miércoles, 19 de diciembre de 2012

Mi "segundo útero materno": una biblioteca

  Será la tranquilidad, el silencio, la compañía protectora de los libros... no sé, pero si hay sitios en los que me siento especialmente seguro, sitios en los que la zozobra anímica desaparece, esos sitios son las bibliotecas.
  Lo he sentido desde mi juventud, las bibliotecas y las librerías tranquilas y con poco público se convertían en mi refugio; allí no me alcanzaba esta miserable sociedad con sus exigencias, allí era yo mismo... sin máscaras protectoras...
   Podría hacer un panegírico sobre la bondad de las bibliotecas como lugares de formación, verdaderos reservorios del saber literario y científico, respetables templos de erudición humana... pero no me apetece, par mí, las bibliotecas son refugios frente a la frialdad vital, frente a la dureza del vivir.
  En mis más de cuarenta años no he encontrado (además, por supuesto, del refugio que ofrecen los afectos de los seres queridos) sitio más entrañable.

P.S. Las bibliotecas a las que voy y he ido no tienen la magia de las imágenes que expongo... ni falta que les hace...
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.