Ya hablé de Antonio Muñoz Molina en una entrada anterior, uno de los escritores contemporáneos más capacitados; aunque desde La noche de los tiempos, publicada en 2009, parece no sacar narrativa, sí algo de ensayo, tanto en "formato tradicional" como en distintos diarios y revistas. Ahora empiezo con Nada del otro mundo, un conjunto de relatos recopilados por su editorial, Seix Barral.
Tal vez sea que Muñoz Molina no es un escritor rápido, en casi 30 años de carrera "solo" ha publicado trece novelas, eso sí, entre ellas alguna de las mejores en lengua castellana. Puede que el ser académico de la lengua le ocupe más tiempo del deseado... En fin, supongo que cada uno tiene su ritmo. No recuerdo haber leído relatos suyos, aunque algunas novelas como El invierno en Lisboa y alguna otra podía haber sido considerado relato hace algunas décadas, aunque ahora, con el cambio de las teorías literarias, se tiende a llamar novela o como mucho novela breve.
De este tipo me gusta su sencillez, su naturalidad, harto de ver tanto adefesio que por haber publicado un par de noveluchas creen pertenecer a una estirpe superios... Como ejemplo de sencillez cito: "Gimferrer, editor de Seix Barral,
fue a Granada, un amigo le dio mi libro, Gimferrer lo leyó y llamó para
decir que le había gustado. Fue un impacto tremendo, porque yo estaba
habituado a que nadie me hiciera caso. Cuando le envié la novela que
estaba escribiendo y me dijo que la quería editar, fue la alegría de mi
vida. Y le doy muchas vueltas a qué hubiera pasado si yo no publicaba
aquel primer libro, si Gimferrer no iba a Granada. Es una lección de
humildad, porque hay mucha gente con mucho talento que no llega a nada, o
llega a mucho menos." No es fácil encontrar tal honestidad, al menos en autores tan exitosos y reconocidos.
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