Craso error es considerar que todo lo que escribe un Nobel de literatura es destacable e incluso superior al resto de la producción literaria contemporánea. Un Nobel, como cualquier escritor, tiene altibajos en la calidad de su producción, pero claro, las editoriales están dispuestas a publicar absolutamente todo con tal de ganar dinerito... y me temo que muchos lectores se tragan todo también... espero no ser uno de ellos.
En El lugar de la estrella, novela escrita al parecer en 1968, contiene algunos elementos comunes a todo Modiano (ambientado en París, aparente desafección por los personajes y sus vidas, vidas erráticas...), pero también hay un cinismo y una ironía que no había notado en otras novelas del francés. Aquí, narra en primera persona a un judío colaboracionista en apariencia, pero que trata de hacer negocios con los arios pervirtiendo a los mismos, principalmente con la trata de blancas de chicas francesas. Hay un elemento provocador en un doble sentido: el colaboracionismo de buena parte de la población francesa que no solamente no opuso resistencia a la ocupación nazi, sino que hizo negocio con ella; y por otro lado la de los judíos masacrados y víctimas del odio de los asesinos y la indiferencia del resto de los europeos que, sin embargo, una exigua minoría de ellos también sacan pingües beneficios con sus supuestos asesinos. Supongo que cuando vio la luz en aquel año levantaría muchas ampollas, aunque, también hay que recordar el cambio social y político que supuso el Mayo del 68 al cual, en modesta proporción, ayudaría esta novela, a romper creencias biempensantes y discursos oficiales de supuestas heroicidades militares.
Con
todo, a veces se hace un tanto incómodo leer pasajes tan irreverentes y
provocadores. Eso es lo malo de muchas novelas, que si se piensa cuando
fueron escritas y en qué contexto sociopolítico se entiende que fueran
necesarias, aunque hoy hayan quedado obsoletas.