lunes, 14 de octubre de 2013

Ahora leyendo (en poesía): "Vivo en lo invisible", de Ray Bradbury

 Merced a la simplificación de la realidad que toda mente humana lleva a cabo y el afán propagandístico de las editoriales, solemos clasificar a los escritores en categorías estancas e inamovibles: novelista, poeta, dramaturgo, ensayista... Sin embargo, igual que es plural la naturaleza humana y nadie es una sola cosa en la vida (hombre, mujer, padre, hijo, trabajador, aficionado a algo, luchador, derrotista, optimista, amargado...), los escritores también tienen distintas facetas. Ese es el caso de Ray Bradbury, que es mundialmente conocido por sus novelas de ciencia ficción como Fahrenheit 451, Crónicas marcianas, o El hombre ilustrado pero que tiene otras obras en narrativa, algunas de no ficción; obras de teatro; y nada menos que diecisiete poemarios.
  Por lo poco que he leído hasta el momento, la poesía de Bradbury es relativamente asequible, sin complicados tropos que dificulten su comprensión.

sábado, 12 de octubre de 2013

Ahora leyendo (en narrativa): "El rey de amarillo", de Robert W. Chambers

 Creo que nunca alabaré bastante la inmensa pero gratificante (supongo) tarea que la editorial Valdemar se ha propuesto en estos últimos años: sacar a la luz, en una de las mejores ediciones disponibles hoy en día, a grandes autores de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, que estaban totalmente olvidados en este mentado país. Lo mejor es que, pase lo que pase con Valdemar, sus libros nos acompañarán (al menos a mí lo harán seguro) durante nuestras vidas, haciéndolas más tolerables y cálidas, solo por ello su labor es encomiable.
  A pesar del obvio desprecio que tengo por el mundo editorial en general, de las editoriales mayoritarias que utilizan medios "gansteriles" para, explotando al escritor, hacer inmensas fortunas que reparten entre muy pocas manos, he de reconocer que todavía existe esperanza mientras haya gente como la de Valdemar. Estos si que son parte necesaria de la literatura, vehículo sin el cual no podríamos conocer a estos autores en nuestra lengua.
 Ahora comienzo con Robert W. Chambers, un autor "menor" pero que fue mentado como influencia por el propio Lovecraft.

jueves, 10 de octubre de 2013

Cayendo...

Mi vida es como un edificio sin cimentar. Podré construirme muchas vidas, ocupaciones, oficios, proyectos... pero al fallar la capacidad de lucha, el afán de superar dificultades, la autoestima necesaria (que son los cimientos del edificio), todo caerá tarde o temprano.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Ahora leyendo (en poesía) la obra completa de Paul Celan

  Editado por Trotta, la obra completa del indefinible Paul Celan, nombre literario de Paul Antschel.
  Otro miembro de esa sociedad que fue borrada del mapa europeo entre progromos zaristas, comunistas y, especialmente, por Hitler y sus secuaces: los judíos askenazíes. Celan nació en lo que entonces era el Reino de Rumanía -1920- y hoy es Ucrania, pero escribió en alemán y vivió en Bucarest y finalmente en París. Dotado de una inmensa sensibilidad, tuvo que enfrentarse a uno de los peores siglos que ha conocido el viejo continente.



martes, 1 de octubre de 2013

Ahora leyendo: "Nuestro común amigo", de Charles Dickens

 Vuelvo al campeón de los pesos pesados (no es ironía) de la literatura de todos los tiempos: Charles Dickens. Del autor de Oliver Twist, David Copperfield, Historia de dos ciudades o Tiempos difíciles no suele nombrarse su penúltima obra, esta que empiezo ahora, se la considera una obra "menor", sin embargo y aunque no lo pareciere Dickens fue un humano más, de manera que puede advertirse el proceso de aprendizaje o, mejor dicho, de perfeccionamiento apreciable en casi cualquier escritor.
  Como otras obras de Dickens y otros autores victorianos, esta apareció en distintas entregas en populares revistas de la época, lo cual es una verdadera afrenta a su inmensa calidad literaria, pero... ya se sabe, en el mundo editorial se refugian las ratas más inmorales que, sin embargo, persisten en llamarse humanos; individuos que, sin ser realmente conscientes de formar parte de una de las actividades creativas más hermosas, solo saben de dinero con ella, cambian títulos, trocean novelas, cercenan partes de ella... todo para hacerlo más comercial. Interesante, no obstante, la dureza con la que el tiempo pone a cada uno en su lugar: los enriquecidos y orondos editores son olvidados y Dickens es elevado a los altares del Parnaso literario.
  Por el momento, esta penúltima novela del genio aúna todas las características que lo engrandecen: profunda crítica social, en este caso del Londres victoriano; profusas descripciones psicológicas; prosa lenta y adjetivada... Dickens en su mejor estado, una lectura para olvidarse de todo y de todos sumergiéndose en su grandiosidad.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Ahora leyendo: "La investigación", de Stanislaw Lem

 Autor polaco aunque de ascendencia judía, si bien de familia convertida al catolicismo y olvidado su origen, aspecto por cierto indiferente para los nazis que igualmente trataban de eliminar a cualquiera con la más mínima "mancha" hebrea; destacó por novelas de ciencia ficción como Solaris. Yo he he empezado con esta:
  La investigación es una mezcla entre novela policiaca y de ciencia ficción, con pesquisas detectivescas y muertos vivientes. Interesante, aunque, a decir verdad, el género negro no es muy de mi agrado; me parece todo demasiado cotidiano, demasiado real... para eso salgo a la calle y veo la mierda de sociedad en la que vivo...
  Lem es uno de los autores polacos (en esa lengua escribió siempre) más destacables; con respecto a la ciencia ficción, es considerado uno de sus maestros, al nivel de Asimov.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Inciso cinematográfico: "La hora del lobo" de Ingmar Bergman

 Considerada como una de las obras principales de un director icónico, La hora del lobo es, sin duda, una película complicada, de muchas lecturas, que quizás haya que analizar contando con la compleja personalidad de Bergman como punto de partida.
  Muchos la clasifican como una película de terror, principalmente de terror psicológico, pero dudo mucho que encaje de forma rigurosa esta definición. En La hora del lobo todo se narra de forma onírica, concretamente como pesadilla, con imágenes surrealistas y obsesivas que atormentan al personaje principal, encarnado por Max von Sydow, hasta llevarle a la locura. A pesar de estar ambientada en paisajes paradisíacos, una desierta isla escandinava, la maestría de Bergman acaba por presentarlo con un aspecto opresivo y extraño; la pequeña cabaña en la que viven el pintor y su mujer se nos aparece  con una forma semejante a la que utilizaban en el expresionismo alemán; y el palacio habitado por extraños personajes es irrealidad pura.
  A medida que trascurre la película, el pintor que buscaba aislarse para alcanzar mayor creatividad es asediado por sus recuerdos y comportamientos obsesivos, de los que no puede ser rescatado por una sencilla y amante esposa. En definitiva, no es una película fácil, claramente una obra de autor que no busca congraciarse con el público sino verter sus fantasmas interiores en poco más de noventa minutos.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Ahora leyendo: "Kaddish por el hijo no nacido" de Imre Kertész

 Segunda novela (aunque esto es más bien un ensayo en forma de relato) que leo del autor judío húngaro, premio Nobel en 2002; la otra fue Sin destino, su obra maestra, me extrañó al ser una suerte de diario desapasionado de la vida de un adolescente en la representación de la muerte y la barbarie en el siglo XX, Auschwitz.
  Kaddish por el hijo no nacido es, como antes dije, un relato ensayístico, perdón por el invento. En primera persona vierte sus frustraciones, inseguridades y mediocridades propias de todo ser humano pero a la vez diferentes para cada uno de ellos. Kertész se muestra como un ser sensible e inteligente que no logra comprenderse a sí mismo ni a la sociedad humana a la que pertenece, que se extraña, incluso, por tratar de comprender cuando alrededor suyo el resto sigue adelante día tras día sin preguntarse nada, tan solo amaneciendo y durmiendo, amaneciendo y durmiendo, así hasta morir.
  El estilo literario es heterodoxo, como una recopilación de ideas tal cual vienen a la mente sin mucho orden ni concierto sino con naturalidad y espontaneidad.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Ahora leyendo: "El diablo y otros cuentos de angustia", de Guy de Maupassant

 Los de Valdemar han puesto el título de "cuentos de angustia", lo cual es bastante apropiado ya que no son ni cuentos de terror, de suspense ni nada parecido, son cuentos muy imaginativos de temática oscura pero nunca sobrenatural. El pequeño volumen lleva el nombre de "El diablo" como inicio, aunque este relato es, en mi opinión, de los más flojos, los hay mucho más potentes y novedosos.

  De de Maupassant leí, hace muchos años Bola de sebo, me pareció un verdadero peñazo, aprecié la sutil ironía que se burlaba de la sociedad francesa de finales del XIX, todo apariencia y superficialidad (triste premonición de la que habría de ser la del siglo XX y, aparentemente, la del XXI en toda Europa), pero me pareció muy lenta y pesada. Los relatos, quizás por el propio formato, me han parecido más ágiles, más agudos y retorcidos en esa sátira de la corrupta sociedad humana. 
   Un tipo curioso Guy de Maupassant, pasó de escritor consagrado a temprana edad, a los treinta ya pertenecía a la Academie Française, hijo predilecto -algunos dicen incluso que hijo biológico- del gran Gustave Flaubert, a morir con cuarenta y pocos en un psiquiátrico para ricos con evidentes síntomas de locura, probablemente provocados por la forma nerviosa de la sífilis, tras varios intentos de suicidio. Y es que el bueno de de Maupassant se bebió la vida a grandes tragos: gran bebedor, putero empedernido, juerguista sin moderación... no era de extrañar su temprano final. Destacaré finalmente que uno de sus relatos, este sí que claramente de terror -no está incluido en esta compilación- titulado El horla, fue considerado por el gran H. P. Lovecraft como una inspiración para sus relatos de Cthulhu, solo por eso, Guy de Maupassant merecería ser mencionado y leído.