No era lo que yo esperaba, ya lo dije. Son un montón de apuntes del autor húngaro sobre su profesión, sus experiencias en los campos de exterminio, su peculiar forma de judaísmo, su relación con otros colegas... no una novela. No obstante, hay conclusiones y pensamientos sobre la existencia muy agudos, y otros sobre la futura llegada del Nobel (parece ser que estos apuntes fueron escritos a finales de los noventa y el premio le fue otorgado en 2002) que son muy clarividentes, entre ellos uno que ha calado entre sus lectores y que era algo como: "siempre seré un escritor húngaro de segunda fila, ignorado y malinterpretado", que, principalmente era una queja por el hecho de ser escritor en una lengua minoritaria a nivel mundial, el húngaro.
Imagen tomada de Commons Wikimedia |
Se equivocó, pues, el señor Kertész, ya que recibiría el tan ansiado premio en su versión literaria aquel año 2002.
Al margen de premios y reconocimientos, el texto me ha parecido áspero y depresivo, hasta el punto de calificarlo, según reza esta entrada, "lectura interruptus", es decir, que he dejado a medias el libro, no creo haber llegado al tercio de su longitud, pero es que me estaba empezando a dañar. En las otros textos que he leído del húngaro (estas sí, verdaderas novelas) se aprecia un profundo pesimismo existencial, pero en La última posada, al ser una obra tan claramente autobiográfica, un verdadero diario en realidad, la depresión es innegable, y la sombra del suicidio planea por todas partes, hasta el punto de que me ha sido imposible seguir adelante con su lectura, teniendo en cuenta mi personalidad también depresiva.
En todo caso, sigo opinando que en el mundo editorial no todo vale (como, parece ser, opinan los editores), y se hace necesario explicar qué es lo que se publica (novela, ensayo, diarios...) por mucho que sea más interesante económicamente hablando publicar lo que sea de un premio Nobel.
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