Una gran novela, de las mejores que he leído en los últimos tiempos. Dura, muy dura... por lo verosímil de lo narrado: miseria, explotación del hombre por el hombre, la impiedad humana... la vida, en definitiva.
Siendo objetivo, y contando con lo absolutamente degenerado de la caza de brujas desencadenada en Hollywood por el senador McCarthy contra todo lo que no apestara a "puramente patriotismo americano", creo perfectamente factible que Székely János (orden nominal húngaro) fuera realmente comunista Al menos la barbarie que él sufrió fue la del bando fascista, el llamado Terror blanco que entre 1919 y 1921 trató de borrar los restos de la república comunista de inspiración soviética que se había instalado brevemente en el país magiar. Así se explicaría que huyera de Estados Unidos, el país que le permitió demostrar su enorme talento como escritor para acabar en la República Democrática Alemana trabajando para la compañía cinematográfica estatal. Con todo, y tomando como referencia esta novela como si fuera plenamente autobiográfica, Szekély no aparece sino como alguien que quiere vivir en paz con sus semejantes, buscando la justicia social más como solución a los problemas que como fin en sí misma. Sin embargo, la miopía estadounidense de posguerra no pudo ni quiso entender tal consideración, o se comulgaba plenamente con el ambiente patriotero dominante o se era un comunista y un antiamericano.
Al margen de consideraciones políticas, he de repetir la gran admiración que siento por este escritor, por su capacidad de expresar de forma concisa, rápida, casi periodística la complicada vida en ese pequeño país centroeuropeo con complejos de imperio. Reconozco, no obstante, que su carácter no encaja mucho con el mío, tal vez más parecido al victimismo de un perdedor como Joseph Roth.
Habiendo leído la novela por completo me surgen muy serias dudas de que quien escribe la brevísima reseña de la contracubierta haya leído toda la novela. Es inaceptable que no se haga referencia a su contenido político y todo se reduzca a lo que ocurre en los primeros capítulos... es lamentable que los que gobiernan los destinos de estas gigantescas editoriales (en este caso Penguin Random House) no muestren el más mínimo interés por lo que editan.
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