¿Qué diferencia tiene el valor de lo original frente a lo continuador? No hablo en absoluto de copia o plagio, sino de la continuación de unos temas y unas formas de une escritor en otro posterior.
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Habiendo leído a Howard Phillips Lovecraft y leyendo ahora a August Derleth, es evidente que el segundo ha continuado al primero; es el llamado Círculo de Lovecraft, un conjunto de escritores (frecuentemente más jóvenes que el de Providence) que continuaron sus temas: el terror cósmico con figuras centrales como Cthulhu, Yog-Sothot, Ithaqua, Hastur, etcétera; narrando la relación de estas criaturas con la especie humana, siempre respetando una estructura literaria semejante: cuentos cortos, finales abruptos y giros que uno recuerda perfectamente en los escritos de Lovecraft. La pregunta es: ¿qué tiene más valor? Porque, para ser sincero, he de decir que algunos cuentos de Derleth superan en calidad literaria a los de Lovecraft (en el sentido de expresividad, corrección y sobre todo estructura), pero la creación original de Lovecraft es innegable; es decir: Lovecraft es el gran creador mientras que Derleth es algo así como el que pule y termina.. No digo que esto sea así en todos los relatos, no, Lovecraft tiene cuentos absolutamente perfectos (La llamada de Cthulhu, El que susurra en la oscuridad, Las ratas en las paredes, El modelo de Pickman, En las montañas de la locura -este una novela breve- y algún otro), esos textos no los supera ni igual nadie, ni Derleth. Pero también hay narraciones de Lovecraft más flojos, y Derleth mantiene un nivel literario más estable.
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¿Consideramos, pues, a August Derleth como a un segundón frente a Lovecraft, un mero continuador? Parece ser que ambos se conocieron y llegaron a trabar una cierta amistad epistolar (a pesar de la diferencia de edad); podría ser que Lovecraft no tuviera muy acentuado el concepto de propiedad intelectual y originalidad que hoy tenemos, o tal vez su genial producción literaria fuera para él tan arrebatadora y subyugante que necesitara que otros continuaran su obra; es, en tal caso, muestra de una generosidad que no es fácil de comprender en un mundo tan individualista como es el de la creación literaria. En fin, al margen de consideraciones competitivas, habría que conceder que para nosotros (principalmente lectores pero también humildes escritores de un pequeño puñado de cuentos con estructura lovecraftiana) la existencia de este conocido Círculo de Lovecraft es una bendición sin límites, pues nos permite recrearnos en los mundos ideados por el "solitario de Lovecraft" con las pequeñas diferencias que distintos autores proporcionan.