Encomiable la labor de la editorial Valdemar que está reeditando en español a autores de enorme calidad que habían caído en el olvido. Con la excusa (en mi opinión, noble) de indagar en la narrativa de terror, gótica o de temas fantásticos, están consiguiendo que algunos empecemos a tener una biblioteca en este ámbito francamente extensa, especialmente, pero no solo, de autores anglosajones del siglo XIX. No solo de este periodo y cultura como lo demuestra el tomo que describo:
Auguste Villiers de L'isle Adam es, como su nombre anticipa, francés, del siglo XIX, influenciado principalmente por el simbolismo. Cumpliría los requisitos para formar parte de la llamada "Colección gótica" de Valdemar por tratar los temas a los que antes hacía vaga alusión: fantasmas, fenómenos paranormales, espiritismo, vampirismo... y eso, tal vez, siembre para muchos una grave duda sobre su calidad literaria. Y es que, desgraciadamente, en las últimas décadas hemos asistido a la publicación de centenares de novelas y decenas de películas que ahondaban en estos temas y que tenían una calidad ínfima... era literatura y cine para adolescentes sin capacidad de crítica que se fijaban más en lo guapos que eran los protagonistas y lo bien que les quedaba la ropa... todo muy actual, muy superficial. Sin embargo, ya lo he defendido en varias ocasiones, el gusto por lo fantástico, por lo sobrenatural existe en la literatura de calidad desde hace mucho, y, definitivamente, fue retomado en el Romanticismo literario, especialmente en la cultura anglosajona, lo que algunos llaman "literatura victoriana".
Villiers, como buen francés, es influenciado por el Simbolismo, hasta el punto de mantener relaciones personales con los grandes del movimiento (Mallarmé, Baudelaire, Verlaine...) que, por otra parte, también participa de ese gusto por lo oculto, lo misterioso. El movimiento simbolista fue considerado principalmente dentro del ámbito poético, pero, en realidad, se dio en todas las artes, también en la prosa, y aquí Villiers de L'isle Adam es uno de los maestros.