Los apotegmas de Hermann Hesse están muy bien, algunos son como un directo al mentón (o, como quien dice, a la conciencia): rápidos, duros e imparables. Pero luego sigues pensando sobre ellos y empiezas a encontrar fallos, o, mejor dicho, resquicios por donde introducir una palanca y hacer mella intelectual en ellos. Así se acaba por concluir que nada plenamente irrebatible.
Por otro lado, muchas sentencias están, claramente, sacadas de contexto. Como consecuencia, el mensaje completo está cercenado, cambiando parcial o incluso totalmente el sentido del mismo. Son como los titulares de los malintencionados periodistas, que son una simplificación, una alteración, pero en absoluto casual, sino dirigidas hacia un fin predeterminado y, muy frecuentemente, peligroso.
En fin, virtudes y defectos incluidos, sigo pensando que la mejor forma de hacer honor a los aforismos es ponerlos directamente. Aquí van unos cuantos:
"Campesinas ha habido que, poseyendo y conociendo sólo la Biblia, han leído y extraído de ella más ciencia, consuelo y alegría que la que jamás pueda sacar algún que otro millonario mimado de su valiosa biblioteca."
"Muchos consideran que es una vergüenza no conocer la última novela del autor de moda más reciente, mientras dejan durante toda su vida que los viejos "mamotretos" sigan siendo mamotretos, sin darse cuenta siquiera de que mucho de lo novísimo y preferido no es más que algo viejo recalentado a toda prisa y servido como nuevo."
"Una profesión es siempre una desgracia, una limitación y una resignación."
"Lo que necesita y exige nuestra época no es laboriosidad y espíritu de funcionario, sino personalidad, conciencia, responsabilidad. Intelecto, talento, hay de sobra."
"El enemigo más peligroso de la alegría es, sin duda, la excesiva valoración del minuto, la prisa como causa primordial de nuestra forma de vida. La consigna es: lo más posible y lo más aprisa posible. De lo cual resulta siempre cada vez más complacencia y menos alegría."
"Para vivir la felicidad es necesario ante todo desligarse del tiempo y, con ello, tanto del temor como de la esperanza, pero la mayoría de los hombres pierden esa capacidad con los años."
"La guerra la hacen gentes a las que es indiferente la vida de los demás. Hacen sus guerras con los bienes, la sangre y la vida de otros, y les importa un bledo lo que nosotros pensemos y lo que tengamos que sufrir."
"Uno se olvida de juzgar y criticar a los demás cuando está lleno de dudas sobre sí mismo."
"Todo individuo debe alguna vez dar el paso que le aleja de su padre, de sus maestros; todo individuo debe experimentar algo de la dureza de la soledad, si bien la mayoría de las personas poseen poca capacidad de aguante y vuelven pronto al refugio."
"Todo es colectividad, todo es arracimarse, todo es abdicar del propio destino y refugiarse en la cálida proximidad del rebaño."
"La soledad es el camino por el que el destino quiere conducir al hombre hacia sí mismo."
"Sin mucha comprensión, pero con gran conciencia de superioridad suele enfrentarse el adulto con el niño. Hasta que se demuestra que ese sentimiento de superioridad no tiene otra base que una profunda ignorancia."
¿Por qué no se ha de entretener uno con libros? Muchas veces son tan inteligentes como los hombres y tan graciosos como ellos, y menos impertinentes."