miércoles, 27 de septiembre de 2023

"Confesiones del estafador Félix Krull", de Thomas Mann.

  Quien considere la vida profesional de un escritor de forma lineal, escribiendo novela tras novela, finalizando una antes de empezar otra, se equivoca. Un escritor pergeña mil historias a la vez, las pone en negro sobre blanco, algunas las abandona, otras las continúa, otras las retoma y termina, otras las retoma y las vuelve a abandonar... Vamos que es un puro caos creativo. Muchos autores, por puro pudor, destruyen obras iniciadas en su juventud que desmerecen la calidad que alcanzaron en su madurez, pero no todos. Parece que el bueno de Thomas Mann, Premio Nobel de literatura de 1929, no se deshizo de una obra juvenil de tintes irónicos, ya que se trataba de una parodia de la autobiografía de Goethe, que en lengua española ha sido traducida erróneamente como Confesiones del estafador Félix Krull. Quizá hubiera hecho mejor en desechar este esbozo de novela que, finalmente, quedó inconclusa. Tampoco se puede infravalorar las presiones editoriales que sufriera el alemán para publicar lo que escribiera aunque fuera en papel higiénico, toda vez que habiendo sido premiado con el Nobel y con el Goethe en 1949, cualquier escritor se convierte en una perita en dulce para el negocio editorial.
 Decía que el título había sido erróneamente traducido a Confesiones del estafador Félix Krull y es que, a pesar de mis escasísimas nociones de alemán, me atrevo a afirmar que el título original, "Bekenntnisse des Hochstaplers Felix Krüll" debiera haberse traducido por "Confesiones del impostor Félix Krull", toda vez que el personaje no es un estafador (no obtiene dinero de nadie mediante engaño) sino un impostor (finge ser quien no es). Es, sin duda, un detalle menor, pero ¡ya podría corregirse!
 En fin, la novela no es gran cosa. De Mann sólo he leído La montaña mágica y Muerte en Venecia. La primera me gustó muchísimo y la segunda, no tanto. En La montaña mágica, Mann alcanza unas cotas altísimas de narración, con una naturalidad excelente, algo que justifica sobradamente la concesión del Nobel, pero el nivel de calidad baja terriblemente con la novela que reseño. Aparentemente, pues, Mann comenzó Confesiones del estafador Félix Krull en su juventud (algo que se aprecia en una prosa demasiado ampulosa, pretenciosa e impostada que en nada tiene que ver con obras posteriores y que es atribuible, seguro, a la poca experiencia del autor) y la retomó ya en su madurez sin, parece ser, retocar mucho lo escrito con anterioridad. El resultado es mediocre, se nota demasiado que es una novela de juventud (dicho esto en sentido peyorativo, como poco avezado, poco experimentado), hasta el punto que se hace incómoda de leer. Por supuesto, la ironía también juega su papel, de modo que mucho de lo escrito hay que leerlo con sorna, como el hecho de que el protagonista tratara siempre de forma ridículamente respetuosa a otras personas (llamando, por ejemplo, "señor director" a un simple conserje o "chef" a un ayudante de camarero).
 El argumento de la novela, grosso modo, es el siguiente: un joven alemán, Félix Krull, perteneciente a una clase social medio-baja pasa por todo tipo de estrecheces económicas cuando su padre muere. La familia se ve obligada a "buscarse la vida": la madre abre una pensión con ayuda de su hija, Félix será enviado a Frankfurt primero y a París después gracias a enchufes (pobres enchufes, en cualquier caso) de su padrino. En París entrará como ascensorista sin sueldo, pasando poco después a camarero gracias a su buen hacer y su corrección en el trato con los clientes. Tan buen trato da y tan atractivo es el chico, que varios clientes se enamoran de él, entre ellos una joven inglesa y un cincuentón escocés (aquí, tal vez, alguien puede ver la ambigüedad sexual que Mann da a sus personajes, algo muy marcado en Muerte en Venecia, y que algunos críticos consideraban aplicable al autor). En fin, el pobre Félix (quien, por cierto, ha sido rebautizado como Armand por el director del hotel) gusta mucho pero no acabará de cambiar de vida hasta que el joven marqués de Venosta se fija en él para un peculiar trato. El quid de la cuestión radica en que el marqués (podrido de dinero como buen hijo único de nobles luxemburgueses) está perdidamente enamorado de una corista parisina; sus padres, desaprobando esa relación, quieren forzarlo a separarse de ella haciéndole viajar por todo el mundo. Bien, la estratagema del marqués es que el camarero Félix viaje por todo el mundo en su lugar mientras él se queda en París con su amada. Claro, para Krull, el trato es un sueño: de ser un simple camarero explotado en un hotel pasará a ser un fingido marqués que viajará por todo el mundo, con todo pagado, conociendo gentes de lo más destacado socialmente hablando y viviendo, en definitiva, "la gran vida". Félix aceptará y se embarcará para Lisboa donde habrá de comenzar un viaje que lo llevará por casi todos los continentes.
 La novela está formada por tres libros, acabando el último en un enamoramiento de Félix Krull, ahora un marqués impostado, de una joven lisboeta y sus aventuras en la capital lusa. Faltaría, según dicen los críticos, un cuarto libro ya proyectado por Thomas Mann, en el que saldría de Lisboa, se convertiría en ladrón y acabaría en la cárcel (tal vez de aquí provenga el "estafador" del título). En todo caso, ese cuarto libro no llegó a ver la luz y todo termina con la asistencia a una corrida de toros, dejando una sensación de insatisfacción en el lector que ve la obra sin rematar.
 Pues eso, para rematar esta entrada mía: la novela es muy mediocre para las esperanzas que se pueden poner al leer a Thomas Mann. Se nota demasiado a las claras, como antes decía, que es una obra de juventud del autor; le falta mordiente y le sobra ampulosidad. Claramente, una obra menor.

sábado, 23 de septiembre de 2023

Otoño, de nuevo.

 

Alphonse Mucha, Alegoría del otoño, 1896. Colección privada.Óleo litografiado
Imagen tomada del sitio www.historia-arte.com

miércoles, 20 de septiembre de 2023

"Composition Book", by Grant Snider (www.incidentalcomics.com).

 

Image taken from the site www.incidentalcomics.com

"Naturaleza hostil", de Arnaldur Indridason.

  Igual que en los años 60 y 70 del pasado siglo se dio el llamado "Boom latinoamericano", que lanzó a los escaparates de las librerías obras de Cortázar, Borges, García Márquez, Vargas LLosa, etcétera, en las últimas dos décadas hubo una explosión de novela negra de autores nórdicos. ¡Quién no ha oído hablar de Stieg Larsson y su multimillonaria saga Millennium, del noruego Jo Nesbo, de la superventas sueca Camilla Lackberg! Ha sido un éxito de ventas tremendo a nivel mundial, lo que se dice un bestseller. Ahora bien, en aquel Boom latinoamericano se colaron autores que tenían una calidad muy inferior a Borges o Cortázar, y parecía que lo único que los unía era el hecho de ser escritores latinoamericanos. Dicho de otra forma, en los años 60 y 70, las editoriales promovieron a ciertos escritores únicamente por su origen geográfico para vender libros como rosquillas movidas únicamente por el afán mercantil (al fin y al cabo son empresas y su meta es la obtención de beneficios, claro). Es decir, parte del Boom latinoamericano fue un fenómeno editorial, no tanto un fenómeno literario. ¿No habrá pasado lo mismo recientemente con la novela negra nórdica? Para intentar comprobarlo leo una novela de un islandés bastante conocido en novela policíaca: Arnaldur Indridason.
 Igual que en otras novelas policiacas, los autores ya tienen personajes tipo que repiten en todas, en este caso es un policía de Reikiavik, un tal Erlendur Sveinsson, que unirá a sus conocimientos e instinto de sabueso policiaco un pasado atormentado (la muerte de su hermano pequeño en una tormenta de nieve, por ejemplo) y un presente complicado (carencia de relación afectiva, por ejemplo). Y aquí es donde empiezo a ver semejanzas un tanto cutres. Digo "semejanzas cutres" porque pienso que la novela policiaca fue iniciada, al menos de forma exitosa y reconocible como subgénero propio, con Arthur Conan Doyle y su Sherlock Holmes. Sherlock Holmes ha sido un personaje imitado sin límite, pero en plan cutre, porque sus imitaciones son mucho más pobres y superficiales. Pero, igual que Holmes tenía problemas con la morfina, era misántropo a más no poder, su comportamiento era asocial como poco... los detectives recientes son también gente problemática. Además, en las novelas policíacas, a imagen y semejanza del Doctor Watson, con su comportamiento más normal, pero también más romo y obtuso, salieron mil imitadores (ahora que lo pienso, por cierto, la pareja Holmes-Watson no difiere mucho de la de Quijote-Sancho, uno el inteligente -o estrambótico- y el otro más pegado al mundo); así, igual que Holmes-Watson están las parejas de Agatha Christie con Poirot y el capitán Hastings o incluso, más cercano en el tiempo y la geografía, Bevilacqua y Chamorro de Lorenzo Silva. En fin, ya sé que, en realidad, si no es copia, siempre hay una inspiración al menos en la literatura anterior, pero es que en la novela negra es mucho...
 Y luego está la cuestión paisajística. No sé cómo será en las novelas de autores suecos o noruegos, pero en la de este tal Indridason, el componente clima y paisaje agreste es fundamental. Y es que Islandia, país al que, desgraciadamente, nunca he viajado y que debe ser un verdadero paraíso, no deja de ser un pequeño país de apenas cuatrocientas mil almas, perdido rozando el Círculo Polar Ártico, con un paisaje extraordinario poblado por inmensos glaciares y volcanes activos, con un clima extremo aparentemente inapropiado para el desarrollo de una sociedad humana. Así, el propio Indridason hace de esos paisaje y de ese clima unos protagonistas más de la novela, que cambian drásticamente la vida de los personajes humanos.
 En fin, me ha parecido una novela amena, morbosa (como todas las novelas policiacas, que disfrutan describiendo asesinatos brutales), razonablemente bien escrita, incluso con alguna figura literaria como la analepsis... pero (esto también creo que es un defecto general de las novelas negras) es un tanto predecible, pues en casi todas ellas, el asesino acaba siendo el que menos se figura uno pues lo presentan inicialmente como un dechado de virtudes (ya digo, tan previsible que, en esta novela, un servidor se dio cuenta desde el principio). Para concluir, una novela aceptable pero muy comercial, para gente que lee por matar el tiempo, algo que nunca he acabado de entender plenamente, toda vez que tiempo es lo único que tenemos en la vida, y nunca sabemos cuánto...

domingo, 10 de septiembre de 2023

"La muerte de Matusalén", de Isaac Bashevis Singer.

  Veinte relatos del genial autor en lengua yidis, Premio Nobel de literatura de 1978. Veinte cuentos en los que recoge la cultura judía centroeuropea que fue aniquilada a base de marginación, pogromos y asesinatos en masa hasta decapitarla en la Segunda Guerra Mundial. Digo "cultura", pero, en realidad, la cultura askenazí no fue exterminada, el ejemplo era el propio Singer. Sí que acabaron con la población europea, empobreciendo terriblemente al continente, con una de las aberraciones más monstruosas del siglo XX. Pero, para mí, lo más destacable es que, habiendo sido víctimas de la Shoah, escritores como Singer no se regodean en un victimismo paralizante y "empequeñecedor", sino que se vierte en lo que los fanáticos asesinos querían evitar: que vivieran como si no hubiera un mañana, que se enamoraran, desenamoraran, viajaran, formaran familias en otras partes del mundo, siguieran trabajando, negociando, escribiendo... En definitiva, que siguieran celebrando la vida. Los personajes de Isaac Bashevis Singer no son seres apocados, acomplejados, asustados y rencorosos, no, son gente que vive su vida con los terribles cambios que ésta conlleva pero sin mirar atrás con resentimiento.
 El judío de Babilonia es un pequeño relato, quizás uno de los más flojos de este volumen, que narra las peripecias de un judío sefardita que viaja por Europa Central como "obrador de milagros", lo que le proporciona la admiración de los judíos de a pie y el odio y la desaprobación de los rabinos y "rebes" de esas comunidades.
 El amigo de la casa es un cuento con las características más frecuentes en Singer: en una cafetería (ambiente habitual para conversaciones sin fin) se narran promiscuidades e infidelidades (tema recurrente) de los amantes que son eufemísticamente llamados "amigos de la casa".
 Disfrazado toca un tema no frecuente en el escritor polaco-americano que parece mucho más moderno (al menos en el tema, no en el tratamiento), el de la homosexualidad e incluso el travestismo y la transexualidad. Un tema mucho más en boga hoy en día, pero tratado desde una óptica judía tradicional: el amante del transexual es presentado como un demonio impío (casi un dibbuk).
 La muerte de Matusalén, a pesar de dar nombre al volumen, no es el mejor relato de los aquí contenidos. Fantasea sobre la vida del personaje veterotestamentario, el hombre más longevo de la historia, abuelo de Noé, que, en el relato es tentado por la lujuriosa Naamá, descendiente de la tribu de Caín.
 Son relatos ambientados tanto en Polonia (principalmente en Lublin y Varsovia) como en Estados Unidos (Nueva York y Miami); todos esos lugares fueron los escenarios donde el genial Singer luchó contra todos las vicisitudes adversas, que debieron de ser muchas, pero con un optimismo y una vitalidad envidiables. La mayoría son narrados en tercera persona, con el narrador omnisciente típico, pero unos pocos son contados en primera persona, refiriendo Singer encuentros con extraordinarios tipos, supervivientes natos, que le relatan hechos pasados.

domingo, 3 de septiembre de 2023

"Cuentos morales", de Leopoldo Alas, Clarín.

  Veintiocho relatos del inmortal creador de La Regenta. Si en su obra cumbre se muestra como un narrador apabullante por su capacidad de pergeñar personajes redondos y verosímiles sin esconder nada ni bueno ni malo (naturalismo en grado sumo), en los relatos se aprecia mejor esta cualidad. Es como si en los cuentos se hubiera condensado la inmensa calidad del asturiano (y zamorano de nacimiento). 
 No estoy de acuerdo con la brevísima recensión de la contraportada de esta edición (editorial Edicomunicación, aparentemente, ya desaparecida) cuando dice: "El autor les puso el título de Morales no porque reflejen ejemplos dignos de ser imitados, sino porque nos revelan las facetas más sensibles del ser humano...". No estoy de acuerdo porque, como ya desgranaré ahora, los relatos sí muestran comportamientos y personajes morales. Es curioso recordar que Clarín fue tomado por un "liberal ateo" en su época, cuando la moral que refleja es claramente cristiana; otra cosa es que defendiera la separación entre Iglesia y Estado, o que llegara a pensar, tal vez, que la Iglesia católica de su tiempo era una organización perniciosa, pero, leyendo sus relatos, se puede apreciar un apego notable a las virtudes evangélicas. En todo caso, temo que la editorial pusiera esa reseña para no asustar al lector tipo de estos tiempos (la edición es de 1999) y asegurarse así más ventas. Business is Business.
 En El cura Vericueto se narra la historia de un cura rural, aparentemente ultraconservador y especialmente avaro. Cuando parece que uno está leyendo un relato anticlerical, Clarín gira el argumento para descubrir que esa avaricia ratonera, esa usura pobretona y mezquina del cura tiene como finalidad pagar una deuda de juego contraída tiempo atrás. Se presenta como una firme adhesión al principio de honorabilidad, algo hoy muy pasado de moda, pero que hace cien años era tomado por un principio fundamental de bonhomía.
 Boroña es un relato sobre un indiano rico que regresa a Asturias para morir y que, en sus últimos días, sólo recuerda el pan de maíz, pobre sustento, que comía de niño. Por cierto, hoy el Diccionario de la Lengua Española de la RAE admite el vocablo sustituyendo la "ñ" por "n", es decir, "borona".
 La conversión de Chiripa es un relato humorístico en el que un mendigo acaba convirtiéndose a la fe católica por una serie de circunstancias descacharrantes. Alguno podrá ver un cierto ateísmo, pero, en realidad, no hay sino una feroz crítica a una Iglesia pacata y pueblerina que sólo trata de hacer adeptos como un vendedor a comisión.
 El número uno es un extraordinario cuento sobre la humanidad, sus grandezas y miserias. Tiene un final claramente moralizante en un sentido cristiano, aquel de "los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos".
 El relato titulado Para vicios es una genial disección de un tipo de alma humana muy frecuente no hace tanto (y ahora también, aunque con diferentes parámetros). Es, de nuevo, otro cuento moral, desprecia mediante el sarcasmo la religiosidad falsa, hipócrita, farisaica, que juzga a todos y ella, claro, es la peor... De nuevo, del Evangelio: "no juzguéis y no seréis juzgados".
 La sensibilidad exquisita se muestra en El dúo de la tos, donde dos jóvenes tuberculosos (enfermedad que hacía estragos en el siglo XIX y que, de hecho, acabó matando a Clarín a sus cuarenta y nueve años) se enamoran el uno del otro. Pero no es, claro, un relato pasional, pues los jóvenes tísicos se enamoran de sus respectivas enfermedades, de sus necesidades de afecto, de sus soledades... Es un bellísimo texto que rezuma ternura por todos lados.
  Un grabado es un delicado retrato del padre viudo que ejerce de padre y de madre. Un padre amante de sus hijos, cariñoso y protector, que se desvive por ellos. Esa figura, que siempre existió y existirá, ha sido puesta en duda por el feminismo misándrico de los últimos tiempos. ¡En fin!
 El Quin es un conmovedor relato personificado en las miserias de la vida de un perro, de su nacimiento a su muerte. El Quin (mala pronunciación de la palabra inglesa, King) es un perro sensible, necesitado de afecto que sólo recibe dureza y maltrato.
 La noche-mala del diablo es un cuento moral (cristiano) en el que el diablo intenta imitar a Dios dando un hijo al mundo. Éste nacerá, por contraposición a la Nochebuena, en la "noche-mala". Sin embargo, el hijo del diablo no es el Cristo, no puede luchar contra la liberación que promete Jesús de Nazaret.
 Y así hasta veintiocho excelentes relatos. No todos ellos, pero la mayoría, como digo, tienen un evidente carácter moralizante al mostrar conductas o individuos como modelos a seguir.

domingo, 20 de agosto de 2023

"El mercader de Venecia", de William Shakespeare.

  Comedia en cinco actos que contiene dos historias principales que se entremezclan: la del prestamista judío Shylock que presta tres mil ducados al mercader Antonio y que, ante la imposibilidad de éste de hacer efectivo el pago en metálico, el judío se aferra a la cláusula según la cual se puede amputar un trozo de carne del mercader; y la de las bodas de Portia, cuyos pretendientes han de elegir entre tres cofres, uno de oro, otro de plata y el tercero de plomo, el que encuentre el retrato de la dama en su interior obtendrá su mano. Los dos argumentos principales contienen temas que enriquecen la obra: el rencor como motor del mundo, personalizado en el judío Shylock, despreciado en el Puente de Rialto, vilipendiado y odiado, que recibe la puntilla con la huida de su hija Jéssica con el cristiano Lorenzo; y la fortaleza del amor verdadero, que se abre paso incluso contra juegos perversos o leyes raciales.
 Más detallado, el argumento es como sigue: Antonio, un rico mercader veneciano presta tres mil ducados a su amigo Bassanio, dinero que éste usará para enamorar a la noble doncella Portia. El dinero lo conseguirá aquél de un préstamo del judío Shylock, quien incluirá la estrambótica cláusula de cobrarse en carne real del prestatario en caso de impago.
 Portia, por designio de su padre, ha de elegir marido sometiendo a los pretendientes a un juego: introducirá su retrato en uno de tres cofres de distinto valor, de oro, plata y plomo. Aquél que encuentre el retrato conseguirá a la dama. Entre los pretendientes están el príncipe de Marruecos y el de Aragón, los cuales elegirán, respectivamente, los cofres de oro y de plata, suponiendo que los metales preciosos habrán de contener el deseado retrato; Bassanio, el tercer pretendiente, carente de nobleza pero enamorado de Portia, elegirá el de plomo, optando por la humildad como virtud evangélica lo que acaba obteniendo su premio.
 Mientras, la hija del usurero, Jéssica, ha huido con su enamorado, el cristiano Lorenzo, reforzando el rencor y resentimiento que tiene Shylock contra los cristianos, personalizado ahora en su prestatario, Antonio.
 Los barcos que portan las mercancías de Antonio se hunden en la desembocadura del Támesis, dejando a su dueño en la ruina. Así, el pago del préstamo se imposibilita, llevando el prestamista al prestatario a juicio ante el Dux de Venecia para hacer cumplir la absurda cláusula de la libra de carne de Antonio. Portia, disfrazada de abogado, derrota a Shylock al hacerle admitir que, aunque tiene derecho a cobrarse con una libra de carne de Antonio, no podrá derramar una sola gota de sangre de éste, haciendo imposible el cumplimiento de la anómala disposición.
 Se considera una comedia, aunque no se adapta bien a esta clasificación; de hecho, algunos estudiosos la incluyen entre la denominación más específica de "comedia romántica", de las que el dramaturgo inglés fue gran maestro con obras como El sueño de una noche de verano o Romeo y Julieta. Otros filólogos la consideran tragicomedia. En fin...

jueves, 17 de agosto de 2023

"Los ilusos", de Rafael Azcona.

  Novelita insustancial de uno de los mejores guionistas que ha tenido el cine español de todos los tiempos. Rafael Azcona como novelista y Luis García Berlanga como director firmaron películas inolvidables como Plácido, El verdugo La escopeta nacional; con otros directores Azcona fue guionista de El pisito, Belle epoque o La niña de tus ojos. En fin, lo mejor en comedias. Eso sí, son comedias con un tinte un tanto negro, sarcásticas y no carentes de una crítica social evidente. De todas las películas anteriores mi favorita es Plácido, una afilada crítica de la hipocresía de nuestra egregia sociedad: en una pequeña capital de provincias se organiza para Nochebuena un sorteo. Dicho sorteo no es de suntuosas viandas, sino de pobres; sí, de pobres. Los burgueses de la ciudad compran participaciones con fines benéficos y se llevan dos "premios" posibles: un pobre de solemnidad o una "vedette" que invitarán a la cena de Nochebuena. Así, las situaciones cómicas y disparatadas están aseguradas. Esas situaciones interpretadas por la "crème de la crème" de los actores españoles de la época (Cassen, José Luis López Vázquez, Manuel Alexandre, Elvira Quintillá, Julia Caba Alba o Agustín González entre otros) resultan en una de las mejores comedias españolas de todo los tiempos.
 Bueno, pues del mismo escritor es esta novela. Sin embargo, la calidad, desde luego, no es la misma: Los ilusos tiene ese mismo humor sarcástico, un tanto negro, pero carece de la brillantez y rotundidad de Plácido.
 El argumento de Los ilusos tiene un cariz claramente autobiográfico, toda vez que narra las tremendas dificultades de un joven, Paco, que deja su Logroño natal para buscarse la vida como poeta y escritor en el Madrid de los años cincuenta, algo que hizo el propio Azcona, cámbiese Logroño por Pamplona y lo demás es casi igual. El tal Paco, claro no encuentra oportunidad alguna, se junta con otros jóvenes en su misma situación, todo para malvivir de pensión en pensión, dando sablazos para poder comer un bocata de calamares de cuando en cuando. La crítica evidente a la sociedad está cuando pergeña personajes falsos a más no poder: hombres que son todo dignidad y honor hasta que pueden dar un sablazo a alguien o chupar del bote de algún familiar; mujeres que son todo virtud y honestidad hasta que les prometen dinero, momento en que se bajan las bragas hasta los tobillos... En fin, una sociedad muy española, de gente muy seria y honrada que, en realidad, son pícaros descarados que afectan esa integridad.
 Pero, como digo, la novela es muy inferior a esos guiones cinematográficos. O quizá es que Azcona era más guionista que novelista y necesitaba un director que diera imágenes a sus palabras para que éstas cobraran verdadero sentido. En todo caso, a pesar de la liviandad del texto, está bien escrito, con aceptable calidad prosística. Lo que más frío me ha dejado es la falta de un final que remate la novela, queda casi inconclusa al no haber una situación que finiquite la narración.
 Por cierto, esta edición de Ediciones del Viento está ilustrada con dibujos de Antonio Mingote, que fue amigo personal de Azcona y que encarna de forma magistral las peripecias de los protagonistas. Es, sin duda, una de las mejores bazas de la presente edición.

martes, 15 de agosto de 2023

"Los niños del Brasil", de Ira Levin.

  Según se puede constatar en este blog, visioné la visión cinematográfica de "The Boys from Brazil", dirigida en 1978 por Franklin J. Schaffner hace casi diez años. Hoy rescato del depósito de la biblioteca pública la novela de Ira Levin que dio lugar a aquella película protagonizada por Gregory Peck, Laurence Olivier y James Mason. 
 Ira Levin fue un exitoso escritor de novelas que luego fueron pasadas al celuloide; no es de extrañar, ya que crea imágenes muy visibles que son fácilmente traducibles a la interpretación y toca temas que estaban en plena ebullición social. Alguna película, como La semilla del diablo, está entre las mejores del cine de terror. Así pues, estamos ante un "hacedor de best-sellers", con todo lo bueno y malo que esto tiene. Esto, pienso yo, hay que tenerlo en cuenta a la hora de escoger una novela, para no quejarse luego de si la prosa no está muy cuidada o el argumento es previsible. Teniendo esto presente no me ha defraudado en absoluto Los niños del Brasil, al contrario, la calidad narrativa es francamente aceptable, muy por encima del estándar que se traga la gente hoy con los autores de éxito; el argumento no es muy previsible, aunque he de reconocer que el final es un tanto disparatado.
 El argumento se nutre de hechos ciertos y constatados, así como de rumores frecuentes durante la Guerra Fría. Los hechos ciertos y constatados es que muchos dirigentes nazis consiguieron huir de Europa tras la caída de Berlín en 1945 y fueron protegidos por gobiernos afines como España (donde se refugiaron tipos como Skorzeny o Bremer) o Argentina (lugar de residencia durante decenios de Mengele o Eichmann); los rumores (totalmente infundados) son los que hacían referencia a la supervivencia del propio Hitler y su plácida vejez en alguno de esos países. Bien, pues Los niños del Brasil tiene a Josef Mengele (el "Ángel de la muerte" del campo de exterminio de Auschwitz) y a Hitler en versión clon como principales protagonistas.
 El argumento es el siguiente: Yakov Liebermann (evidente álter ego del "cazanazis" Simon Wiesenthal) recibe en su residencia en Viena una información según la cual el sanguinario doctor Mengele vive en Paraguay organizando algo importante, ayudado por una pléyade de militares nazis que ejecutan sus incomprensibles órdenes. Entre estas órdenes está la ejecución de noventa y cuatro hombres de entre sesenta y dos y sesenta y cinco años de edad en diversos países europeos y norteamericanos. Las pesquisas de Liebermann le llevan a descubrir (con esto destripo la novela) que, en vida de Hitler, Mengele obtuvo tejidos del jerarca nazi y que, treinta años después, ha conseguido clonarlo y reproducirlo de forma satisfactoria hasta crear a esos noventa y cuatro chicos que en la narración tienen unos trece o catorce años y que son clones de Adolf Hitler. Lo de matar a sus padres adoptivos es para recrear la existencia de Hitler, quien fue hijo de un funcionario de aduanas (por eso los objetivos a eliminar son funcionarios y tipos con puestos medios) a la edad de cincuenta y dos años, perdiendo a su padre cuando éste tenía sesenta y cuatro. Bien, se puede ver que el argumento es muy fantasioso, pero está suficientemente bien narrado y argumentado como para hacerlo razonablemente verosímil (siempre dentro de la ficción, claro).
Ira Levin en 1967. Imagen tomada de Wikimedia Commons
 Bueno, finalmente Liebermann acabará por enfrentarse personalmente a Mengele, en unos capítulos que son los más disparatados de la novela, en la que unos perros dóberman actúan de ejecutores del nazi.
 Con todo, como antes decía, la novela no está mal pergeñada. Está bien conseguida la intriga (que yo he roto en esta entrada) a cuenta de qué diablos está planeando Mengele. Sí, el desenlace es un poco alocado y desatinado, pero remata por completo la novela. Es un bestseller mundial de los setenta, con todo lo bueno y lo malo que esto significa. No deja de ser, en todo caso, una lectura amena y sorprendente.

jueves, 10 de agosto de 2023

"El Atlético Invisible. Una novela del Mundodisco", de Terry Pratchett.

  Trigésimo séptima novela del Mundodisco. Esta vez corresponde el llamado "arco argumental" de los magos, pues son los componentes de la Universidad Invisible los que se ven impelidos a crear un equipo de fútbol para solventar una antigua cláusula sobre un legado que da pingües beneficios a la Universidad, pero que exige la celebración de un partido de cuando en cuando. Claro, los magos, expertos en el arte del dolce far niente pero aparentando que se hace algo importantísimo, no tienen ni idea de que es eso del fútbol. En tal tesitura, el patricio de la ciudad, Havelock Vetinari, con su agudeza habitual, es consciente de las enormes posibilidades que tiene la consolidación de una competición deportiva que mantenga a las masas entretenidas a la vez que alejadas de la toma de decisiones importantes, vamos, lo que viene siendo el antiguo panem et circenses.
 Además de los magos y de Vetinari, otros personajes principales de la novela son Trev Probable, jugador de fútbol que habrá de consolidarse como gran estrella; Huebo, un trasgo que, en realidad, acaba siendo un orco con actitud de erudición; Glenda, una cocinera con una visión social que no desmerece la del patricio; y Juliet, la chica despampanante que atraerá a Probable al partido.
 Teniendo en cuenta que es una novela de Terry Pratchett, lo aparente es lo secundario y lo que se lee entre líneas, lo principal. Es decir, el fútbol en sí no es realmente importante aquí, sino los tejemanejes que el poder ejerce sobre las masas (que son siempre más fáciles de manejar que los individuos aislados) gracias a una afición natural de los grupos sociales a formar subgrupos y enfrentarse entre sí. Vamos, que si se aprovecha la animadversión natural que surge entre, pongamos, los de esta región contra los de aquella otra, o los ricos contra pobres, o los jóvenes contra los viejos, o los hombres contra las mujeres... esas masas perderán todo interés por la forma de gobernar de los poderosos, que tendrán libre el camino para actuar a sus anchas. Simple, triste tal vez, pero eficaz. Y esto funciona desde los tiempos de las cavernas.
 Pero, claro, muchos creen que el bueno de Terry Pratchett escribía novelitas de fantasía para niños o adolescentes... ¡Qué equivocados están! Así hacen con ellos lo que hacen...
 Como curiosidad un tanto triste, el tiempo que pasó entre la publicación de esta novela y la anterior, Dinero a mansalva, fue de dos años, tiempo récord para un autor que convertía en oro todo lo que escribía y que había convertido ya en adictos a miles de lectores con su saga del Mundodisco. La razón para esto fue que al autor inglés le habían diagnosticado Alzheimer, enfermedad que acabó con su vida a la temprana edad de sesenta y siete años.