IX LA CARTA
Carta recibida por
Grace Banfield el día 23 de abril de 1943.
Para Grace
Banfield
7, Hannah Street
CF10 5JA,
Butetown, Cardiff
Querida madre:
Hace mucho tiempo
que no nos vemos, seguimos con nuestras azarosas vidas, tú en
Cardiff, yo en Londres. No es fácil, qué
te voy a contar.
Han pasado muchos
años desde mi infancia, pero nunca la olvidaré, a pesar de lo duro
que fue para todos, creo que ha sido el único tiempo feliz de mi
vida. Después todo ha ido cuesta abajo; cierto que conocí personas
maravillosas, mi amigo Joseph Nash principalmente; también creí
estar enamorado, tenías que haber conocido a Janet, en realidad no
es mala, es que ha sufrido mucho... como todos.
Como tú me
decías, busqué amigos que me reconfortaran. Ya te hablé de Joseph,
mamá, seguro que tú dirías
que era un pobre hombre, sin casa ni trabajo fijo, pero si supieras
la sabiduría que emanaba, era un gran lector, no solo era sabio,
también podía alcanzar el alma humana, conocía lo más profundo de
cada ser. Tristemente, la intolerancia se lo llevó hace un tiempo.
Me siento solo sin él.
¿Recuerdas en
Cardiff cuando me llevabas caramelos al salir del colegio? Te
parecerá una tontería, pero
no puedo dejar de pensar en aquellos días, tal lejanos, tan
felices...
Espero que no te
sientas sola después de tanto dolor. Sé que has tratado de rehacer
tu vida con otro hombre, espero que no te haga sufrir tanto como
aquel. Por mis hermanos no te pregunto, seguro que saldrán adelante,
tienen más fuerza o más carácter o son más insensibles que yo, y
conseguirán lo que quieren, o al menos sufrirán menos.
No sé tú,
madre, pero yo, a mis 36 años siento como si ya hubiera vivido
mucho, demasiado. Estoy
cansado, madre, cansado de buscar y no encontrar, cansado de tanta
incomprensión, cansado de llevar una vida arrastrada, cansado de no
tener el cariño que necesito... Creo que no tiene sentido
seguir sufriendo.
Mis pensamientos
van a ti en estos momentos, probablemente la única persona que me ha
querido tal como soy, además de Joseph.
En fin, nada más,
mamá. Espero no haberte hecho mucho daño.
Te
quiere tu hijo,
William