domingo, 26 de junio de 2022

"El seductor", de Isaac Bashevis Singer.

  En la entrada anterior hacía honor al gran servicio cultural que prestan las bibliotecas públicas, y, además, reflexionaba sobre el ahorro que supone sacar y leer libros de estas bibliotecas, libros que probablemente no me acaben gustando tanto como para que formen parte de mi biblioteca personal. Sin embargo, he aquí una novela que saqué de la biblioteca y que bien hubiera comprado para incorporarlo a mi tesoro libresco. ¡Y mira que lo sabía! Descubrí a Isaac Bashevis Singer hace más de una década, pero ha sido en los últimos años cuando he caído rendido a su prosa límpida y clara, a sus argumentos enrevesados e intricados, a sus ambientaciones judías en Europa oriental o en Estados Unidos... a su narrativa, en definitiva. Porque el Premio Nobel de literatura de 1978 es un valor doble de lectura: las sociedades pergeñadas en sus novelas podrían ser extrapolables a cualquier punto del planeta y, salvo por los detalles menores, a cualquier época histórica, al narrar sentimientos y vivencias humanas atemporales; pero, por otro lado, esas mismas sociedades son ya, desgraciadamente, historia pasada, puesto que los personajes de Singer son judíos askenazíes europeos que fueron barridos del continente a golpe de pogromos, masacres y holocaustos. Su testimonio, por tanto, no es uno más entre muchos, sino que tiene una singularidad que lo convierte en algo especialmente valioso, como un fidedigno retrato de una antigüedad que no volverá.
 Bien, pues El seductor, cuyo título original era "Der Sharlatan", "El charlatán", fue cambiado por sus traductores (Rhoda Henelde y Jacob Abecasís) para adaptarlo mejor a los actuales significados en español de ambos vocablos, ha sido "vertido" a nuestra lengua de forma indirecta, primero del yidis al inglés y de éste a nuestra lengua. Parece ser que el propio Singer así lo deseaba, y sólo autorizaba su traducción a terceras lenguas después de haber sido pasado previamente a la de Shakespeare. ¿Por qué? Ni idea, pero queda claro que el compromiso personal que tenía el autor con el judeo-alemán era absoluto. No en vano, al recibir el Premio Nobel argumentó que escribía en una lengua moribunda porque toda su vida estaba repleta de fantasmas, y a los fantasmas les gustan las lenguas moribundas, así de sincero y directo era Singer. Porque, ciertamente, sus personajes y sociedades son ya fantasmas, y, en el contexto mundial, el yidis es una lengua moribunda.
 Bien, si la mayor parte de las novelas de Isaac Bashevis Singer están ambientadas en Europa Oriental (principalmente, lo que hoy es Polonia o Ucrania), en El seductor la acción transcurre en Estados Unidos (sobre todo Nueva York, aunque al final también en Miami). La trama es, por tanto, plenamente americana, pero sus personajes recurren en numerosas ocasiones a los recuerdos en Polonia, con repetición enfermiza, dolorida y nostálgica. El personaje principal es Hertz Mínsker, un emigrante judío que pasa por ser un gran intelectual y del cual todos sus contemporáneos judíos quedan prendados, los hombres (sobre todo, los económicamente pudientes) quieren mantenerlo, financiarle sus ensayos y conferencias, mientras que las mujeres (casualmente, esposas de los hombres anteriores) quieren mantener un trato "más carnal" con el tipo. En fin, la novela es un verdadero enredo de amoríos, casamientos, divorcios, amantes, engaños y desengaños, como bien reza la sinopsis de la contraportada de esta edición de Acantilado. No estoy de acuerdo, sin embargo, cuando dicen que "El seductor es una trepidante comedia de enredo"; no, en mi opinión no es una comedia en absoluto, todo lo más sería una tragicomedia, pues los personajes pasan del arrebatamiento pasional a la culpabilidad más opresiva; en realidad son seres atrapados por sus propios ardores biológicos, que, en calma, se avergüenzan de sus conductas, recurriendo mil y una veces a la Torá para autoflagelarse.
 En todo caso, la maestría prosística de Isaac Bashevis Singer da el punto tragicómico, pues los lamentos angustiados de un tipo que tiene relaciones con tres mujeres a la vez y fantasea con copular hasta con las camareras que le sirven un café no dejan de tener un extremo ridículo que alguno pudiera entender como meramente cómico. Por momentos, el ritmo es frenético, enganchando al lector con sus enredos y desenlaces, a cual más disparatado. Singer es, que duda cabe, un maestro en la descripción psicológica de sus personajes, así como de la evolución de los mismos, dándoles una redondez difícil de encontrar en literatura moderna.
 Por cierto, hablando de personajes redondos, los traductores de la novela se preguntan por qué El seductor no fue nunca publicada completa hasta 2017 (más de veinticinco años después de la muerte de Singer), ya que fue publicada por entregas semanales en la publicación neoyorquina Forverts (que originalmente publicaba en yidis, y actualmente lo hace en inglés bajo el título Forward), e insinúan que tal vez alguno de los personajes se pareciera demasiado al propio escritor o a otras personas reales de la época. Todo es posible, sobre todo porque, buscando en internet en la propia revista judía neoyorquina se encuentra una foto que titulan como "Isaac Bashevis Singer y su harén". La foto en cuestión es ésta:
Imagen tomada del sitio www.forward.com
 La fotografía, desde luego, no tiene desperdicio. Representa a Singer con "sus secretarias", que uno piensa: vale, el tipo necesitaría alguien que le ayudara a aclarar sus notas, pasarlas a limpio, incluso traducirlas del yidis al inglés... Pero, ¿cuatro secretarias simultáneamente? En fin, mientras escribo esto estoy sonriendo, porque el personaje de la novela, Mínsker, es un tipo de edad avanzada que no puede dejar de seducir (no en el ámbito intelectual precisamente) a todas las mujeres (propias y ajenas) con las que se relaciona. Que los de la revista Forward titulen la foto como "Singer y su harén", aunque sea en un sentido humorístico no deja de tener su miga.

martes, 21 de junio de 2022

"Fábulas y pensamientos", de Robert Louis Stevenson.

  Una de las mejores cosas del préstamo de las bibliotecas públicas es que uno puede coger y leer libros que no compraría, aunque no le importaría echar unas horas en su lectura. Es el caso de esta pequeña recopilación de fábulas y pensamientos del inmortal autor de La isla del tesoro. También es verdad que me ha pasado lo contrario, es decir, que teniendo dudas de si merece la pena comprar o no un determinado libro, lo acabo sacando de la biblioteca, y luego, cuando descubro que hubiera sido una gran incorporación a mi biblioteca personal, ya no lo compro por aquello de no hacer gasto en balde. Pero en el caso de este pequeño volumen editado por Valdemar no lo hubiera comprado por no ser yo demasiado aficionado a las frases sentenciosas y a las relatos cortos de un autor con obras tan significativas e importantes (y que, por supuesto, obran en mi poder) como la mencionada La isla del tesoro o El extraño caso del doctor Jekyll y el doctor Hyde
 Robert Louis Stevenson ha pasado a la historia como gran escritor de novelas juveniles, toda vez que son muchas las generaciones de chicos que adquirieron el hábito de la lectura diaria con La isla del tesoro, pero, en realidad, fue un escritor muy dotado en todos los ámbitos de la creación literaria; además de esas  novelas también publicó poesía, ensayo y crónicas de viaje, así que no es de extrañar que dejara pensamientos y sentencias morales por doquier, además de las consabidas fábulas. Algunas de estas fábulas tienen moraleja final explícita y en otras ésta es más sutil, pero siempre tienen intención moralizante o didáctica.
 De las fábulas, la más interesante a mi modo de ver es la titulada Los personajes de la fábula, en la que el escocés da voz independiente a los personajes de La isla del tesoro, concretamente al capitán Smollett y a Long John Silver. Éstos, plenamente conscientes de su existencia meramente literaria, discuten sobre su limitada capacidad de acción y toman al autor cual si fuera un demiurgo todopoderoso. Es un enfoque ciertamente original (teniendo en cuenta que fue escrito en 1885) e impactante. En La casa de los mayores fabula sobre las leyes opresoras (¿hay alguna que no lo sea?) y las normas sociales que esclavizan a la gente desde la infancia. En realidad todas las fábulas son paradojas cómicas, seudofilosóficas, agudas e ingeniosas, pero no faltan algunos ribetes amargos y pesimistas, tanto que no he podido olvidar al leerlas al gran Ambrose Bierce, apodado "Bitter" Bierce.
 Con respecto a los pensamientos, son extractos de ensayos que Stevenson publicó en distintas revistas y periódicos de la época. Sí, ya se sabe que eso de extractar un texto es el camino perfecto para acabar pervirtiendo el sentido original que el autor quería darle, pero, en este caso, creo que no se debe apartar mucho de la intención del escritor. Para no interpretar desacertadamente, y aprovechando la brevedad de los mismos, transcribo unos pocos pensamientos:

 Es realmente descorazonador ver hasta qué punto dependemos de los demás en esta vida.

 Aquí yace un hombre que tuvo buenas intenciones, probó un poco y falló mucho; ése podría ser seguramente su epitafio, del que no debería avergonzarse.

 El auténtico bohemio vive totalmente para sí mismo, hace lo que desea y lo que considera adecuado, compra lo que quiere para él y no lo que considera apropiado, trabaja en aquello que cree que puede hacer bien, y no en lo que le produzca dinero o favores.

domingo, 19 de junio de 2022

"Ronda de noche", de Terry Pratchett.

  Vigésimo novena entrega del sarcástico mundo paralelo al nuestro llamado "Mundodisco". La tortuga cósmica Gran A'Tuin sigue surcando el Multiverso, sobre su concha descansan cuatro gigantescos elefantes sobre los que se apoya el mundo en forma de disco.
 Esta vez le toca el turno a la Guardia, ese conjunto de policías un tanto disparatado que se encarga de mantener el orden y la ley en la corrupta ciudad de Ankh-Morpork. Dicha ciudad es la imagen de cualquier gran ciudad europea: mestiza, compleja, sucia, contaminada... vamos que sorprende que puedan vivir varios millones de almas en su seno con relativa buena salud física y, sobre todo, mental. Como digo, para guardar esa ciudad está la Guardia Nocturna, encabezada por Samuel Vimes, un policía de raza reconvertido en duque, emparejado con una loca de los animales (en este caso, ficción manda, de dragones) que trata de organizar una desigual tropa formada por humanos más voluntariosos que listos, inmensos troles que son todo corazón (de piedra, claro), barbudos enanos con "disforia de género", y hasta una mujer-lobo.
 Pero, para complicarlo todo un poco, toca un viajecito en el tiempo. Sam Vimes viajará al pasado ayudado por el monje Lu-Tze, humilde barredor que tiene inmensos dotes sobrenaturales. Allí, en el pasado, ha de encauzar todo: deponer al corrupto patricio que gobierna favoreciendo el ascenso de Havelock Vetinari, desmontar una revuelta popular instigada por un tal Carcer, y adaptar a la Guardia Nocturna a los nuevos tiempos... hacer, en definitiva, que todo siga su curso hasta los tiempos presentes. Para poder volver a un pasado en el que el propio Vimes ya existía, encarnará a una figura mítica, John Keel, que luego acabará muriendo en la refriega y quedará como una figura mítica a imitar por los policías.
 Pero todo en Pratchett, una vez más lo repito, tiene una lectura entre líneas que hace que estas novelas no sean tan juveniles, que un lector adulto pueda ver una ironía que desmonta ese mamotreto artificial que hemos ayudado a construir entre todos y que llamamos pomposamente "civilización". Son numerosas las referencias a hechos pasados y presentes que demuestran la capacidad de predicción de Terry Pratchett que no se basa en otra cosa que no sea un profundo conocimiento del alma humana. Así, por ejemplo, en la novela se narra la guerra de Berogrovia, invadida por Moldeavia, y cómo los gobernantes han de tomar partido por uno u otro dejando de lado principios morales, es tristemente evidente la relación con la actual invasión de Ucrania por parte de Rusia. ¡Claro! Si no fuera porque esta novela se publicó en 2002, veinte años antes de tal invasión...
 Con todo el sarcasmo y la ironía "pratchettiana" presente, he de afirmar que Ronda de noche me parece una novela más seria, menos absurda (en el buen sentido de la palabra, de humor descacharrante y surrealista) que otras de la saga del Mundodisco. Es esta una novela quizá más seria, más madura, más adulta, pero también menos irónica, menos sarcástica y menos divertida. En todo momento, por ejemplo, se puede sentir, aunque no se explicita, que el autor tiene un gran respeto por una fuerza policial cuyas armas principales sean la sensatez, el pacifismo y la colaboración con la ciudadanía. Nada que objetar, claro, pero un servidor echa de menos la sangrante ironía que Pratchett usa con otros estamentos sociales como los magos y su Universidad Invisible, o las brujas y sus aquelarres.

sábado, 18 de junio de 2022

Salmo 37. Los humildes heredarán la tierra.

 1 De David.  (Álef) No te exasperes por los malvados, | no envidies a los que obran el mal:  
2 se secarán pronto, como la hierba, | como el césped verde se agostarán.  
3 (Bet) Confía en el Señor y haz el bien: | habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;  
4 sea el Señor tu delicia, | y él te dará lo que pide tu corazón.  
5 (Guímel) Encomienda tu camino al Señor, | confía en él, y él actuará:  
6 hará tu justicia como el amanecer, | tu derecho como el mediodía.  
7 (Dálet) Descansa en el Señor y espera en él, | no te exasperes por el hombre que triunfa | empleando la intriga:  
8 (He) cohíbe la ira, reprime el coraje; | no te exasperes, no sea que obres mal;  
9 porque los que obran mal son excluidos, | pero los que esperan en el Señor poseerán la tierra.  
10 (Vau) Aguarda un momento: desapareció el malvado, | fíjate en su sitio: ya no está;  
11 en cambio, los sufridos poseen la tierra | y disfrutan de paz abundante.  
12 (Zain) El malvado intriga contra el justo, | rechina sus dientes contra él;  
13 pero el Señor se ríe de él, | porque ve que le llega su hora.  
14 (Jet) Los malvados desenvainan la espada, | asestan el arco, | para abatir a los pobres y humildes, | para asesinar a los honrados;  
15 pero su espada les atravesará el corazón, | sus arcos se romperán.  16 (Tet) Mejor es ser honrado con poco | que ser malvado en la opulencia;  
17 pues al malvado se le romperán los brazos, | pero al honrado lo sostiene el Señor.  
18 (Yod) El Señor vela por los días de los buenos, | y su herencia durará siempre;  
19 no se agostarán en tiempo de sequía, | en tiempo de hambre se saciarán.  
20 (Kaf) Pero los malvados perecerán, | los enemigos del Señor | se marchitarán como la belleza de un prado, | en humo se disiparán.  
21 (Lámed) El malvado pide prestado y no devuelve, | el justo se compadece y perdona.  
22 Los que el Señor bendice poseen la tierra, | los que él maldice son excluidos.  
23 (Mem) El Señor asegura los pasos del hombre, | se complace en sus caminos;  
24 si tropieza, no caerá, | porque el Señor lo tiene de la mano.  
25 (Nun) Fui joven, ya soy viejo: | nunca he visto a un justo abandonado, | ni a su linaje mendigando el pan. 
26 A diario se compadece y da prestado; | bendita será su descendencia.  
27 (Sámek) Apártate del mal y haz el bien, | y siempre tendrás una casa;  
28 porque el Señor ama la justicia | y no abandona a sus fieles.  (Ayin) Los inicuos son exterminados, | la estirpe de los malvados se extinguirá;  
29 pero los justos poseen la tierra, | la habitarán por siempre jamás.  30 (Pe) La boca del justo expone la sabiduría, | su lengua explica el derecho;  
31 porque lleva en el corazón la ley de su Dios, | y sus pasos no vacilan.  
32 (Sade) El malvado espía al justo | e intenta darle muerte;  
33 pero el Señor no lo entrega en sus manos, | no deja que lo condenen en el juicio.  
34 (Qof) Confía en el Señor, sigue su camino; | él te levantará a poseer la tierra, | y verás la expulsión de los malvados.  
35 (Res) Vi a un malvado que se jactaba, | que prosperaba como un cedro frondoso;  
36 volví a pasar, y ya no estaba; | lo busqué, y no lo encontré.  
37 (Sin) Observa al honrado, fíjate en el bueno: | porque el pacífico tendrá porvenir;  
38 los impíos serán totalmente aniquilados, | el porvenir de los malvados quedará truncado.  
39 (Tau) El Señor es quien salva a los justos, | él es su alcázar en el peligro;  
40 el Señor los protege y los libra, | los libra de los malvados y los salva | porque se acogen a él. 

lunes, 6 de junio de 2022

"Recommended Reading", by Grant Snider (www.incidentalcomics.com)

 

Image taken from the website www.incidentalcomics.com

"Al este del Edén", de John Steinbeck.

 Obviamente, la portada de un libro sólo sirve para vender mejor ese libro. Digo esta estupidez para recalcar que las editoriales no tienen más que ese único fin, cualquiera con perfil comercial vale para conseguir esa meta; no en balde, el fundador de la insigne editorial que publica esta versión empezó a hacer fortuna vendiendo y comprando libros usados, como simple mercancía. Como Austral (Grupo Planeta) quiere vender libros a toda costa, no duda en poner como portada al guapo joven, aceptable actor y excelente icono juvenil James Dean como reclamo (véase la imagen escaneada tras estas líneas). Por supuesto, no está mal traída  esa imagen, toda vez que representa la imagen de Dean como Caleb Trask en la adaptación cinematográfica de Elia Kazan de 1955; lo que ocurre, de aquí mi crítica, es que la película (que recibió varios premios, entre ellos un Oscar y un Globo de Oro, y que fue aclamada como gran obra cinematográfica) no es sino un triste remedo de la novela. Al este del Edén, la película, es destacable si se compara con el resto de películas, pero la novela es sencillamente genial. Por eso digo que la imagen de James Dean en la portada de Austral sólo sirve para atraer compradores, porque la película no llega ni al nivel del betún de la novela.
 He leído poco de John Steinbeck (que, dicho sea de paso, tampoco tiene una obra muy abundante), pero recuerdo haber disfrutado como un enano con Las uvas de la ira, verdadera epopeya de la huida hacia el oeste de la población estadounidense residente en lo que se dio en llamar en la época el Dust Bowl (tazón de polvo), los estados de las Grandes Llanuras que debido a la concatenación de varios años de extrema sequía se convirtieron en un erial cuando antes eran fértiles. Las difíciles experiencias de esas familias, convertidas en pobres de la noche a la mañana son extraordinariamente narradas por Steinbeck, pero principalmente destaca por cómo disecciona el alma humana, sus grandezas y sus miserias, haciendo un retrato psicológico del alma humana que es propio de quien conoce al mono desnudo de manera total. Bueno, pues Al este del Edén es otro novelón del tipo: Steinbeck hace retratos de la condición humana tan excelentes que son universales y atemporales; está ambientado en los Estados Unidos en las inmediaciones de la Primera Guerra Mundial, pero podría trasladarse a cualquier época histórica y cualquier lugar.
 El argumento es la lucha por la vida de dos familias americanas, los Trask y los Hamilton, desde la Guerra de Secesión hasta las postrimerías de la Primera Guerra Mundial. Inicialmente ambas familias residen en el este del país (en Boston, concretamente), pero dirigirán sus pasos hacia el Valle de Salinas californiano, donde serán vecinas y acabaran por emparentar. En un principio, Steinbeck narra en primera persona haciendo referencia a su propia familia (el propio escritor nació y residió la mayor parte de su vida en Salinas), aunque a medida que avanza el texto va reservando la primera persona para algunos capítulos introductorios de cada una de las cuatro partes en que se divide la novela, mientras que el resto está escrito en tercera persona. Lo narrado no es ambiguo, ingenuo ni complaciente: se trata de familias problemáticas, tan problemáticas que son totalmente verosímiles. Los enfrentamientos entre hermanos se dan generación tras generación, emponzoñando las relaciones fraternas y los caracteres durante toda la vida.
 El argumento es, pues, duro y áspero, pero los temas son más interesantes aún. El título de la novela no es casual, es una referencia clara al Génesis; de hecho, toda la novela tiene ecos veterotestamentarios, con personajes semejantes a los patriarcas bíblicos: caracteres recios, indomables, llenos de asombrosas virtudes pero también de deleznables vicios. Entre todos los vicios, el afán de culpabilizar a los hijos está presente de principio a fin. Si según el Génesis, Dios creó a Adán y Eva, y éstos engendraron a Caín y a Abel, Steinbeck crea a dos hermanos Adam y Charles Trask, pusilánime aquél y violento éste. Adam engendrará gemelos, Aron y Cal, de una prostituta (Cathy/Kate) que intenta matarlo cuando lo abandona. Claro, Aron y Cal son el día y la noche: Aron es inocente, rubio y trabajador, Cal es retorcido, moreno y mezquino; vamos, una reedición de Abel y Caín.
 La novela tiene así las formas de una epopeya bíblica. Pero lo mejor es la capacidad de John Steinbeck de retratar la psique humana, como decía antes. Son personajes arquetípicos (como los bíblicos) que representan lo mejor y lo peor del ser humano, y que, en realidad, están presentes tanto unos como otros en un mismo hombre. Todos tenemos algo de Caín y de Abel, de Caleb y de Aron.
 Bien, pues con todo esto que digo, la película de 1955 dirigida por Elia Kazan (que tantos premios y admiración popular cosechó) no es más que una pequeña parte de la novela, concretamente desde el capítulo 37 hasta el final (son 55); pero, además, la película omite personajes y situaciones que son fundamentales y que dan empaque a la novela (entiendo que algunas de ellas no son fácilmente trasladables al celuloide, en todo caso). Así, un personaje ignorado por la versión cinematográfica es Lee, chino de origen, aunque nacido ya en Estados Unidos que, oficialmente, es el criado de Adam Trask, pero que, en realidad, es más un confidente y filósofo de andar por casa. A través de Lee se expresan los otros personajes, pues se convierte en un contrapunto de los distintos caracteres, que les permite comprenderse a sí mismos y a los demás. Otro personaje apenas esbozado en la película es Cathy, mujer de Adam, madre de Aron y Cal, reconvertida en prostituta y regente de burdel; toda maldad y rencor, es un personaje que, en la novela, dinamita la paz familiar, creando sentimientos de culpa que perduran toda la vida.
 En definitiva, Al este del Edén es, en mi opinión, una de las mejores novelas del siglo XX, al menos de las escritas en inglés. Tiene una profundidad tal que la convierte en eterna, será leída dentro de varios siglos y será perfectamente entendida y admirada, algo que sólo lo consiguen las grandes obras como El Quijote. Al igual que la obra cervantina, la novela de Steinbeck no trata de personajes inventados, sino que todos los seres humanos están condensados en esos personajes. ¡Una extraordinaria obra literaria!

sábado, 4 de junio de 2022

Quincuagésimo quinta Feria del Libro de Valladolid.

  Los lectores de verdad (no los que hacen gala de leer, sino los que leen de verdad) somos seres demasiado solitarios como para entrar en determinados grupos sociales (en todos, vamos). Por eso nunca entendí los clubes de lectura, salvo que la lectura fuera una mera excusa para conocer gente y demás. Tan poca identidad colectiva tengo que no consigo sentir nada especial hacia los libreros y mucho menos hacia los editores, por mucho que entienda que los necesito para poder leer. Así, la celebración de ferias del libro no me entusiasman grandemente: no son más que multitudes con afán comercial (ahora que lo pienso, no difieren mucho de las avalanchas que se ven en las tiendas de moda al inicio de las rebajas), son, mayoritariamente, lectores del montón ("lectores de best seller") siendo tentados por meros negociantes.
 Pero, vamos, que he ido... En todo caso y para ser justo, en estas ciudades pequeñas las ferias del libro son un escaparate para pequeñas librerías, negocios unipersonales que subsisten a duras penas. No están, por supuesto, las grandes editoriales que eligen el rumbo que han de seguir las neuronas de los lectores que siguen sus modas. Así, todo queda como más de andar por casa, lo cual lo hace más soportable.

viernes, 27 de mayo de 2022

Inciso cinematográfico: "Ordet" ("La palabra"), dirigida en 1943 por Gustaf Molander.

  Habitualmente me quejo de que esa gigantesca máquina de hacer películas mediocres que conocemos como "Hollywood" no hace sino coger guiones y películas de otros países, y adaptarlos a sus gustos, con sus actores y ambientado en Estados Unidos. Pero eso, en verdad, es una simplificación. Es una simplificación porque se hacen "remakes" en todas partes, con menor o mayor acierto, pero lo cierto es que nunca hubo un culto a la originalidad. Así, una copia (en mi opinión con resultado negativo) es  lo que el admirado Carl Theodor Dreyer hizo de una película homónima dirigida por Gustaf Molander; Dreyer, danés, la filmó en 1955 y Molander, sueco, en 1943; pero, claro, la obra original era un drama del danés (ignoro si esto de la nacionalidad tiene mucha importancia, la verdad) Kaj Munk. Tal vez sea injusto hablar de "copias" en el cine, como nadie diría que la representación de una obra teatral es una copia... En fin, no sé...
Imagen tomada del sitio www.filmaffinity.com
 Hablo de la película Ordet (La palabra) que se rodó (vaya usted a saber en qué terribles condiciones bélicas) en 1943, en Suecia. Terribles condiciones bélicas que con un poco de suerte no impidieron verla terminada a su creador literario, el dramaturgo y pastor luterano Kaj Munk, pues fue asesinado por la Gestapo al año siguiente de estrenarse. Esta película, acabada la contienda mundial, tuvo su "remake" en la más famosa versión danesa de Carl Theodor Dreyer con su uso extensivo (alguien dirá abuso) del plano secuencia.
 Bien, Ordet es una película religiosa, ambientada en Escandinavia en época moderna. Dos familias enfrentadas por su distinta interpretación del Cristianismo: una seguidora de la corriente luterana principal del país y la otra pietista. De las dos familias, la de Knut Borg (la adherida a la corriente principal) vive una vida de esfuerzo laboral, de pequeñas alegrías cotidianas, pero no exenta de conflicto: el hijo mayor, Knut, se aleja de la fe de sus mayores y su liturgia con descreimiento; el siguiente, Johannes, estudia para ser pastor, pero una profunda crisis de fe también lo aleja de su vocación; por último, el benjamín, Anders, se enamora perdidamente de la hija del pastor pietista, contraviniendo así los deseos del padre. Todo se agrava cuando los patriarcas de ambas familias impiden la relación de los jóvenes, Johannes ve morir a su novia y enloquece, e Inger (mujer de Knut) muere en el parto de su hijo. En la más absoluta devastación anímica, la fe, otrora bastión inexpugnable, se muestra ahora como algo estúpido y anticuado, inservible; pero será la fe, de nuevo, la que conseguirá el reencuentro de las dos familias, la sanación de Johannes e incluso el milagro con la resurrección de Inger.
Imagen tomada del sitio www.rarefilmm.com
 En 2022, la película puede parecer un tanto ingenua, de una esperanza cuasi infantil, pero estoy seguro de que en la Europa ensangrentada de 1943 las ansias de milagro hacían que el público la entendiera plenamente. Igual esas "ansias de milagro" que me han sonado un tanto extrañas incluso a mí al escribirlo son necesarias tenerlas siempre. Sí, en 2022, después de una pandemia que ha vuelto a sacar lo malo del ser humano, con sus egoísmos, sus vanidades y sus guerras sólo la fe puede servirnos de asidero existencial, para pensar en la Vida mientras se nos pasa la vida.

domingo, 22 de mayo de 2022

"Peer Gynt", de Henrik Ibsen.

  Como el otro día estuve hablando en este humilde blog de Peer Gynt, la suite de Edvard Grieg, obra muy cara para mí, me acució la inquietud de no haber leído la obra de Ibsen en la que se inspira. Lo primero, he de decir que es extraordinariamente difícil hacerse con una copia en papel del drama en cuestión. Lo busqué en vano en bibliotecas públicas; luego de viejo, tanto en librerías como en internet; por último, traté de comprarlo nuevo... Al parecer no se edita esta obra desde hace  décadas (pero muchas, ¡eh!). Bueno, al final, gracias a esa heterodoxa (y, a veces, poco fiable, la verdad) enciclopedia en línea que es Wikipedia, descargué una copia apócrifa, pero que al final resultó ser válida y fiel. (Tan difícil es encontrar una copia en papel, que no dudo en incluir aquí el enlace de la página uruguaya por si alguien la busca: https://www.cjpb.org.uy/wp-content/uploads/repositorio/serviciosAlAfiliado/librosDigitales/Ibsen-Peer-Gynt.pdf. Ya se sabe: copiar y pegar para conseguirla).
Esta es una edición aún más rara, de 1951, en esperanto. Imagen tomada de Wikimedia Commons.
 Se trata de un drama en cinco actos (muy desiguales entre ellos de extensión) con rasgos ligeramente parecidos a Fausto de Goethe, pero, claro, de mucha menor calidad.
 Acto primero: La acción se inicia presentando a Aase, una campesina noruega, y a su hijo Peer Gynt. Éste es un joven pasional, amigo de riñas y amoríos que no deja indiferente a nadie en su aldea. (En la suite de Grieg, por cierto, aquí se representaría el movimiento titulado La mañana). Peer conoce en una boda a unos forasteros con dos hijas, Solveig y Helga, quedando prendido de la primera.
 Acti segundo: En la boda, el novio pide a Peer que hable con su novia, Ingrid, pues no quiere casarse finalmente con él. Gynt, en lugar de hacer eso, la seduce y la rapta, llevándosela a la montaña (en la obra de Grieg, el movimiento El rapto de la novia). Una vez en la montaña, el chico abandona a la joven novia y se encamina a la montaña de Dovre. En la cima de esa montaña es recibido por su rey, que le presenta a su hija casadera. En un primer momento, Gynt accede a casarse con ella, pero luego comprende los sacrificios que ha de hacer para se príncipe (como el de convertirse en duende) y huye de la cueva, (en la obra musical, el apasionante movimiento En la gruta del rey de la montaña). Se dormirá y despertará de nuevo junto a Solveig.
 Acto tercero: Pasa el tiempo, Peer Gynt está en un bosque talando pinos. Su madre, Aase, sometida a la pobreza, está siendo embargada de cuantos bienes posee. Solveig escapa de su casa y va al bosque en busca de Peer; estando en la cabaña de éste, llega la hija del rey de la montaña con el hijo deforme que tuvieron. Peer huye hacia casa de su madre, donde la encuentra moribunda, (en este momento, el movimiento de la obra de Grieg, La muerte de Aase).
 Acto cuarto: Peer huye a Marruecos. Ya es un hombre de mediana edad que ha hecho fortuna con negocios tan deleznables como la trata de negros. Recorriendo el norte de África llega a Egipto, allí Peer ha cambiado, ya no es impulsivo y pasional, sino reflexivo y pausado, casi filosófico. En el desierto conoce a Anitra, una bella bailarina que lo seduce con su baile (La danza de Anitra en Grieg) y, lo despluma, robándole toda su riqueza y abandonándolo en el desierto. Continúa su viaje por Arabia (Danza árabe).
 Acto quinto: Se inicia el último acto con Peer Gynt ya maduro, en un barco frente a las costas noruegas. Una tempestad hace naufragar el buque, y él consigue sobrevivir aun a costa de permitir que un cocinero con familia se ahogue. Regresa a su tierra natal (en la suite de Grieg, El retorno de Peer Gynt) y no es apenas reconocido. Sí lo reconoce, sin embargo, el "fundidor de almas", una especie de diablo que busca almas de pecadores para fundirlas en un caldero. Esta criatura le conmina a encontrar un testigo en su favor para que asegure que en su vida siempre trató de ser "él mismo". Gynt se encuentra con el rey de la montaña, quien no está dispuesto a testificar en su favor, ya que cree que actuó siempre como duende, no como hombre. Por fin, Peer se reencuentra con Solveig, quien lo había estado esperando fielmente, ella lo absuelve de sus desmanes y agravios, así, el fundidor de almas no puede llevarse su espíritu. La obra finaliza con Peer y Solveig abrazados, cantándole ella la dulce canción que Grieg tituló en su suite La canción de Solveig.
Henrik Ibsen. Imagen tomada de Wikimedia commons.
 En fin, ese es el argumento del drama de Ibsen. Así narrado parece muy deslavazado, pero, créanme, a la simple lectura, no sé en su representación, también parece atropellado y sin estructura. Ya decía, es una especie de epopeya si no fuera porque no está escrito en verso, pero las vicisitudes épicas que narra, con criaturas mitológicas incluidas como troles y duendes, así lo clasificaría. 
 Henrik Ibsen pasa por ser el padre de la literatura noruega moderna, principalmente de la dramaturgia. Eso se debe, en parte, a que la literatura en esa lengua es relativamente escasa (es una nación con apenas cinco millones de almas hoy en día) y a que la época en la que escribe era justo la de la transición del noruego de dialecto regional a lengua nacional y de cultura. En todo caso, Ibsen tiene obras muy, pero que muy diferentes a Peer Gynt; estoy pensando en Casa de muñecas, un drama feminista que se lleva representando décadas con gran éxito en todo el mundo occidental. En ese sentido, parece que Peer Gynt se ha representado muy pocas veces, en parte por las dificultades técnicas que presenta, en parte porque, ya desde que Ibsen lo escribiera, tiene unas formas claramente anacrónicas. Vamos, que entre la obra literaria de Ibsen y la musical de Grieg no hay duda de cuál es la mejor y la que ha envejecido con más lozanía, aunque la buena se haya inspirado en la menos buena...

viernes, 20 de mayo de 2022

"El tochaco de Mr. Natural", de Robert Crumb.

  Robert Crumb es, todo el mundo lo sabe, uno de los principales creadores del llamado "cómic underground" que floreció en Estados Unidos a partir de la década de los sesenta del pasado año y que, a pesar de los nuevos vientos que soplan, se resiste a desaparecer y ser arramblado por el paso del tiempo. Y quizá no llegue a desaparecer porque era un cómic mucho más adulto que los otros que dominaban en el país americano (los de superhéroes, con sus dos factorías, Marvel y DC cómics); dicho sea de paso que en Europa la salud de los tebeos era óptima, aunque era de temática más infantil y juvenil, con su capital en Bruselas. En fin, que ese llamado "cómic underground" tenía como destinatarios ideales a jóvenes que no querían perderse en pueriles aventuras de tipos corrientes que se enfundaban un mono ajustado con capa y se convertían en héroes capaces de derrotar a la encarnación del mal, sino que buscaban leer historias de gente como ellos que vivían vidas anodinas en las abarrotadas megalópolis americanas.
 Robert Crumb era un genio en este tipo de cómic, ya fuera en colaboración con Harvey Pekar como escritor, o actuando el mismo de escritor. En este sentido, cabe reseñar que considero a Crumb mejor dibujante que escritor, vamos, que sus cómics en solitario adolecen de falta de rotundidad y complejidad temática. Esto se observa en uno de sus personajes más carismáticos, Mr. Natural, que es el protagonista principal de este "tochaco" que ha publicado en España Ediciones La Cúpula.
 Mr. Natural es un venerable ancianito de luenga barba, calva reluciente y sencilla vestimenta que pasa por ser una suerte de gurú para muchos. Su contraparte es Flakey Foont, un palizas que lo persigue a todas horas para preguntarle por el sentido de la vida, por la razón de sus inseguridades y por el camino a seguir en el futuro. En buena medida, la burla de Crumb es sobre este último tipo, un neurótico hipersensible y autocompasivo, mientras que Mr. Natural no es más que un tipo vulgar que vive sin preguntarse nada, que vive "naturalmente", vaya. En realidad, el tal Mr. Natural es una mezcla de santón, filósofo de andar por casa, vividor y caradura.
 El personaje de Crumb tiene largo recorrido, ya que sus primeras aventuras las dibujó en 1966 y lo último es de 2009, aunque el personaje que da nombre a las historietas es, claramente, un subproducto de los años sesenta en Estados Unidos, de la cultura beat y su búsqueda de un sentido alternativo de la vida.
 En cuanto al estilo de Robert Crumb es, como se puede ver en la portada y contraportada escaneadas aquí, de línea clara, en blanco y negro (a diferencia de las imágenes) y con bastante detalle, aunque sin llegar a un realismo extremo; en cualquier caso, es un estilo propio e inconfundible del propio Crumb, que, supongo, habrá tenido un montón de imitadores a lo largo del tiempo.
 Con respecto a lo que decía sobre la mayor calidad de Crumb como dibujante que como escritor, se puede notar en que sus personajes propios suelen ser poco redondos, podrían tener un mayor desarrollo (dentro de lo que cabe, claro, que esto es un cómic), y también cuando el dibujante ha sido eso, meramente un dibujante. Así, aparte de las colaboraciones con Harvey Pekar, en tiempos recientes, Robert Crumb ha adaptado al cómic el veterotestamentario libro del Génesis, así como una biografía de Josef Kafka, en ambos el resultado es mucho más alto y más maduro que en este de Mr. Natural.