El fiasco que me llevé con Stephen King (y lo rápido que me lo liquidé) me llevó a comprar, en la misma librería del sureste peninsular, estas historias cortas del cuentista inglés de origen noruego Roald Dahl.
No sé si fue por buscar relatos en inglés para quitarme el mal sabor de boca que me dejó El ciclo del hombre lobo, aunque, habiendo leído otros cuentos del inglés (aquellos en castellano), había sentido el mismo regusto decepcionante. Por tanto leí estas historias en su lengua original... y volví a sentir lo mismo... Roald Dahl fue un escritor excelente para niños, les preparaba para la mierda de vida que les aguardaba y les invitaba a mantener la imaginación infantil como refugio frente a toda esa mierda que nos hacen tragar los que sonríen (con sonrisa falsa, claro, de político) de forma continua. "Charlie and the Chocolate Factory", "James and the Giant Peach", "Fantastic Mr. Fox" o "The BFG" son extraordinarias historias que se regodean sin tapujos en la única época de la vida humana que tiene sentido: la infancia.
¿Y lo demás? Lo demás, lo que escribió para adultos, no otorga esa magia un tanto estúpida pero que logra rejuvenecer el corazón. En realidad, las historias recopiladas en este "Ten Short Stories" son agudas críticas de la hipócrita sociedad que nos ha tocado vivir (que le tocó vivir a Dahl a mediados del siglo XX, que es la misma que nos toca en el XXI): gente que vive de engañar al prójimo y que se ofende horriblemente cuando se siente estafada a su vez (véase los comentarios despectivos sobre los políticos de los "honrados" ciudadanos que se aprovechan del débil cuando pueden); mujeres que se vanaglorian de su feminidad pero en realidad son marimachos mandones que solo quieren dominar a los demás; anticuarios que, disfrazados de clérigos, tratan de engañar a pobres aldeanos para comprar a precio de saldo antigüedades valiosas... todo narrado con un humor sarcástico y negro, muy, pero que muy inglés.