Como El hombre sin atributos de Musil es suficientemente intenso como para durar su lectura más de un mes, simultaneo la misma con una antología del heterónimo de Pessoa, Alberto Caeiro. Aprovecho para agradecer enormemente el esfuerzo de Abada editores y a los traductores Juan Barja y Juana Inarejos que han acometido la inmensa labor de traducir a Pessoa.
Porque lo cierto es que queda un trabajo inmenso en el campo editorial con respecto a Pessoa, de hecho solo he conseguido encontrar una edición bilingüe en un formato relativamente decente, esta de Abada editores (reciban mil honores de los dioses por ello). Labor, a mi entender, importantísima la que están haciendo; de momento tienen dos volúmenes de Alberto Caeiro y otros dos de Álvaro de Campos, y espero fervientemente que estén trabajando en Ricardo Reis.
Ahora que, por fin, las traducciones son verdaderamente hechas por profesionales, eruditos me atrevo a decir, que son capaces de dejar al margen sus pasiones literarias en pos de una traducción lo más apropiada posible, ahora, digo, faltan los medios económicos para sacarlas adelante, por eso es tan meritoria la labor de estas editoriales que, fuera de los grandes circuitos comerciales, siguen ofreciendo el mejor de los servicios que esas empresas pueden dar a la sociedad.
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