Hoy, 31 de julio, hace cien años que nació Primo Levi. Probablemente, su origen familiar, su situación social e incluso su carácter habrían hecho de este judío (sólo de origen) italiano alguien perfectamente olvidable, un tipo gris, un químico tímido e introvertido que pasara toda su vida en su Turín natal sin trascendencia más que para un pequeño grupo de personas. Pero todo se rompió cuando ese chico de veintipocos años, recién licenciado en Ciencias químicas por la Universidad de Turín, amante del montañismo y con una evidente tendencia a la introversión sufrió (como todos aquellos vivos en la época) la barbarie nazi que rompió en añicos un continente ya de por sí frágil y agrietado. Primo Levi era un chico tímido pero no indiferente. Ante la injusticia se rebeló, con más corazón que cabeza, y se "echó al monte" como partisano con otros compañeros de estudios para luchar contra el fascismo italiano y el nazismo alemán. Y, según el mismo relataría después, fueron detenidos sin llegar a disparar un solo tiro. Algunos de sus compañeros terminaron allí su aventura: fueron fusilados inmediatamente. Él, por su origen judío, fue entregado a las autoridades militares alemanas que lo enviaron a Auschwitz. Y allí cambió todo.
Imagen tomada del sitio www.washingtonpost.com |
La brutal experiencia del campo de exterminio sacó de Levi la sensibilidad literaria suficiente para convertirlo en uno de los grandes escritores en la lengua de Dante de todos los tiempos. Su Trilogía de Auschwitz son escritos que debieran ser de lectura obligada para todos los europeos, para que no olvidemos nuestro terrible pasado, para romper los viejos hábitos xenófobos y racistas que han emponzoñado esta dolorida tierra. Pero Levi no quedó en esto. Posteriormente escribió cuentos y relatos de tipo fantástico que tienen una calidad apabullante; éstos, desgraciadamente, son menos conocidos por los lectores. Los relatos los fueron publicando en colecciones como El sistema periódico, Defecto de forma, Lilit y otros cuentos, La llave estrella... Todos ellos son cuentos imaginativos, originales, sorprendentes y, aunque parezca impropio, optimistas. Ya digo, uno de los mejores cuentistas en lengua italiana.
Por supuesto, el más importante legado de Levi es su lucha no contra el nazismo sino contra la intolerancia en general, por tanto la Trilogía de Auschwitz y los ensayos relacionados con los campos de concentración; pero los relatos son verdaderamente extraordinarios. Hoy se cumple el centenario de su nacimiento, y desde el Centro Internacional de Estudios Primo Levi que dirige su hijo Renzo se sigue luchando contra toda intolerancia, contra toda discriminación que un ser humano ejerza sobre otro. ¡Qué importante labor!