viernes, 8 de noviembre de 2013

Inciso cinematográfico: "Le Havre", de Aki Kaurismäki

 Uno se sorprende de que películas como Le Havre consigan financiación suficiente para llegar a realizarse. Es, en mi opinión, el camino que debe seguir el cine europeo, tan lejos de los cantos de sirena "hollywoodianos".
  El protagonista es un antiguo escritor que, abandonada su ambición literaria, sobrevive con gran dignidad como limpiabotas. Su pequeño mundo se reduce a su oficio, su austera relación con su mujer, sus pocos amigos y el recuerdo del pasado. Su vida se transformará cuando llegue a su vida Idrissha, un chico gabonés que huye de su país rumbo a Londres. 
 En realidad, la cinta es una metáfora de la extraña sociedad en la que vivimos, con la absurdidad de la vida y la evidente igualdad entre todos los seres humanos, quieran comprenderlo aquellos que detentan el poder o no. Los desolados paisajes urbanos de Le Havre facilitan estas visiones a la vez desesperanzadas y esperanzadoras.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Ahora leyendo: "Confesión", de Lev Tolstoi

 Uno de mis grandes padres espirituales (más que literario) y supongo que el de millones más. En otra entrada comenté que considero a Lev Nikolaievich Tolstoi uno de los mayores pensadores del siglo XIX, que, lamentablemente para el destino de la humanidad, parece haber sido olvidado. Es la Editorial Acantilado la que publica este pequeño libro que en verdad es enorme.
  Es enorme porque narra con una sencillez, con una humildad propia de un verdadero sabio, las vicisitudes por la que pasó su pensamiento espiritual: su educación en la fe ortodoxa de modo tradicional e inopinado; su afrontar la vida de un modo mundano en su juventud y primera madurez, con un apego a las efímeras glorias terrenales; y por fin una vuelta a las Sagradas Escrituras desde una interpretación alejada de todo lo tradicional, buscando la verdadera esencia de las mismas. Es, en definitiva, un verdadero mapa para tratar de buscar un sentido a la vida, algo que, en nuestros días, parece más necesario que nunca.

martes, 5 de noviembre de 2013

Todo queda, nosotros pasamos.

 Hace casi cuarenta años, pero en mis recuerdos, en mis sentimientos fue ayer. Reconforta y duele a la vez ver que lo físico, lo material sigue existiendo, con mínimas variaciones, pero que las personas pasamos, nos esfumamos, desaparecemos. Solo quedan los recuerdos que, poco a poco, se van haciendo más evanescentes, anunciando nuestra pequeñez temporal.
 Todos pasamos... con nuestras luchas, nuestros anhelos, nuestros pequeños éxitos, nuestros enormes fracasos, nuestras alegrías y penas... en realidad, es todo tan rápido que, si lo pensamos bien como decía el poeta medieval, antes de llegado ya es partido.
 Si fuésemos conscientes de esta verdad inmutable seríamos menos dañinos, menos orgullosos, maltrataríamos menos al prójimo, especialmente a "nuestro prójimo". Sabiendo que somos tan poca cosa, tan volubles deberíamos enfocar nuestra visión, nuestras miradas, para conocer, para sentir al otro, "nuestro otro", y así reconfortar nuestras soledades en común.

lunes, 4 de noviembre de 2013

"Las extraordinarias aventuras de Adele Blanc-Sec", por Jacques Tardi

 De los dibujantes de cómics y esa artificial división en europeos y americanos, Jacques Tardi sí es un claro exponente del artista europeo que usa conocidos textos de reputados autores (Léo Malet, Jean Giraud y otros) que no utiliza superhéroes un tanto infantilones para "luchar contra el sistema", sino personajes de a pie que luchan con sus vidas a trancas y barrancas.
  En este caso, Tardi es también el escritor, dejando claro cuán importante aportación cultural pueden  realizar estos "dibujantes de monigotes" tan poco considerados por el establishment cultural. 
 Adèle Blanc-Sec es una joven escritora parisina con ínfulas de investigadora y "desfacedora de entuertos" pero sin pretender apuntalar el sistema moral dominante, sino más bien todo lo contrario. Esta obra es, junto con Puta guerra o La guerra de trincheras una de las mejores de Jacques Tardi, con un depurado equilibrio entre sus preciosistas viñetas y un cuidado guión. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

Inciso cinematográfico: "We Are What We Are", dirigida por Jim Mickle

 Otra película que compitió en el pasado Festival de Sitges. No recibió premio alguno, aunque, según parece, sí fue del gusto del público. We are what we are.
  La cinta es la adaptación de otra mejicana, que también pasó por Sitges hace unos años, llamada Somos lo que hay. Busqué esa película en aras de conocer el original, pero no la he encontrado... En cualquier caso, esta dirigida por Jim Mickle me ha parecido muy interesante. Trata de una familia en el medio rural, aparentemente, aunque no se cita, de la Costa Este estadounidense, los Parker; sin dar muchas explicaciones se pone al espectador ante una familia muy tradicional, muy apegada a una costumbre extraña transmitida de padres a hijos... por otra parte son devotos cristianos... En principio una familia normal... ¿normal? ¡Ay de aquellos que caigan en sus manos! Los buenos de los Parker, tan timiditos, tan buenos chicos, tan tranquilitos en su pequeña granja... son caníbales. Se trata de un canibalismo ritual que practican con gran circunspección a la vez que leen las Sagradas Escrituras... toda una tradición. 
  Véase aquí cuán respetuosos son con sus inveteradas costumbres... Serán descubiertos cuando un forense local (que ha perdido a su hija, no hace falta decir cómo acabó) encuentra signos anatomopatológicos de la Enfermedad de Creutzfeld-Jakob en la fallecida madre.
 La actuación del elenco es francamente aceptable (no hay ningún/a chica/o mono/a al que estén lanzando), pero yo destacaría la fotografía, tan importante en una película de terror; en este caso consigue recrear un ambiente verdaderamente diferente y especial para la familia sin caer en la obviedad. 
 En definitiva, una buena película, aunque el final (un desaforado festival antropofágico) la desmerece un poco.

Cuando el maltratador no muere.

 Antaño los hombres no vivían gran cosa... cincuenta o sesenta años, alguno quizá llegaba a las siete décadas... vida suficiente para dañar a otros de forma indeleble, pero al menos se sabía que su fin físico (otra cosa es la memoria) no estaba lejos. Hoy en día, gracias a los avances médicos, nuestras vidas, las de todos, víctimas y maltratadores, se prolongan.
 Recientemente una venerable señora de mi familia lejana ha cumplido la friolera de ciento tres años; pues bien, esa augusta dama no tuvo escrúpulo alguno en desear públicamente la muerte de su primogénita muchas décadas atrás cuando esta le comunicó que estaba embarazada antes de casarse...
 Desgraciadamente no existe justicia alguna, ni terrenal ni divina, sobre las vidas de aquellos que infligen daño sobre otros. Los procesos biológicos y de la casualidad, indiferentes a sus comportamientos, dan largas vidas a aquellos que merecían desaparecer cuanto antes y cortas y atribuladas existencias a los que sufrieron maltrato.
 Con la no-muerte del maltratador, el maltrato recibido en la infancia perdura sin posibilidad de superación, repitiéndose cada día la agresión sufrida. En casos extremos la muerte del maltratado llega antes que la del maltratador, lo cual no supone sino una enésima victoria de la brutalidad y la crueldad sobre la sumisión y victimización. 

miércoles, 30 de octubre de 2013

Ahora leyendo: "El Necronomicón", editado por La factoría de ideas

 Los chicos de La factoría de ideas han aprovechado un tanto ladinamente  el tirón del nombre de este grimorio ficticio ideado por el gran Howard Phillips Lovecraft para nombrar su pequeño volumen. Sin embargo es de agradecer que se hayan tomado el trabajo de recopilar un buen puñado de relatos relacionados con dicho libro.
  Porque, obviamente, tal cual está la portada podría llevar a un incauto al error... afortunadamente, la mayoría de los lectores de Lovecraft son, como suele ser habitual para los escritores de culto, grandes conocedores de la obra del mismo, de sus particularidades y anécdotas más curiosas. La no existencia del tal Necronomicón es una de las más interesantes, pues todos hemos fantaseado alguna vez con que ese tomo de brujería, de invocación de los Primigenios recopilado por el árabe loco Abdul Alhazred (tradúzcase al castellano como Abdul "el que todo lo ha leído") existiera realmente y poder entrever siquiera unas líneas. En fin que el Necronomicón es una de las creaciones más geniales de Lovecraft, no solo por lo que el escribe sino por la literatura que está generando y generará en un futuro.
 Es por tanto loable que se haya rescatado a un buen puñado de seguidores (por supuesto más en la cantidad que en la calidad) del "solitario de Providence". Muchos de estos émulos, por cierto, publicaron en la famosa revista Weird Tales que a pesar del desprestigio (por ser considerados populares y de baja calidad) que tienen las llamadas "revistas pulp" estadounidenses, han sido capaces de escribir algunas de las más brillantes páginas de la literatura moderna de aquel país.

 

lunes, 28 de octubre de 2013

Inciso cinematográfico: "Matterhorn", dirigida por Diederik Ebbinge

 Tuve noticia de esta película al ser premiada con el "Pilar Miró al mejor nuevo director" de la Seminci 2013. Se trata de una cinta holandesa dirigida por Diederik Ebbinge y protagonizada por René Van't Hof y Ton Kas en la que se da una vuelta de tuerca más (siempre necesaria, nunca suficiente) al tema de la identidad, centrándose sobre todo en la asunción de las identidades propia y la de los seres más cercanos.

  En la cuadriculada y aburrida vida de Fred, puntal de su pequeña comunidad rural holandesa, ejemplo a seguir para los fieles de su parroquia calvinista, se produce un terremoto: la llegada de Theo, aparentemente una alma sencilla, un "pequeño", alguien que, aparentemente, ha perdido todas sus cualidades intelectivas y que, sin embargo, será capaz de enfrentar a Fred con sus fantasmas, haciéndole reflexionar sobre su pasado, sobre su vida y la de su hijo, Johan. La asunción de la homosexualidad de Johan parece el tema principal, pero en realidad Fred se asume a sí mismo, rompe con los convencionalismos e inveteradas tradiciones y se asoma a la verdad de vivir sin las anteojeras de los principios.
  El papel de Theo está a cargo de René Vant' Hof, bien conocido en su país por numerosas actuaciones tanto cinematográficas como televisivas, pero conocido fuera tan solo por la lamentable comedia de situación Los Flodder, humor barato y chabacano; sin embargo, en Matterhorn su participación casi silente llega al espectador, como un niño, un inocente que ha de sacar lo más auténtico que todos tenemos. Ton Kas, el sistemático Fred, es su contrapunto, el paroxismo del orden, que está mucho más cerca de la verdadera locura que Theo. La fotografía, con "pulcrísimos" y ordenados paisajes holandeses,  está muy cuidada para reforzar la sensación de estabilidad, de tranquilidad que, como se demuestra a posteriori, es un orden forzado. La música de Bach, por último, omnipresente hasta casi el final, facilita al espectador la sensación de puritano tradicionalismo.
 En definitiva, una buena película para reflexionar, para buscarnos a nosotros mismos. Quizá demasiado sutil para los países del sur de Europa, pero que seguro que allende los paralelos del Hemisferio Norte, será claramente entendida.

martes, 22 de octubre de 2013

Ahora leyendo: "Más allá de los eones y otras historias en colaboración H.P. Lovecraft"

 Lo tremendo de un genio como Howard Phillips Lovecraft no es solo su enorme creación (que por cierto recogió Valdemar en dos tomos) sino que, además, influyó en decenas de escritores con algunos de los cuales tuvo relación epistolar (los llamaron el "Círculo de Lovecraft") e incluso ayudó a escribir o corrigió textos de otros autores, por supuesto con la misma temática. Los han recopilado en este tomo:
  Es indudable la mano del maestro en muchos relatos, especialmente los de Alphonse de Castro, con esa genialidad que el "solitario de Providence" demuestra y que a pocos ha sido concedida. Es como bucear en un  añoso baúl olvidado en una casa abandonada y encontrar los restos primigenios de quien ya te sedujo decenas de veces.

domingo, 20 de octubre de 2013

Inciso cinematográfico: "The colony", dirigida por Jeff Renfroe

 No soy muy aficionado a las películas de terror (aunque esta sería mejor calificada como "postapocalíptica") recientes, oí hablar de The Colony gracias al Festival de Sitges que ha concluido en estos días.
  De hecho, este film estaba propuesto en la sección oficial: "Fantástic Panorama" de dicho festival, e incluso  ha recibido el premio al mejor largometraje de dicha categoría. La película, ya lo dije, es "postapocalíptica": tras un brutal cambio climático, el planeta Tierra se ha visto sumido en un frío glacial, y los pocos supervivientes han tenido que refugiarse bajo tierra para evitar tales rigores climáticos; además de esos problemas, nuestro aguerrido grupo de protagonistas ha de enfrentarse a un grupo de enloquecidos caníbales que tratan de "merendárselos"... en fin, una dura vida. La fotografía está razonablemente bien lograda para los tiempos que corren, con paisajes polares y lóbregos túneles subterráneos; del elenco actoral destaca mucho, pero mucho, mucho, Laurence Fishburne, el resto está pasable... Véase aquí al susodicho con otro "compi" tratando de huir de los antropófagos...
  No está mal la película, aunque, para mí, es demasiado previsible y el supuesto terror demasiado evidente, yo disfruto más si este es más sutil, que se insinúe más que se muestre descaradamente como un par de "pavos" trocean a otro para cenar... Aun así, es entretenida y mantiene la tensión bastante bien durante los noventa minutos.