domingo, 10 de septiembre de 2023

"La muerte de Matusalén", de Isaac Bashevis Singer.

  Veinte relatos del genial autor en lengua yidis, Premio Nobel de literatura de 1978. Veinte cuentos en los que recoge la cultura judía centroeuropea que fue aniquilada a base de marginación, pogromos y asesinatos en masa hasta decapitarla en la Segunda Guerra Mundial. Digo "cultura", pero, en realidad, la cultura askenazí no fue exterminada, el ejemplo era el propio Singer. Sí que acabaron con la población europea, empobreciendo terriblemente al continente, con una de las aberraciones más monstruosas del siglo XX. Pero, para mí, lo más destacable es que, habiendo sido víctimas de la Shoah, escritores como Singer no se regodean en un victimismo paralizante y "empequeñecedor", sino que se vierte en lo que los fanáticos asesinos querían evitar: que vivieran como si no hubiera un mañana, que se enamoraran, desenamoraran, viajaran, formaran familias en otras partes del mundo, siguieran trabajando, negociando, escribiendo... En definitiva, que siguieran celebrando la vida. Los personajes de Isaac Bashevis Singer no son seres apocados, acomplejados, asustados y rencorosos, no, son gente que vive su vida con los terribles cambios que ésta conlleva pero sin mirar atrás con resentimiento.
 El judío de Babilonia es un pequeño relato, quizás uno de los más flojos de este volumen, que narra las peripecias de un judío sefardita que viaja por Europa Central como "obrador de milagros", lo que le proporciona la admiración de los judíos de a pie y el odio y la desaprobación de los rabinos y "rebes" de esas comunidades.
 El amigo de la casa es un cuento con las características más frecuentes en Singer: en una cafetería (ambiente habitual para conversaciones sin fin) se narran promiscuidades e infidelidades (tema recurrente) de los amantes que son eufemísticamente llamados "amigos de la casa".
 Disfrazado toca un tema no frecuente en el escritor polaco-americano que parece mucho más moderno (al menos en el tema, no en el tratamiento), el de la homosexualidad e incluso el travestismo y la transexualidad. Un tema mucho más en boga hoy en día, pero tratado desde una óptica judía tradicional: el amante del transexual es presentado como un demonio impío (casi un dibbuk).
 La muerte de Matusalén, a pesar de dar nombre al volumen, no es el mejor relato de los aquí contenidos. Fantasea sobre la vida del personaje veterotestamentario, el hombre más longevo de la historia, abuelo de Noé, que, en el relato es tentado por la lujuriosa Naamá, descendiente de la tribu de Caín.
 Son relatos ambientados tanto en Polonia (principalmente en Lublin y Varsovia) como en Estados Unidos (Nueva York y Miami); todos esos lugares fueron los escenarios donde el genial Singer luchó contra todos las vicisitudes adversas, que debieron de ser muchas, pero con un optimismo y una vitalidad envidiables. La mayoría son narrados en tercera persona, con el narrador omnisciente típico, pero unos pocos son contados en primera persona, refiriendo Singer encuentros con extraordinarios tipos, supervivientes natos, que le relatan hechos pasados.

domingo, 3 de septiembre de 2023

"Cuentos morales", de Leopoldo Alas, Clarín.

  Veintiocho relatos del inmortal creador de La Regenta. Si en su obra cumbre se muestra como un narrador apabullante por su capacidad de pergeñar personajes redondos y verosímiles sin esconder nada ni bueno ni malo (naturalismo en grado sumo), en los relatos se aprecia mejor esta cualidad. Es como si en los cuentos se hubiera condensado la inmensa calidad del asturiano (y zamorano de nacimiento). 
 No estoy de acuerdo con la brevísima recensión de la contraportada de esta edición (editorial Edicomunicación, aparentemente, ya desaparecida) cuando dice: "El autor les puso el título de Morales no porque reflejen ejemplos dignos de ser imitados, sino porque nos revelan las facetas más sensibles del ser humano...". No estoy de acuerdo porque, como ya desgranaré ahora, los relatos sí muestran comportamientos y personajes morales. Es curioso recordar que Clarín fue tomado por un "liberal ateo" en su época, cuando la moral que refleja es claramente cristiana; otra cosa es que defendiera la separación entre Iglesia y Estado, o que llegara a pensar, tal vez, que la Iglesia católica de su tiempo era una organización perniciosa, pero, leyendo sus relatos, se puede apreciar un apego notable a las virtudes evangélicas. En todo caso, temo que la editorial pusiera esa reseña para no asustar al lector tipo de estos tiempos (la edición es de 1999) y asegurarse así más ventas. Business is Business.
 En El cura Vericueto se narra la historia de un cura rural, aparentemente ultraconservador y especialmente avaro. Cuando parece que uno está leyendo un relato anticlerical, Clarín gira el argumento para descubrir que esa avaricia ratonera, esa usura pobretona y mezquina del cura tiene como finalidad pagar una deuda de juego contraída tiempo atrás. Se presenta como una firme adhesión al principio de honorabilidad, algo hoy muy pasado de moda, pero que hace cien años era tomado por un principio fundamental de bonhomía.
 Boroña es un relato sobre un indiano rico que regresa a Asturias para morir y que, en sus últimos días, sólo recuerda el pan de maíz, pobre sustento, que comía de niño. Por cierto, hoy el Diccionario de la Lengua Española de la RAE admite el vocablo sustituyendo la "ñ" por "n", es decir, "borona".
 La conversión de Chiripa es un relato humorístico en el que un mendigo acaba convirtiéndose a la fe católica por una serie de circunstancias descacharrantes. Alguno podrá ver un cierto ateísmo, pero, en realidad, no hay sino una feroz crítica a una Iglesia pacata y pueblerina que sólo trata de hacer adeptos como un vendedor a comisión.
 El número uno es un extraordinario cuento sobre la humanidad, sus grandezas y miserias. Tiene un final claramente moralizante en un sentido cristiano, aquel de "los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".
 El relato titulado Para vicios es una genial disección de un tipo de alma humana muy frecuente no hace tanto (y ahora también, aunque con diferentes parámetros). Es, de nuevo, otro cuento moral, desprecia mediante el sarcasmo la religiosidad falsa, hipócrita, farisaica, que juzga a todos y ella, claro, es la peor... De nuevo, del Evangelio: "no juzguéis y no seréis juzgados".
 La sensibilidad exquisita se muestra en El dúo de la tos, donde dos jóvenes tuberculosos (enfermedad que hacía estragos en el siglo XIX y que, de hecho, acabó matando a Clarín a sus cuarenta y nueve años) se enamoran el uno del otro. Pero no es, claro, un relato pasional, pues los jóvenes tísicos se enamoran de sus respectivas enfermedades, de sus necesidades de afecto, de sus soledades... Es un bellísimo texto que rezuma ternura por todos lados.
  Un grabado es un delicado retrato del padre viudo que ejerce de padre y de madre. Un padre amante de sus hijos, cariñoso y protector, que se desvive por ellos. Esa figura, que siempre existió y existirá, ha sido puesta en duda por el feminismo misándrico de los últimos tiempos. ¡En fin!
 El Quin es un conmovedor relato personificado en las miserias de la vida de un perro, de su nacimiento a su muerte. El Quin (mala pronunciación de la palabra inglesa, King) es un perro sensible, necesitado de afecto que sólo recibe dureza y maltrato.
 La noche-mala del diablo es un cuento moral (cristiano) en el que el diablo intenta imitar a Dios dando un hijo al mundo. Éste nacerá, por contraposición a la Nochebuena, en la "noche-mala". Sin embargo, el hijo del diablo no es el Cristo, no puede luchar contra la liberación que promete Jesús de Nazaret.
 Y así hasta veintiocho excelentes relatos. No todos ellos, pero la mayoría, como digo, tienen un evidente carácter moralizante al mostrar conductas o individuos como modelos a seguir.

domingo, 20 de agosto de 2023

"El mercader de Venecia", de William Shakespeare.

  Comedia en cinco actos que contiene dos historias principales que se entremezclan: la del prestamista judío Shylock que presta tres mil ducados al mercader Antonio y que, ante la imposibilidad de éste de hacer efectivo el pago en metálico, el judío se aferra a la cláusula según la cual se puede amputar un trozo de carne del mercader; y la de las bodas de Portia, cuyos pretendientes han de elegir entre tres cofres, uno de oro, otro de plata y el tercero de plomo, el que encuentre el retrato de la dama en su interior obtendrá su mano. Los dos argumentos principales contienen temas que enriquecen la obra: el rencor como motor del mundo, personalizado en el judío Shylock, despreciado en el Puente de Rialto, vilipendiado y odiado, que recibe la puntilla con la huida de su hija Jéssica con el cristiano Lorenzo; y la fortaleza del amor verdadero, que se abre paso incluso contra juegos perversos o leyes raciales.
 Más detallado, el argumento es como sigue: Antonio, un rico mercader veneciano presta tres mil ducados a su amigo Bassanio, dinero que éste usará para enamorar a la noble doncella Portia. El dinero lo conseguirá aquél de un préstamo del judío Shylock, quien incluirá la estrambótica cláusula de cobrarse en carne real del prestatario en caso de impago.
 Portia, por designio de su padre, ha de elegir marido sometiendo a los pretendientes a un juego: introducirá su retrato en uno de tres cofres de distinto valor, de oro, plata y plomo. Aquél que encuentre el retrato conseguirá a la dama. Entre los pretendientes están el príncipe de Marruecos y el de Aragón, los cuales elegirán, respectivamente, los cofres de oro y de plata, suponiendo que los metales preciosos habrán de contener el deseado retrato; Bassanio, el tercer pretendiente, carente de nobleza pero enamorado de Portia, elegirá el de plomo, optando por la humildad como virtud evangélica lo que acaba obteniendo su premio.
 Mientras, la hija del usurero, Jéssica, ha huido con su enamorado, el cristiano Lorenzo, reforzando el rencor y resentimiento que tiene Shylock contra los cristianos, personalizado ahora en su prestatario, Antonio.
 Los barcos que portan las mercancías de Antonio se hunden en la desembocadura del Támesis, dejando a su dueño en la ruina. Así, el pago del préstamo se imposibilita, llevando el prestamista al prestatario a juicio ante el Dux de Venecia para hacer cumplir la absurda cláusula de la libra de carne de Antonio. Portia, disfrazada de abogado, derrota a Shylock al hacerle admitir que, aunque tiene derecho a cobrarse con una libra de carne de Antonio, no podrá derramar una sola gota de sangre de éste, haciendo imposible el cumplimiento de la anómala disposición.
 Se considera una comedia, aunque no se adapta bien a esta clasificación; de hecho, algunos estudiosos la incluyen entre la denominación más específica de "comedia romántica", de las que el dramaturgo inglés fue gran maestro con obras como El sueño de una noche de verano o Romeo y Julieta. Otros filólogos la consideran tragicomedia. En fin...

jueves, 17 de agosto de 2023

"Los ilusos", de Rafael Azcona.

  Novelita insustancial de uno de los mejores guionistas que ha tenido el cine español de todos los tiempos. Rafael Azcona como novelista y Luis García Berlanga como director firmaron películas inolvidables como Plácido, El verdugo La escopeta nacional; con otros directores Azcona fue guionista de El pisito, Belle epoque o La niña de tus ojos. En fin, lo mejor en comedias. Eso sí, son comedias con un tinte un tanto negro, sarcásticas y no carentes de una crítica social evidente. De todas las películas anteriores mi favorita es Plácido, una afilada crítica de la hipocresía de nuestra egregia sociedad: en una pequeña capital de provincias se organiza para Nochebuena un sorteo. Dicho sorteo no es de suntuosas viandas, sino de pobres; sí, de pobres. Los burgueses de la ciudad compran participaciones con fines benéficos y se llevan dos "premios" posibles: un pobre de solemnidad o una "vedette" que invitarán a la cena de Nochebuena. Así, las situaciones cómicas y disparatadas están aseguradas. Esas situaciones interpretadas por la "crème de la crème" de los actores españoles de la época (Cassen, José Luis López Vázquez, Manuel Alexandre, Elvira Quintillá, Julia Caba Alba o Agustín González entre otros) resultan en una de las mejores comedias españolas de todo los tiempos.
 Bueno, pues del mismo escritor es esta novela. Sin embargo, la calidad, desde luego, no es la misma: Los ilusos tiene ese mismo humor sarcástico, un tanto negro, pero carece de la brillantez y rotundidad de Plácido.
 El argumento de Los ilusos tiene un cariz claramente autobiográfico, toda vez que narra las tremendas dificultades de un joven, Paco, que deja su Logroño natal para buscarse la vida como poeta y escritor en el Madrid de los años cincuenta, algo que hizo el propio Azcona, cámbiese Logroño por Pamplona y lo demás es casi igual. El tal Paco, claro no encuentra oportunidad alguna, se junta con otros jóvenes en su misma situación, todo para malvivir de pensión en pensión, dando sablazos para poder comer un bocata de calamares de cuando en cuando. La crítica evidente a la sociedad está cuando pergeña personajes falsos a más no poder: hombres que son todo dignidad y honor hasta que pueden dar un sablazo a alguien o chupar del bote de algún familiar; mujeres que son todo virtud y honestidad hasta que les prometen dinero, momento en que se bajan las bragas hasta los tobillos... En fin, una sociedad muy española, de gente muy seria y honrada que, en realidad, son pícaros descarados que afectan esa integridad.
 Pero, como digo, la novela es muy inferior a esos guiones cinematográficos. O quizá es que Azcona era más guionista que novelista y necesitaba un director que diera imágenes a sus palabras para que éstas cobraran verdadero sentido. En todo caso, a pesar de la liviandad del texto, está bien escrito, con aceptable calidad prosística. Lo que más frío me ha dejado es la falta de un final que remate la novela, queda casi inconclusa al no haber una situación que finiquite la narración.
 Por cierto, esta edición de Ediciones del Viento está ilustrada con dibujos de Antonio Mingote, que fue amigo personal de Azcona y que encarna de forma magistral las peripecias de los protagonistas. Es, sin duda, una de las mejores bazas de la presente edición.

martes, 15 de agosto de 2023

"Los niños del Brasil", de Ira Levin.

  Según se puede constatar en este blog, visioné la visión cinematográfica de "The Boys from Brazil", dirigida en 1978 por Franklin J. Schaffner hace casi diez años. Hoy rescato del depósito de la biblioteca pública la novela de Ira Levin que dio lugar a aquella película protagonizada por Gregory Peck, Laurence Olivier y James Mason. 
 Ira Levin fue un exitoso escritor de novelas que luego fueron pasadas al celuloide; no es de extrañar, ya que crea imágenes muy visibles que son fácilmente traducibles a la interpretación y toca temas que estaban en plena ebullición social. Alguna película, como La semilla del diablo, está entre las mejores del cine de terror. Así pues, estamos ante un "hacedor de best-sellers", con todo lo bueno y malo que esto tiene. Esto, pienso yo, hay que tenerlo en cuenta a la hora de escoger una novela, para no quejarse luego de si la prosa no está muy cuidada o el argumento es previsible. Teniendo esto presente no me ha defraudado en absoluto Los niños del Brasil, al contrario, la calidad narrativa es francamente aceptable, muy por encima del estándar que se traga la gente hoy con los autores de éxito; el argumento no es muy previsible, aunque he de reconocer que el final es un tanto disparatado.
 El argumento se nutre de hechos ciertos y constatados, así como de rumores frecuentes durante la Guerra Fría. Los hechos ciertos y constatados es que muchos dirigentes nazis consiguieron huir de Europa tras la caída de Berlín en 1945 y fueron protegidos por gobiernos afines como España (donde se refugiaron tipos como Skorzeny o Bremer) o Argentina (lugar de residencia durante decenios de Mengele o Eichmann); los rumores (totalmente infundados) son los que hacían referencia a la supervivencia del propio Hitler y su plácida vejez en alguno de esos países. Bien, pues Los niños del Brasil tiene a Josef Mengele (el "Ángel de la muerte" del campo de exterminio de Auschwitz) y a Hitler en versión clon como principales protagonistas.
 El argumento es el siguiente: Yakov Liebermann (evidente álter ego del "cazanazis" Simon Wiesenthal) recibe en su residencia en Viena una información según la cual el sanguinario doctor Mengele vive en Paraguay organizando algo importante, ayudado por una pléyade de militares nazis que ejecutan sus incomprensibles órdenes. Entre estas órdenes está la ejecución de noventa y cuatro hombres de entre sesenta y dos y sesenta y cinco años de edad en diversos países europeos y norteamericanos. Las pesquisas de Liebermann le llevan a descubrir (con esto destripo la novela) que, en vida de Hitler, Mengele obtuvo tejidos del jerarca nazi y que, treinta años después, ha conseguido clonarlo y reproducirlo de forma satisfactoria hasta crear a esos noventa y cuatro chicos que en la narración tienen unos trece o catorce años y que son clones de Adolf Hitler. Lo de matar a sus padres adoptivos es para recrear la existencia de Hitler, quien fue hijo de un funcionario de aduanas (por eso los objetivos a eliminar son funcionarios y tipos con puestos medios) a la edad de cincuenta y dos años, perdiendo a su padre cuando éste tenía sesenta y cuatro. Bien, se puede ver que el argumento es muy fantasioso, pero está suficientemente bien narrado y argumentado como para hacerlo razonablemente verosímil (siempre dentro de la ficción, claro).
Ira Levin en 1967. Imagen tomada de Wikimedia Commons
 Bueno, finalmente Liebermann acabará por enfrentarse personalmente a Mengele, en unos capítulos que son los más disparatados de la novela, en la que unos perros dóberman actúan de ejecutores del nazi.
 Con todo, como antes decía, la novela no está mal pergeñada. Está bien conseguida la intriga (que yo he roto en esta entrada) a cuenta de qué diablos está planeando Mengele. Sí, el desenlace es un poco alocado y desatinado, pero remata por completo la novela. Es un bestseller mundial de los setenta, con todo lo bueno y lo malo que esto significa. No deja de ser, en todo caso, una lectura amena y sorprendente.

jueves, 10 de agosto de 2023

"El Atlético Invisible. Una novela del Mundodisco", de Terry Pratchett.

  Trigésimo séptima novela del Mundodisco. Esta vez corresponde el llamado "arco argumental" de los magos, pues son los componentes de la Universidad Invisible los que se ven impelidos a crear un equipo de fútbol para solventar una antigua cláusula sobre un legado que da pingües beneficios a la Universidad, pero que exige la celebración de un partido de cuando en cuando. Claro, los magos, expertos en el arte del dolce far niente pero aparentando que se hace algo importantísimo, no tienen ni idea de que es eso del fútbol. En tal tesitura, el patricio de la ciudad, Havelock Vetinari, con su agudeza habitual, es consciente de las enormes posibilidades que tiene la consolidación de una competición deportiva que mantenga a las masas entretenidas a la vez que alejadas de la toma de decisiones importantes, vamos, lo que viene siendo el antiguo panem et circenses.
 Además de los magos y de Vetinari, otros personajes principales de la novela son Trev Probable, jugador de fútbol que habrá de consolidarse como gran estrella; Huebo, un trasgo que, en realidad, acaba siendo un orco con actitud de erudición; Glenda, una cocinera con una visión social que no desmerece la del patricio; y Juliet, la chica despampanante que atraerá a Probable al partido.
 Teniendo en cuenta que es una novela de Terry Pratchett, lo aparente es lo secundario y lo que se lee entre líneas, lo principal. Es decir, el fútbol en sí no es realmente importante aquí, sino los tejemanejes que el poder ejerce sobre las masas (que son siempre más fáciles de manejar que los individuos aislados) gracias a una afición natural de los grupos sociales a formar subgrupos y enfrentarse entre sí. Vamos, que si se aprovecha la animadversión natural que surge entre, pongamos, los de esta región contra los de aquella otra, o los ricos contra pobres, o los jóvenes contra los viejos, o los hombres contra las mujeres... esas masas perderán todo interés por la forma de gobernar de los poderosos, que tendrán libre el camino para actuar a sus anchas. Simple, triste tal vez, pero eficaz. Y esto funciona desde los tiempos de las cavernas.
 Pero, claro, muchos creen que el bueno de Terry Pratchett escribía novelitas de fantasía para niños o adolescentes... ¡Qué equivocados están! Así hacen con ellos lo que hacen...
 Como curiosidad un tanto triste, el tiempo que pasó entre la publicación de esta novela y la anterior, Dinero a mansalva, fue de dos años, tiempo récord para un autor que convertía en oro todo lo que escribía y que había convertido ya en adictos a miles de lectores con su saga del Mundodisco. La razón para esto fue que al autor inglés le habían diagnosticado Alzheimer, enfermedad que acabó con su vida a la temprana edad de sesenta y siete años.

miércoles, 26 de julio de 2023

"La encargada de vestuario", de Patrick McGrath.

  Tercera novela que leo de este autor británico que tiene, al parecer, un gran éxito de público y crítica en el ámbito anglosajón. Las otras dos novelas tenían que ver con la enfermedad mental. El tal McGrath fue, según su biografía, hijo de un director de centro psiquiátrico cuando, allá por los años cincuenta, las familias de los trabajadores habitaban viviendas dentro del recinto del sanatorio; así, el niño Patrick convivió con esos internos, quedando fascinado por su comportamiento. Como consecuencia, el adulto McGrath se "especializó" en novelas cuyos protagonistas eran enfermos mentales que interpretaban la realidad con una deformación evidente; lo bueno de este autor es que el lector no se daba cuenta de esa deformación hasta el final, mantenía una intriga notable ocultándolo todo bajo ese manto psicopatológico. El resultado era muy atractivo, original, novedoso; conseguía enganchar hasta el giro final que lo aclaraba todo. Bien, temo que esta novela, La encargada de vestuario, mucho más reciente, no tiene ese componente propio, lo cual la convierte en algo más vulgar.
 Esta novela, en cambio, está ambientada en el mundo del teatro (del cual el autor también es deudor, en este caso por vía conyugal, según admite en los agradecimientos), ya que los protagonistas son actores o trabajadores del teatro en el West End londinense. Todo gira en torno a la representación de Noche de Reyes de Shakespeare en una época turbulenta para toda Europa: la posguerra, tiempos complicados incluso para los países que ganaron la contienda. En la Europa continental el nacionalsocialismo y, parcialmente, el fascismo han sido derrotados, pero no en Reino Unido, donde los acólitos de Oswald Mosley y su Unión de Fascistas Británicos siguen acogotando a las amplias minorías (valga el oxímoron) de judíos centroeuropeos refugiados en Londres. Entre esos refugiados judíos están los personajes principales de la novela, los cuales se infiltran en el partido fascista para poder boicotearlo; de por medio también hay tórridos romances entre actores de medio pelo y la encargada de vestuario.
 Es, como dice la contraportada, un "thriller", pero lo de "psicológico con tintes góticos" no lo he encontrado por ningún lado; de hecho precisamente es más plana y previsible que las otras de este autor. En fin, la novela  no está mal, pero, como antes decía, pierde esa originalidad de las otras novelas de McGrath. Tiene una prosa rápida pero suficientemente cuidada, eso sí, que se agradece en estos tiempos de escritores advenedizos.

domingo, 23 de julio de 2023

Inciso cinematográfico: "Kongen av Bastoy", dirigida en 2010 por Marius Holst.

  Extraordinaria película dura sobre un reformatorio noruego situado en una pequeña isla llamada "del Diablo". En español fue traducida como La isla de los olvidados, que quizá sea más clarificador que el original. Es, se puede suponer, la terrible vida de un grupo de chicos sometidos a todo tipo de abusos (físicos, sexuales...) a tempranísimas edades, todo por haber tenido mala suerte o haber tomado malas decisiones en el inicio de sus cortas vidas. Será tal vez el estereotipo noruego, pero la película se narra con frialdad, sin acaloramiento alguno, lo que abunda en la sensación de abandono y maltrato que sufren los chicos. Lo más terrible es que la película está basada en hechos reales, que alguna de esas pequeñas islas a pocas millas náuticas de la costa albergaron ese tipo de instituciones hasta los años cincuenta del pasado siglo, y que las condiciones de vida de los chicos eran tan insoportables que en algunas se produjeron motines que fueron reprimidos por el ejército.
Imagen tomada del sitio www.filmaffinity.com
 La fotografía y ambientación de la película es extraordinaria, no podía ser de otro modo. Los hermosos y desolados paisajes noruegos dan esa verosimilitud de indiferencia ante el sufrimiento de los jóvenes, que, como decía antes, ya están sentenciados socialmente antes de llegar a ese infierno.
 El elenco actoral está encabezado por Stellan Skarsgard como director del centro penitenciario, que permite el abuso físico y sexual de los carceleros aunque sea por indiferencia; otro reconocible es el actor noruego Kristoffer Joner, el gran canalla que abusa sexualmente de los chicos más débiles. El resto son jóvenes actores noruegos que cumplen a la perfección con sus requerimientos.
 La inhumana opresión acaba con un motín, más por desesperación que por búsqueda de libertad. La insurrección será sofocada a sangre y fuego, dejando claro que las vidas de esos chicos no son motivo de preocupación para la burguesa sociedad que los aleja en una isla remota.
Imagen tomada del sitio www.moviemeter.com
 Una gran película, en suma, una de esas que nos recuerda que el hombre siempre será un lobo para el hombre, en Noruega o en Kazajistán, que en cuanto un ser humano tiene poder se corrompe y lo aprovecha para aplastar a su otrora igual.

viernes, 21 de julio de 2023

"Two Types of Stories", by Grant Snider (www.incidentalcomics.com)

Image taken from the website www.incidentalcomics.com

"El anillo del rey Salomón", de Konrad Lorenz.

  Con la canícula apretando a fondo, uno tiene ganas de leer cuestiones más ligeras y triviales. Quizá sea un tanto injusto calificar así este pequeño ensayo de divulgación de uno de los padres de la etología animal, el austriaco Konrad Lorenz quien, por cierto, recibió el Premio Nobel de medicina en 1973, pero al menos no es narrativa, y ha de reconocerse que tiene un enfoque más liviano, menos grave que lo que un servidor acostumbra a leer. Por otro lado, claro está, es condición sine qua non para que guste este autor ser un enamorado de los animales, disfrutar de su compañía e interesarse por el más mínimo cambio en su comportamiento. Esto forma parte de mi carácter desde que tengo uso de razón y supongo que me acompañará mientras aliente.
 El título hace referencia a esa leyenda recogida en algún libro veterotestamentario en el que el sapientísimo rey Salomón tenía un anillo que le permitía hablar fluidamente con los animales. Bien, ese sería el sueño de cualquier etólogo, poder comprender plenamente a la especie animal que se esté estudiando como si el científico mismo fuera uno de ellos.
 En el prólogo, el etólogo austriaco presenta sus notas como un pequeño ensayo divulgativo, no científico, por ello están ausentes las farragosas explicaciones que sólo interesarían a los zoólogos, mientras que la amenidad del texto facilita su lectura para legos en la materia, pero interesados en el comportamiento animal. Todos aquellos que nos hemos visto sorprendidos por el comportamiento de animales cercanos a nosotros, ya fuera primitivos peces o complejos mamíferos, disfrutamos de las aventuras y desventuras de Lorenz, que, humildemente y con cierto humor, son puestas en negro sobre blanco de manera encantadora. Aunque el libro no sea académico no está exento de rigor, pues en apenas doscientas páginas están recogidas a vuelapluma las investigaciones minuciosas de decenios.
Konrad Lorenz. Imagen tomada de Wikimedia Commons
 Comienza con los acuarios, verdaderos ecosistemas en miniatura en la que a través de un cristal uno puede inmiscuirse en la privacidad de plantas acuáticas, invertebrados y peces, de una forma que supera la amenidad de cualquier medio de comunicación tipo televisión. Lo que se aprende (y lo que entretiene) un acuario sólo lo sabe quien ha mantenido uno durante años buscando, claro, el bienestar animal en todo momento. Luego continúa con el estudio de aves, ya sean grajillas (Coloeus monedula) o gansos comunes (Anser anser); precisamente de estos últimos son los estudios más famosos de Lorenz, que tienen que ver con el fenómeno de la impronta (proceso de aprendizaje de los animales en sus primeras etapas de vida que marca toda su existencia). Termina explicando algo que todos los interesados en buscar el máximo bienestar animal hemos comprendido siempre con un simple vistazo: que en un zoológico la calidad de vida de los animales depende de su idiosincrasia específica, al margen del tamaño o su exotismo; así, por ejemplo, leones y tigres se adaptan espléndidamente bien a recintos relativamente pequeños, mientras que otros animales más pequeños como guepardos o lobos lo hacen siempre de muy mala manera.
 En fin, el libro es una pequeña joya para los amantes de los animales. Siendo riguroso (y teniendo conocimientos avanzados de etología animal) algunas conclusiones de Lorenz caen en los errores clásicos de los primeros estudios de esta disciplina: humanización de los animales, finalismo y generalización. Es más notable el primero de ellos, cuando el autor aplica a los sujetos de estudio verbos exclusivamente propios de humanos como "piensa", "considera" o "siente". En fin, no debemos olvidar, en todo caso, que este texto fue publicado hace casi cien años, y que el verdadero valor de Konrad Lorenz está en que fue un verdadero pionero de la etología animal.