Una película de este mismo año, con protagonistas juveniles (Logan Lerman y Sarah Gadon, ambos en sus primeros veinte) que se salva, una vez más, por el guion, que es adaptación de la novela homónima de Philip Roth.
Como en todas las novelas de Roth, en esta también hay elementos biográficos: un chico de origen judío que se despega de la tradición de sus mayores para integrarse en la laica sociedad americana, la situación política y sobre todo social de aquel país en el momento, o las relaciones complicadas con el sexo contrario. En este caso se ambienta en la Guerra de Corea (1950-1953), y el protagonista (Markus Messner, evidente alter ego de Roth) sale de su agobiante realidad familiar como hijo único y gran promesa de su familia de clase obrera para estudiar en un "College" con normas igualmente draconianas. El choque del afán de libertad del chico y las absurdas reglas restrictivas supone el tema principal de la novela y de la película, amén de una tormentosa relación más carnal que otra cosa con una compañera de estudios. El trasfondo de la guerra es importante porque todos los chicos de clase obrera de la época tenían que demostrar que valían para estudiar y que aprovechaban sus becas si no querían ser enviados al frente de inmediato.
Como en las novelas de Philip Roth, todo, la vida y la muerte, pasa sin grandes alharacas. La reacción del joven ante todo lo que le pasa es más de estupor e incomprensión que otra cosa. En fin, una película pasable, importante para muchos, supongo (especialmente aquellos con situaciones religiosas y sociales semejantes), pero que si es salvable es por la profundidad literaria que tiene el guion. Dicen que en el cine de Hollywood hay una profunda crisis de guionistas. Tal vez debieran seguir este ejemplo y recurrir a la literatura, contemporánea o no, para mejorar algo sus producciones.