Leí hace un par de años Firmin, de Sam Savage, del cual no había oído nada de nada, por lo visto se trata de un profesor universitario estadounidense con un físico semejante a Walt Whitman. Lo leí con prevención porque me parecía que era más un fenómeno editorial que literario -ya comenté las diferencias entre ambos-, sobre todo porque en España lo había lanzado el todopoderoso Grupo Planeta, a través de su Editorial Booket.
Nadie en la literatura en castellano como Planeta para lanzar productos y vender humo... sin embargo, Firmin es uno de los mejores relatos -según las nuevas normas, novela breve- que he leído en los últimos tiempos. Firmin es una rata, esa realidad es incontrovertible, pero Firmin tiene un afán de conocimiento muy superior a casi todos los humanos. Es una rata, sí, pero se alimenta, físicamente, de literatura; vive en una librería de viejo de Boston, su afición por los libros (gastronómica pero metafóricamente intelectual) le supone la marginación por parte de sus iguales, que son vistos por Firmin como seres primarios.
En mi opinión, el éxito de público de Firmin se debe a que el lector se identifica plenamente con el personaje. Todos somos Firmin... todos somos "el diferente" de la sociedad que vive de sus lecturas en lugar de su propia vida, se siente rechazado y a su vez rechaza al resto... Por otra parte, la cantidad de citas y referencias literarias es enorme en toda la novela, de manera que los lectores "de verdad" reciben innumerables guiños a lo largo de toda la obra.