Y vuelvo a la literatura victoriana como "abeja que vuelve al panal". De nuevo esa prosa lenta, prolija en adjetivos, con pocos diálogos y muchas descripciones... ¡el hogar! Al menos para mí. Obviamente, la literatura victoriana está muy anticuada, parece incluso ingenua... y de puro ingenuo, los personajes parecen mal pergeñados... Nada más lejos de la realidad. En autores como Hardy es donde uno aprende a delinear el alma humana, sus alegrías, sus miedos, sus zozobras y su evolución.
Lejos del mundanal ruido es una de las llamadas "novelas de Wessex" de Hardy, por estar ambientadas en el ámbito rural de esa arcaica región inglesa. Wessex es el nombre de un antiguo reino, ya no existe como tal entidad administrativa, sin embargo, Thomas Hardy lo retoma para hablar de lo que hoy es el condado de Dorset y algunas comarcas circundantes. Entre esas novelas están El alcalde de Casterbridge o Jude el oscuro, que ya leí y reseñé en este blog. Todas coinciden en la ambientación en esa campiña inglesa idílica que, aunque preñada de problemas, no deja de ser un referente del paraíso terrenal perdido. En muchos lugares he leído que las novelas de Thomas Hardy son principalmente pesimistas, pero no estoy totalmente de acuerdo. Sí es cierto que los personajes (alguno de forma especial, como Tess en Tess la de los Ubberville) parecen abocados a una vida de tristezas y penurias, pero en todas las novelas el medio rural es pintado como un esperanzador recuerdo de la existencia de un Dios benigno y compasivo que, finalmente, se apiadará de nosotros. Por otra parte, creo haber escrito ya que las novelas de Thomas Hardy tienen varias lecturas, de las cuales dos emergen soberanas: por un lado la superficial, que suele ser romances un tanto almibarados a la vez que imposibles entre personas de distinto estrato social; por otro la más fija en el ámbito social que destila una terrible crítica a la deshumanizada sociedad industrial que había creado la Revolución Industrial en Inglaterra.
El argumento principal de Lejos del mundanal ruido son los amoríos de la joven Bathseba Everdene con tres personajes antagónicos: el sencillo, honrado y desventurado pastor Oak, el rico y tosco hacendado Boldwood, y el apuesto y cosmopolita sargento Troy. Ese desigual "cuadrado amoroso" sirve a Hardy para dibujar la sociedad de su momento con una belleza no exenta en absoluto de mordaz crítica.
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