Si todas las novelas de Modiano tienen mucho de autobiográfico, en esta ya lo es todo. El autor narra en primera persona la vida de sus padres y la suya propia sin cambiar nombres, más de forma apresurada, a vuelapluma, que de forma reposada. Ahora, por tanto, no son personajes desarraigados sin un futuro claro que merodean por París de forma errática. Ahora son el propio escritor y su familia los desarraigados.
Es, tal vez, la tentación de todo escritor: poner negro sobre blanco la propia vida o la de sus familiares, sin molestarse en crear un alter ego con pequeñas modificaciones de uno mismo. En el caso del escritor francés esto era muy obvio, sus personajes se parecían de forma demasiado sospechosa a él mismo... bueno, pues ya se ha producido la metamorfosis...
De momento me parece lo más flojo que he leído de Modiano... Me preocupa, porque, como creo haber dicho antes, las obligaciones editoriales de aquellos autores de gran éxito (especialmente los galardonados con los premios más prestigiosos) lleva a la publicación de obras muy, pero que muy, menores, muchas de ellas que tal vez no debieran haberse publicado nunca... Veremos...
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