viernes, 18 de octubre de 2013

Ahora leyendo: "Fahrenheit 451", de Ray Bradbury

 El poemario que leí de Bradbury, Vivo en lo invisible, me decepcionó terriblemente. No es que me pareciera malo, es que hacía muchísimos años que no leía poesía tan ramplona, tan facilona como esta. Tanto me disgustó, que me propuse, en aras del respeto al escritor y a su reputado nombre, leer la novela por la que adquirió dicha reputación... así que, aquí está:
  Fahrenheit 451 es lo que los anglosajones llaman "distopia" (vocablo, por cierto, no reconocido por la RAE por mucho que otros lo escriban como se debiera leer en castellano, "distopía"), es decir, una novela de ciencia-ficción de una sociedad futura con los cambios necesarios para que sea tal ciencia-ficción. El ejemplo es 1984, de George Orwell que tan aclamada y profética resultó en su tiempo al retratar a una sociedad humana idiotizada y controlada de forma férrea pero sutil por el Gran hermano. La de Bradbury contiene aspectos igualmente preocupantes para nuestra especie, con individuos apartados de la naturaleza (en todos los sentidos, no solo de los animales y plantas sino también de de sus sentimientos) y reducidos a meros consumidores compulsivos.
  Lo que llevo leído de momento, un tercio del libro, no me está disgustando. Se trata de una prosa rápida pero suficientemente adjetivada, los personajes son bastante redondos y la trama se va desvelando poco a poco... nada que ver con aquel poemario. Supongo que todo se debe a la nunca "suficientemente ponderada" influencia editorial, que trata de sacar dinero a toda costa del escritor, llevando a publicar poesía de una calidad tan ínfima que nunca debiera ver la luz...

jueves, 17 de octubre de 2013

Inciso pictórico: Zdzislaw Beksinski

 De nuevo he de estar agradecido a la Editorial Valdemar, esta vez por haber conocido a uno de los pintores contemporáneos más interesantes y turbadores de cuantos han alcanzado fama mundial: Zdzislaw Beksinki.
 En las portadas de esas obras editadas por Valdemar nos encontramos esos dibujos angustiosos, brillantemente horribles y muy apropiados al tema contenido en sus colecciones. Rebuscando en los "océanos internáuticos" se encuentra la información sobre su autor: un polaco recientemente fallecido de formación oficial (arquitectura) que merced a una gran imaginación y a un sorprendente dominio de la técnica clásica, parece que casi todo está pintado al óleo, consigue unos resultados que a nadie dejan indiferente.
 La temática, a la vista está, fue encuadrado en el "realismo fantástico" con muy frecuentes alusiones a la muerte y a una existencia atribulada, con aspecto pesadillesco.
 Algunas obras presentan una notable semejanzas con las más aclamadas de El Bosco, con un detallismo extremo y un claro origen onírico.
 El propio Beksinki no dudó en clasificar su trabajo con un término muy usado, y abusado, hoy en día: "gótico". De modo que se presta a ser la perfecta ilustración de esas novelas de terror que tanto nos gustan.


 

lunes, 14 de octubre de 2013

Ahora leyendo (en poesía): "Vivo en lo invisible", de Ray Bradbury

 Merced a la simplificación de la realidad que toda mente humana lleva a cabo y el afán propagandístico de las editoriales, solemos clasificar a los escritores en categorías estancas e inamovibles: novelista, poeta, dramaturgo, ensayista... Sin embargo, igual que es plural la naturaleza humana y nadie es una sola cosa en la vida (hombre, mujer, padre, hijo, trabajador, aficionado a algo, luchador, derrotista, optimista, amargado...), los escritores también tienen distintas facetas. Ese es el caso de Ray Bradbury, que es mundialmente conocido por sus novelas de ciencia ficción como Fahrenheit 451, Crónicas marcianas, o El hombre ilustrado pero que tiene otras obras en narrativa, algunas de no ficción; obras de teatro; y nada menos que diecisiete poemarios.
  Por lo poco que he leído hasta el momento, la poesía de Bradbury es relativamente asequible, sin complicados tropos que dificulten su comprensión.

sábado, 12 de octubre de 2013

Ahora leyendo (en narrativa): "El rey de amarillo", de Robert W. Chambers

 Creo que nunca alabaré bastante la inmensa pero gratificante (supongo) tarea que la editorial Valdemar se ha propuesto en estos últimos años: sacar a la luz, en una de las mejores ediciones disponibles hoy en día, a grandes autores de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, que estaban totalmente olvidados en este mentado país. Lo mejor es que, pase lo que pase con Valdemar, sus libros nos acompañarán (al menos a mí lo harán seguro) durante nuestras vidas, haciéndolas más tolerables y cálidas, solo por ello su labor es encomiable.
  A pesar del obvio desprecio que tengo por el mundo editorial en general, de las editoriales mayoritarias que utilizan medios "gansteriles" para, explotando al escritor, hacer inmensas fortunas que reparten entre muy pocas manos, he de reconocer que todavía existe esperanza mientras haya gente como la de Valdemar. Estos si que son parte necesaria de la literatura, vehículo sin el cual no podríamos conocer a estos autores en nuestra lengua.
 Ahora comienzo con Robert W. Chambers, un autor "menor" pero que fue mentado como influencia por el propio Lovecraft.

jueves, 10 de octubre de 2013

Cayendo...

Mi vida es como un edificio sin cimentar. Podré construirme muchas vidas, ocupaciones, oficios, proyectos... pero al fallar la capacidad de lucha, el afán de superar dificultades, la autoestima necesaria (que son los cimientos del edificio), todo caerá tarde o temprano.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Ahora leyendo (en poesía) la obra completa de Paul Celan

  Editado por Trotta, la obra completa del indefinible Paul Celan, nombre literario de Paul Antschel.
  Otro miembro de esa sociedad que fue borrada del mapa europeo entre progromos zaristas, comunistas y, especialmente, por Hitler y sus secuaces: los judíos askenazíes. Celan nació en lo que entonces era el Reino de Rumanía -1920- y hoy es Ucrania, pero escribió en alemán y vivió en Bucarest y finalmente en París. Dotado de una inmensa sensibilidad, tuvo que enfrentarse a uno de los peores siglos que ha conocido el viejo continente.



martes, 1 de octubre de 2013

Ahora leyendo: "Nuestro común amigo", de Charles Dickens

 Vuelvo al campeón de los pesos pesados (no es ironía) de la literatura de todos los tiempos: Charles Dickens. Del autor de Oliver Twist, David Copperfield, Historia de dos ciudades o Tiempos difíciles no suele nombrarse su penúltima obra, esta que empiezo ahora, se la considera una obra "menor", sin embargo y aunque no lo pareciere Dickens fue un humano más, de manera que puede advertirse el proceso de aprendizaje o, mejor dicho, de perfeccionamiento apreciable en casi cualquier escritor.
  Como otras obras de Dickens y otros autores victorianos, esta apareció en distintas entregas en populares revistas de la época, lo cual es una verdadera afrenta a su inmensa calidad literaria, pero... ya se sabe, en el mundo editorial se refugian las ratas más inmorales que, sin embargo, persisten en llamarse humanos; individuos que, sin ser realmente conscientes de formar parte de una de las actividades creativas más hermosas, solo saben de dinero con ella, cambian títulos, trocean novelas, cercenan partes de ella... todo para hacerlo más comercial. Interesante, no obstante, la dureza con la que el tiempo pone a cada uno en su lugar: los enriquecidos y orondos editores son olvidados y Dickens es elevado a los altares del Parnaso literario.
  Por el momento, esta penúltima novela del genio aúna todas las características que lo engrandecen: profunda crítica social, en este caso del Londres victoriano; profusas descripciones psicológicas; prosa lenta y adjetivada... Dickens en su mejor estado, una lectura para olvidarse de todo y de todos sumergiéndose en su grandiosidad.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Ahora leyendo: "La investigación", de Stanislaw Lem

 Autor polaco aunque de ascendencia judía, si bien de familia convertida al catolicismo y olvidado su origen, aspecto por cierto indiferente para los nazis que igualmente trataban de eliminar a cualquiera con la más mínima "mancha" hebrea; destacó por novelas de ciencia ficción como Solaris. Yo he he empezado con esta:
  La investigación es una mezcla entre novela policiaca y de ciencia ficción, con pesquisas detectivescas y muertos vivientes. Interesante, aunque, a decir verdad, el género negro no es muy de mi agrado; me parece todo demasiado cotidiano, demasiado real... para eso salgo a la calle y veo la mierda de sociedad en la que vivo...
  Lem es uno de los autores polacos (en esa lengua escribió siempre) más destacables; con respecto a la ciencia ficción, es considerado uno de sus maestros, al nivel de Asimov.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Inciso cinematográfico: "La hora del lobo" de Ingmar Bergman

 Considerada como una de las obras principales de un director icónico, La hora del lobo es, sin duda, una película complicada, de muchas lecturas, que quizás haya que analizar contando con la compleja personalidad de Bergman como punto de partida.
  Muchos la clasifican como una película de terror, principalmente de terror psicológico, pero dudo mucho que encaje de forma rigurosa esta definición. En La hora del lobo todo se narra de forma onírica, concretamente como pesadilla, con imágenes surrealistas y obsesivas que atormentan al personaje principal, encarnado por Max von Sydow, hasta llevarle a la locura. A pesar de estar ambientada en paisajes paradisíacos, una desierta isla escandinava, la maestría de Bergman acaba por presentarlo con un aspecto opresivo y extraño; la pequeña cabaña en la que viven el pintor y su mujer se nos aparece  con una forma semejante a la que utilizaban en el expresionismo alemán; y el palacio habitado por extraños personajes es irrealidad pura.
  A medida que trascurre la película, el pintor que buscaba aislarse para alcanzar mayor creatividad es asediado por sus recuerdos y comportamientos obsesivos, de los que no puede ser rescatado por una sencilla y amante esposa. En definitiva, no es una película fácil, claramente una obra de autor que no busca congraciarse con el público sino verter sus fantasmas interiores en poco más de noventa minutos.