Lo hago con frecuencia: cuando me gusta una novela de un autor concreto suelo buscar más bibliografía suya. Esto hice tras leer La solitaria pasión de Judith Hearne, un auténtico "novelón". De Brian Moore hay muy poco en español, incluso en inglés, es evidente que ha caído un poco en el olvido. Empecé esta:
¿Y qué tal va? Pues regular, la verdad. Hay muchas semejanzas: si en La solitaria pasión de Judith Hearne Moore era capaz de pintar un excepcional fresco sobre la hipocresía de la "buena sociedad" estancada en un mohoso ritual rutinario, en La mujer del médico también describe con gran maestría los caracteres tradicionales, en este caso el de una mujer de mediana edad y clase media que sucumbe a la arrolladora tentación del sexo juvenil... eso y que los personajes son de Belfast. El resto de la temática es bien diferente. Obviamente Brian Moore no es un escritor de grandes ficciones, de hecho, si hubiera nacido un siglo antes pudiera haber sido calificado de realista, esa tremenda corriente que en España tuvo a plumas tan insignes como Pérez Galdós, Clarín, Fernán Caballero, Pereda o Pardo Bazán.
Tal vez sea que a mí esta temática me deja un poco frío. Entiendo la importancia subjetiva que toda vivencia personal tiene, tan grande como la de cualquier otro, pero... no sé, no me parece suficiente como para novelarlo. De hecho, hay momentos en que parece un poco una "novela romántica" de calidad, algo que, solo nombrarlo, da un poco de grima. Felizmente, el aspecto coyuntural del Belfast de los años 70, con el terrible enconamiento de la violencia sectaria entre protestantes y católicos salva un poco la novela. Aunque en realidad todo sucede en la Costa Azul francesa, los recuerdos que abordan a la protagonista (aquellos de la violencia vivida desde el punto de vista de la víctima que nada comprende) aportan un ingrediente que mejora notablemente el texto.