niño que hay (o debería haber, así el mundo sería más potable) en todo adulto. En realidad, se requiere una cierta madurez para entender plenamente La historia interminable, un chico de quince años puede llegar a asir las líneas generales, pero difícilmente se puede ver reflejado en tantos personajes que, como un espejo deformante, desnudan el alma humana con una verosimilitud perturbadora. En esencia el significado es sencillo: lucha contra la pérdida de la esperanza del individuo y de su capacidad de fantasear y crear que lo llevan a la auto-aniquilación y, en última instancia, al suicidio. Todo esto narrado con personajes clásicos de la literatura fantástica (dragones, gnomos, caballeros, hombres-lobo, animales que razonan y hablan...).
 Tal vez sí podría considerarse literatura juvenil en la forma. En el sentido de que es una prosa con un ritmo rápido, más narrativa que descriptiva, sin complicaciones sintácticas; también hay que pensar que el protagonista es un adolescente, lo cual hace que lectores de esas edades empaticen más fácilmente, aunque ya digo que el lector adulto se ve interpelado de otra manera pero también directamente.
 El texto es eso que algunos llaman "novela de aprendizaje", en la que se relata el paso de la niñez a la vida adulta, tal vez una "novela de aprendizaje fantástica" con la que el autor trata de seducir al lector adulto para que retome la senda de la esperanza, la fantasía, la creatividad y huya de lo rutinario, lo previsible, lo anodino y lo racional. Así, al menos, la he entendido yo.
 En distintas partes de la novela hay alegorías muy claras como cuando el capítulo titulado El templo de las mil puertas, Bastián, el protagonista, ha de decidirse por entrar por una de las muchas puertas de un vestíbulo, lo cual lleva a otro vestíbulo con varias salidas de las que habrá que elegir y así sucesivamente, recordando que en la vida, todas las decisiones llevan a distintos caminos que a su vez llevan a otras decisiones, etcétera. Otra alegoría de los dos tipos principales de seres humanos: aquellos que quieren mandar y disfrutan con ello (como Xayide en la ficción), y los que buscan compañeros de camino, no subordinados (como Bastián).
 También en la dualidad de los personajes (buenos-malos) hay un enfoque más infantil, aunque la evolución que sufren los principales redondean y hacen más verosímiles y aceptables para el lector adulto y experimentado.
Michael Ende. Imagen tomada del sitio biografiasyvidas.com
 En definitiva, una gran novela que pueden disfrutar chicos y mayores, aquéllos se quedarán con la aventura de un semejante en un mundo fantástico, éstos disfrutarán con las alegorías que le ayuden a huir del triste y gris mundo que han creado los humanos.