Continúo con Álvaro de Campos editado por Ábada Editores. Por disponibilidad en la librería comencé por el tercer volumen que esta editorial dedicó a de Campos; puede que no sea relevante en los casos de Ricardo Reis o Alberto Caeiro, pero sí lo es en la obra de Álvaro de Campos, ya que sí hay evolución literaria en este heterónimo y, según parece, en Ábada han decidido seguir un orden cronológico.
Según dije en otra entrada, Álvaro de Campos se inició, siempre sintiéndose deudo de Alberto Caeiro, por el decadentismo, pasando luego al futurismo para acabar en posiciones del nihilismo literario. En realidad en esta primera entrega he observado más influencia del futurismo que decadentismo, no he visto tanta evasión de la cotidianidad o vindicación del individualismo como alabanza de la modernidad y del maquinismo. Reconozco tener un poco de tirria al futurismo; no es que admire la poesía parnasiana y su bucólico reflejo pastoril... pero de ahí a buscar la belleza máxima en el funcionamiento de un motor de explosión... por no hablar de las veleidades fascistas de los futuristas encabezados por Marinetti.
En contraposición a su citado maestro, Alberto Caeiro, de Campos se deja arrastrar por las modas literarias vigentes en Europa en su momento. Y pensar que todo esto cabía en una sola cabeza...