En otra entrada anterior dije que no encontraba muy razonable esa división de los dibujantes y escritores de cómics en "europeos y americanos", no lo es porque no hay claramente un estilo de uno u otro lado del Atlántico y porque a varios de los mejores autores podríamos situarlos en uno u otro grupo independientemente de su lugar de nacimiento. Así por ejemplo, Alan Moore, británico, pasaría más por americano; Art Spiegelman, americano, aunque nacido accidentalmente en Suecia, parecería más europeo; incluso Harvey Pekar paradigma de la clase obrera americana sería más europeo... No, esa división es demasiado simplista.
No obstante, Vittorio Giardino, italiano claro está, sí sería un típico autor de cómic europeo. Es, sin duda, uno de los mejores de todos los tiempos. Sus dibujos hiperrealistas son de lo mejorcito que se puede encontrar, pero es que además es un gran escritor, cosa que no es tan fácil encontrar entre grandes ilustradores. Su serie protagonizada por Max Fridman es una de mis favoritas. Se trata de un comerciante internacional de tabaco afincado en Ginebra, de origen judío y con una extraña habilidad para meterse en problemas. Fridman actúa como un detective, aunque no lo sea al uso, es un tipo que detesta las explosiones y las armas de fuego y que carece de la habitual bravuconería tan frecuente en esos tipos. Del mismo Max Fridman es uno de los mejores cómics que he leído: No pasarán, ambientado en la Guerra Civil española, en la que el detective toma parte a favor de la República, más por relaciones personales que por afinidad política.
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